John Henry Newman. Por Fernando Ramos Pérez, Arzobispo de Puerto Montt
Hace poco, el pasado 1° de noviembre de 2025, el Papa León XIV declaró oficialmente que el Cardenal John Henry Newman era Doctor de la Iglesia. Se sumó así al selecto grupo de 36 personas consideradas como tales en la Iglesia Católica. Se trata de hombres y mujeres que sobresalen por su santidad de vida, erudición de conocimientos, especialmente en el ámbito de la teología y la filosofía, y su actuar como auténticos maestros de la fe, de manera que su doctrina y enseñanzas son consideradas seguras e iluminadoras de la fe de los creyentes. Hay 32 doctores varones y 4 doctoras mujeres: Santa Teresa de Ávila, Santa Catalina de Siena, Santa Teresa de Lisieux y Santa Hildegarda de Bingen. ¿Quién es John Henry Newman?
Llama la atención que siendo pastor anglicano se haya convertido en sacerdote católico. Nació en 1801 en Londres en el seno de una familia anglicana; su padre trabajaba en un banco. De pequeño se destacó por el gusto por la lectura y los estudios. Fue así como después de la escuela se inscribió en la Universidad de Oxford, graduándose con cierta dificultad por no disponer de suficientes recursos económicos. En 1825 fue ordenado sacerdote en la Iglesia Anglicana y después se le concedió una parroquia. Paralelamente comenzó sus estudios en los Padres de la Iglesia, primeros teólogos del cristianismo. Se convirtió en un conocido intelectual de Inglaterra, miembro del prestigioso movimiento de Oxford, que pretendía que la Iglesia Anglicana fuera más cercana a los orígenes de la tradición cristiana. Sin embargo, de a poco fue entrando en conflicto con el anglicanismo al ir reconociendo la coherencia de la doctrina católica con los Padres de la Iglesia. Esto lo llevó a que en 1845 se convirtiera al catolicismo, siendo recibido formalmente el 9 de octubre de 1845. Después fue ordenado sacerdote católico en Roma el 1° de junio de 1847. De igual forma, hubo otros miembros del movimiento de Oxford que se convirtieron al catolicismo.
De regreso en Inglaterra, se integró a la comunidad del Oratorio de San Felipe Neri. Estuvo en Londres, Dublín y Birmingham. Por su conversión, recibió el desprecio de mucha gente, pero permaneció fiel a su razón y discernimiento. Siguió escribiendo sobre el valor de la conciencia personal, el sentido de la universidad y el pensamiento teológico de los Padres de la Iglesia. En 1879, el Papa León XIII lo creó Cardenal. Falleció el 11 de agosto de 1890. El epitafio de su tumba dice: Ex umbris et imaginibus in veritatem: “de las sombras e imágenes pasó a la verdad”, magnífica síntesis de lo que fue su vida.
Fuente: Arzobispado de Puerto Montt
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