Mujeres sirias denuncian que recibieron ayuda humanitaria a cambio de favores sexuales
Mujeres sirias denuncian que recibieron ayuda humanitaria a cambio de favores sexuales
27 Febrero 2018
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios ha aclarado que las alegaciones “parecen referirse a socios y no a personal de la ONU”.
Mujeres y niñas sirias desplazadas por la guerra denuncian haber sido forzadas a mantener relaciones sexuales a cambio de ayuda humanitaria, según revela un informe del Fondo de Población de Naciones Unidas.
El reporte “Voces desde Siria” recoge casos de mujeres que “se casaron con funcionarios por un corto periodo de tiempo para cumplir con servicios sexuales” y poder recibir alimentos, mientras que algunos distribuidores pedían números de teléfono a mujeres y niñas y las llevaban a casa para obtener “algo a cambio”. Según el informe, las mujeres más vulnerables son las viudas y las divorciadas, ya que no tienen protectores masculinos que controlen su día a día.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios ha aclarado que las alegaciones “parecen referirse a socios y no a personal de la ONU”, pero nadie que trabaje con la Naciones Unidas “debería comportarse así” ya que la Organización no “consiente y nunca ha consentido ese comportamiento”.
Estos casos se habrían producido en poblaciones de difícil acceso por la situación de seguridad. La ayuda llegaba a través de personal local contratado por las agencias de la ONU u otras organizaciones humanitarias.
Andrej Mahecic, portavoz de Agencia para los Refugiados , explicó que “es importante entender que durante las emergencias humanitarias hay un riego de abusos sexuales y explotación” y añadió que “los abusos y la explotación de las personas que necesitan asistencia” es un acto “despreciable y deshumanizador” que ACNUR condena sin reservas.
“Cuando ha habido alegaciones de abusos en el sur de Siria” ACNUR “ha actuado de inmediato”. Sin embargo, la Agencia no tenía acceso a las áreas donde estos incidentes ocurrieron y trabaja allí de forma remota con socios sobre el terreno.
Las alegaciones que surgieron en 2015 eran “incompletas, parciales y sin pruebas”, aclaró el portavoz. Aun así, ACNUR tomó medidas: entrenó a los socios con los que trabaja en el terreno e introdujo mecanismos adicionales para vigilar la distribución de ayuda.
Según el Fondo de Población, se organizaron colas diferentes para las mujeres y las niñas en los sitios de distribución de ayuda, pero el acoso sexual siguió hasta tal punto que las mujeres evitaban ir a recoger ayuda. En algunos centros se denunció que los trabajadores humanitarios tomaban fotografías a las mujeres y niñas sin su consentimiento.
“Algunas mujeres van a los centros de distribución de ayuda con sus hermanos o familiares y a veces mandan a otra persona para recibir la ayuda. Algunas mujeres no quieren ir a los centros de ayuda porque tienen miedo de que las acosen y han dejado de recibir ayuda por el trato provocativo de quienes la reparten”, según el testimonio de una adolescente de Badama en Idlib recogido en el mencionado informe
27 Febrero 2018
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios ha aclarado que las alegaciones “parecen referirse a socios y no a personal de la ONU”.
Mujeres y niñas sirias desplazadas por la guerra denuncian haber sido forzadas a mantener relaciones sexuales a cambio de ayuda humanitaria, según revela un informe del Fondo de Población de Naciones Unidas.
El reporte “Voces desde Siria” recoge casos de mujeres que “se casaron con funcionarios por un corto periodo de tiempo para cumplir con servicios sexuales” y poder recibir alimentos, mientras que algunos distribuidores pedían números de teléfono a mujeres y niñas y las llevaban a casa para obtener “algo a cambio”. Según el informe, las mujeres más vulnerables son las viudas y las divorciadas, ya que no tienen protectores masculinos que controlen su día a día.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios ha aclarado que las alegaciones “parecen referirse a socios y no a personal de la ONU”, pero nadie que trabaje con la Naciones Unidas “debería comportarse así” ya que la Organización no “consiente y nunca ha consentido ese comportamiento”.
Estos casos se habrían producido en poblaciones de difícil acceso por la situación de seguridad. La ayuda llegaba a través de personal local contratado por las agencias de la ONU u otras organizaciones humanitarias.
Andrej Mahecic, portavoz de Agencia para los Refugiados , explicó que “es importante entender que durante las emergencias humanitarias hay un riego de abusos sexuales y explotación” y añadió que “los abusos y la explotación de las personas que necesitan asistencia” es un acto “despreciable y deshumanizador” que ACNUR condena sin reservas.
“Cuando ha habido alegaciones de abusos en el sur de Siria” ACNUR “ha actuado de inmediato”. Sin embargo, la Agencia no tenía acceso a las áreas donde estos incidentes ocurrieron y trabaja allí de forma remota con socios sobre el terreno.
Las alegaciones que surgieron en 2015 eran “incompletas, parciales y sin pruebas”, aclaró el portavoz. Aun así, ACNUR tomó medidas: entrenó a los socios con los que trabaja en el terreno e introdujo mecanismos adicionales para vigilar la distribución de ayuda.
Según el Fondo de Población, se organizaron colas diferentes para las mujeres y las niñas en los sitios de distribución de ayuda, pero el acoso sexual siguió hasta tal punto que las mujeres evitaban ir a recoger ayuda. En algunos centros se denunció que los trabajadores humanitarios tomaban fotografías a las mujeres y niñas sin su consentimiento.
“Algunas mujeres van a los centros de distribución de ayuda con sus hermanos o familiares y a veces mandan a otra persona para recibir la ayuda. Algunas mujeres no quieren ir a los centros de ayuda porque tienen miedo de que las acosen y han dejado de recibir ayuda por el trato provocativo de quienes la reparten”, según el testimonio de una adolescente de Badama en Idlib recogido en el mencionado informe
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