Día Mundial Sin Tabaco: Mensaje del Secretario General de la ONU
Este año, la observancia del Día Mundial Sin Tabaco gira en torno al género y el tabaco y hace hincapié en la comercialización de productos de tabaco especialmente dirigidos a las mujeres.
Aunque menos de una de cada 10 mujeres son fumadoras, según las estimaciones, su número asciende a los 200 millones en todo el mundo. Además, ese número podría aumentar, ya que la industria tabacalera está invirtiendo grandes sumas de dinero en anuncios dirigidos a las mujeres y que asocian el tabaco con la belleza y la liberación.
Según un estudio reciente de la Organización Mundial de la Salud, el número de niñas y niños que fumaban era aproximadamente el mismo en la mitad de los 151 países examinados. Ese dato es aún más preocupante puesto que es probable que los fumadores jóvenes sigan fumando en la edad adulta.
Los datos indican que la tasa de prevalencia del consumo de tabaco entre las mujeres va en aumento en varios países. Los gobiernos de todo el mundo deben adoptar medidas para proteger a las mujeres de la publicidad, la promoción y el patrocinio del tabaco, conforme a lo dispuesto en el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco.
En el Convenio también se pide a los gobiernos que protejan a las mujeres contra la exposición al humo del tabaco, en particular en países en que las mujeres se sienten incapaces de protegerse a sí mismas y a sus hijos. Según los datos de la OMS, de los 430.000 adultos que mueren cada año como consecuencia de la exposición al humo del tabaco, cerca de dos terceras partes son mujeres.
En el mundo, más de 1,5 millones de mujeres mueren cada año a causa del consumo de tabaco. La mayoría de esas muertes se producen en países de ingresos bajos y medianos. Si no se adoptan medidas concertadas, ese número podría ascender a 2,5 millones de mujeres para el año 2030.
Debemos invertir el curso de la epidemia mundial del tabaco. Con motivo del Día Mundial Sin Tabaco, insto a todos los gobiernos a que hagan frente a esta amenaza para la salud pública. El consumo de tabaco no es elegante ni empodera, sino que es desagradable y mortífero.
Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas
Aunque menos de una de cada 10 mujeres son fumadoras, según las estimaciones, su número asciende a los 200 millones en todo el mundo. Además, ese número podría aumentar, ya que la industria tabacalera está invirtiendo grandes sumas de dinero en anuncios dirigidos a las mujeres y que asocian el tabaco con la belleza y la liberación.
Según un estudio reciente de la Organización Mundial de la Salud, el número de niñas y niños que fumaban era aproximadamente el mismo en la mitad de los 151 países examinados. Ese dato es aún más preocupante puesto que es probable que los fumadores jóvenes sigan fumando en la edad adulta.
Los datos indican que la tasa de prevalencia del consumo de tabaco entre las mujeres va en aumento en varios países. Los gobiernos de todo el mundo deben adoptar medidas para proteger a las mujeres de la publicidad, la promoción y el patrocinio del tabaco, conforme a lo dispuesto en el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco.
En el Convenio también se pide a los gobiernos que protejan a las mujeres contra la exposición al humo del tabaco, en particular en países en que las mujeres se sienten incapaces de protegerse a sí mismas y a sus hijos. Según los datos de la OMS, de los 430.000 adultos que mueren cada año como consecuencia de la exposición al humo del tabaco, cerca de dos terceras partes son mujeres.
En el mundo, más de 1,5 millones de mujeres mueren cada año a causa del consumo de tabaco. La mayoría de esas muertes se producen en países de ingresos bajos y medianos. Si no se adoptan medidas concertadas, ese número podría ascender a 2,5 millones de mujeres para el año 2030.
Debemos invertir el curso de la epidemia mundial del tabaco. Con motivo del Día Mundial Sin Tabaco, insto a todos los gobiernos a que hagan frente a esta amenaza para la salud pública. El consumo de tabaco no es elegante ni empodera, sino que es desagradable y mortífero.
Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas
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