Ayuda para República Kirguisa ante llegada del invierno

30 de agosto de 2010 – El Banco Mundial está actuando con rapidez para ayudar a la República Kirguisa a recuperarse de la agitación social reciente. La entidad proveerá fondos para ayudar a mantener en funcionamiento los servicios gubernamentales esenciales, así como para las necesidades energéticas y de reconstrucción urgentes del país, antes de la llegada del invierno en sólo unos pocos meses.

Como parte del compromiso general del Banco Mundial en los próximos 30 meses, se destinarán US$70 millones de ayuda de emergencia a financiar el gasto público y a garantizar un suministro energético confiable.

Las protestas de abril de 2010 provocaron la caída del Gobierno de este país de Asia central, que limita con China, Kazajstán, Tayikistán y Uzbekistán. Dichos acontecimientos derivaron en la asunción del poder de un grupo compuesto por dirigentes de la oposición y líderes cívicos encabezados por Roza Otunbaeva.

El 10 de junio estalló una ola de violencia en la región meridional de la República Kirguisa, que provocó un abrupto aumento de las tensiones entre las comunidades étnicas uzbeka y kirguisa. Los habitantes se alejaron del área a causa de los incendios premeditados generalizados y los saqueos de edificios públicos y residencias privadas.

La agitación social se cobró 2.000 vidas (según estimaciones de la presidenta Otunbaeva) y obligó a 375.000 personas a huir de sus hogares en las ciudades sureñas de Osh y Jalalabad.

Gobierno provisional

El 27 de junio, la República Kirguisa llevó a cabo un referéndum para adoptar una constitución provisional. Según una Evaluación Económica Conjunta (JEA, por sus siglas en inglés) realizada por el Banco Mundial, el Banco Asiático de Desarrollo y el Fondo Monetario Internacional (FMI), participó un 70% de la población en condiciones de emitir su voto.

Más del 90% de los votantes se expresaron a favor del anteproyecto de recortar poderes a la presidencia en favor de una democracia parlamentaria encabezada por un primer ministro. La nueva constitución entró en vigencia el 2 de julio y al día siguiente Otunbaeva asumió como presidenta interina.

Una paz frágil

Si bien casi todas las personas que habían huido regresaron a lo que quedó de sus hogares, se calcula que unas 75.000 necesitan refugio urgente para el crudo invierno, según la Evaluación Económica Conjunta, realizada por el Banco Asiático de Desarrollo, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Muchos de los que regresaron encontraron sus viviendas reducidas a escombros y sus medios de subsistencia destruidos, y miles quedaron sin hogar.

Semanas después de los hechos de violencia, “los problemas de seguridad son de tal magnitud que muchas personas afectadas están asustadas o se ven imposibilitadas de abandonar sus hogares, ni hablar de ir a trabajar", asegura el informe.

“Si bien las comunidades étnicas uzbeka y kirguisa resultaron afectadas, en muchas partes de la ciudad se observaban tiendas y comunidades uzbekas atacadas y destruidas", agrega Motoo Konishi, director regional para la región de Asia central del Banco Mundial.

“No queda claro cómo se instigó la agitación”, dice Konishi. “Pero fue muy destructiva y desgarró realmente el tejido social interétnico de Osh y Jalalabad. Todavía existe inestabilidad y temor generalizados”.

Amenazas a la economía y la producción agrícola

Antes de las protestas y con la ayuda de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), el fondo del Banco Mundial para los países más pobres, la República Kirguisa comenzaba a recuperarse de una serie de impactos externos –en concreto, de las crisis financiera, de combustibles y alimentos– y se esperaba que creciera al 4,6% en 2010.

En la actualidad, es posible que el producto interno bruto (PIB) del país se reduzca un 3,5%, según el informe de la JEA.

Asimismo, se espera que la inversión extranjera disminuya a la mitad, hasta US$144 millones. El comercio prácticamente quedó interrumpido por el cierre de las fronteras de los países vecinos.

También se espera que en 2010 la producción agrícola descienda abruptamente debido a los problemas de seguridad y la falta de insumos, asegura el informe de la JEA. “El clima más cálido que lo habitual empeoró la situación. Estamos esperando una reducción significativa en la producción agrícola. De modo que es posible que se necesite más asistencia para ayuda alimentaria y transferencias monetarias”, agrega Konishi.

Ayuda internacional

La JEA proporcionó un marco unificado para la ayuda de los donantes, quienes luego se comprometieron a la entrega de un paquete de asistencia de US$1.100 millones durante una conferencia organizada el 27 de julio por el Gobierno de la República Kirguisa y el Banco Mundial. Dichos fondos contribuirán a la reconciliación social, la recuperación económica y la reconstrucción del país en los próximos 30 meses.

Los donantes se comprometieron a entregar US$671 millones durante el presente año calendario para ayudar al presupuesto del Gobierno interino a solventar los servicios públicos. Asimismo, el dinero se utilizará para reconstruir las comunidades, restablecer los medios de subsistencia, proveer viviendas a quienes quedaron sin hogar, construir edificios públicos e indemnizar a las víctimas de la violencia y la destrucción.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), por ejemplo, está al frente de las gestiones para construir viviendas de transición para miles de refugiados que viven actualmente en tiendas de campaña.

“El objetivo es que se construyan dos habitaciones con techo para proteger a la población antes de la llegada del invierno”, explica Konishi. “A veces hace tanto frío que las personas pueden morir congeladas, por este motivo estamos adelantando dinero para obtener energía confiable, de manera que tengan acceso a la calefacción".

De cara al futuro

La operación de recuperación de emergencia de US$70 millones del Banco Mundial se presentará al Directorio Ejecutivo del Banco Mundial a fines de septiembre de 2010.

Además, se someterá a aprobación la entrega de otros US$10 millones para la reconstrucción de carreteras en Osh y Jalalabad. “Este proyecto creará empleo rápido en las ciudades y las áreas circundantes”, dice Konishi.

El funcionario afirma que la situación en la República Kirguisa sigue siendo frágil e inestable semanas después de ocurridos los hechos de violencia. Se considera a las elecciones parlamentarias previstas para el 10 de octubre como un hito importante en el camino hacia la recuperación y el crecimiento económico sostenido.

fuente: Banco Mundial

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