UNA NUEVA ETAPA COMIENZA PARA LOS ALUMNOS QUE EGRESARON DE ENSEÑANZA MEDIA .Por: Carmen Birke Lüttecke.Docente Psicología Universidad San Sebastián, sede Puerto Montt



OPINIÓN


UNA NUEVA ETAPA COMIENZA PARA LOS ALUMNOS QUE EGRESARON DE ENSEÑANZA MEDIA .Por: Carmen Birke Lüttecke.Docente Psicología Universidad San Sebastián, sede Puerto Montt


Los estudiantes que han terminado recientemente la enseñanza media, se encuentran ad portas de iniciar un gran cambio en su vida. Dejan atrás las aulas escolares y se preparan mayoritariamente para continuar estudios superiores. Otro segmento del estudiantado optará por ingresar al mundo laboral, lo que ha ido disminuyendo a través de los años. Ello implica que a nivel país existe una mayor motivación y necesidad de capacitación, como forma de adquirir mayores competencias y constituir un factor que relevante de movilidad social en las personas.



No obstante, cuando se trata de tomar decisiones relacionadas a opciones vocacionales, se produce otra dificultad que puede ser generadora de ansiedad, dudas y conflictos. Ello se vincula a tener la certeza respecto a qué es lo que me gusta, sobré qué aspecto baso mis decisiones y cómo asegurarme que ésta sea lo más acertada posible.



Para ello, debemos atender varios aspectos importantes. En primer lugar, hay que asumir que la decisión y la responsabilidad sobre ella, es de exclusiva responsabilidad de la persona que la toma. Desde el exterior, padres, profesores, amigos, orientadores o psicólogos, podrán contribuir a que la persona aumente el conocimiento sobre sí mismo, pero la decisión es personal.



Por otro lado, cada decisión implica un riesgo de optar por lo adecuado o no. Mediante un buen proceso de orientación vocacional, se trata de que ese riesgo disminuya. Para ello se requiere el desarrollo del conocimiento de la persona sobre varios ámbitos, a saber: intereses, aptitudes, personalidad, hábitos de estudio o trabajo, entre otros.



En relación a las aptitudes, se puede mencionar que ellas hacen referencia a aquellos aspectos de mi desenvolvimiento en que poseo mayor desarrollo o fortaleza, aquello en lo que soy más hábil o me resulta más fácil. Otro aspecto a considerar se refiere a los intereses, que es aquello que me gusta, con lo que más disfruto, lo que suele vincularse con las aptitudes, pero no necesariamente. Si ambos caminan en la misma dirección, es fácil tomar decisiones. Cuando no es así, la situación se complejiza, porque debo darle prioridad a una sobre la otra. Se suma a lo anterior la necesidad de incorporar algunos rasgos de personalidad, como tener claro si podré desempeñarme bajo la supervisión de otro, o si deberé ejercer cargos de liderazgo, por ejemplo. Además de lo anterior, es conveniente revisar los hábitos de estudio que poseo y si creo posible la modificación de estos cuando no son apropiados. Ello en función de que la capacidad de esfuerzo y trabajo también es relevante al momento de decidir lo que deseo hacer laboralmente el resto de mi vida.



Aún así, siempre existe el riesgo de equivocarse. Si eso ocurre, no debe considerarse un fracaso, ya que muchas veces otros factores no considerados inciden en la satisfacción con una carrera. Pueden presentarse problemas de adaptación, integración, académicos, salud, familiares u otro, los que también influyen en la permanencia de la decisión tomada.

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