Ministro de Agricultura, José Antonio Galilea , destaca iniciativa público-privada para obtener uva de mesa resistente a hongos
El Ministro de Agricultura, José Antonio Galilea, se interiorizó durante esta jornada de la valiosa labor que cumple el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), en materia de mejoramiento genético de la uva de mesa.
En particular, el titular del Agro visitó un huerto de uva de mesa de la variedad Thompson Seedless que ha sido tratada genéticamente para ser resistente a la Botrytis cinerea o "pudrición gris" y al oídio, dos de las enfermedades fungosas más importantes que afectan al cultivo de la vid en Chile. La vid es el principal cultivo frutícola del país, al punto que existen unas 145 mil hectáreas de esta especie distribuidas entre la Región de Atacama y del Biobío.
Según explicaron los investigadores al ministro Galilea, la introducción de resistencia a hongos en vides incrementaría la producción, reduciría los costos derivados del control químico (fungicidas), impactaría sobre la contaminación ambiental y disminuiría los riesgos sobre la salud de los trabajadores agrícolas y la de los consumidores.
INIA, pionero en investigación genética
En visita al Centro Regional La Platina de INIA, la autoridad conoció la labor de sus investigadores, quienes han abordado el mejoramiento genético de la uva de mesa y la creación de nuevas variedades desde el año 1986, siendo pioneros en este tipo de investigación en el país.
Para INIA el mejoramiento vegetal busca obtener nuevas variedades y, en este sentido, disminuye la dependencia de tecnologías extranjeras, constituye una herramienta de negociación frente a dueños de variedades también extranjeras y permite producir diversidades mejor adaptadas a las condiciones de cultivo y comercialización, como también a los efectos del cambio climático.
El énfasis del programa de mejoramiento chileno está en la obtención de variedades sin semillas de calidad y prolongada vida de almacenaje, de modo de permitir su exportación a mercados distantes.
Alianza público-privada
Para trabajar el mejoramiento genético, el año 2006 se creó el Consorcio Biofrutales S.A., destinado específicamente al desarrollo de nuevas variedades de uva de mesa. A este consorcio, el INIA aportó su Programa de Mejoramiento Genético de Uva de Mesa (PMGU), el cual se vio significativamente reforzado, transformándose de un programa seminal, en uno con reales posibilidades de poner en el mercado variedades con impacto.
Mediante la transformación genética es factible introducir un gen que contenga un atributo de interés comercial, sin alterar el resto de la información genética de la planta. Este proceso se conoce como mejoramiento genético no convencional y es otra forma de realizar mejoramiento para obtener nuevas variedades.
Desde el 2001 el INIA viene desarrollando un programa de transformación genética de vides (PTGV). El primer producto del PTGV consiste en una población de 20 líneas que exhiben una tolerancia notoriamente aumentada a Botrytis cinerea y oídio, dos de las enfermedades fungosas más importantes que afectan al cultivo de la vid en Chile. Nuevos productos incluyen la obtención de líneas transgénicas de vides tolerantes a enfermedades virales y a salinidad.
El año 2010 INIA y Biofrutales se adjudicaron dos importantes proyectos que dan continuidad al Programa de Mejoramiento de Vides, a través de un proyecto INNOVA-Chile (2010-2020) y un proyecto FONDEF (2010-2016).
El primer proyecto está orientado al mejoramiento convencional apoyado por herramientas biotecnológicas y al estudio agronómico de las líneas transgénicas tolerantes a hongos. El segundo, a desarrollar nuevas herramientas biotecnológicas para identificar otros genes de interés comercial e incorporar sistemas más eficientes y limpios de transformación genética.
En particular, el titular del Agro visitó un huerto de uva de mesa de la variedad Thompson Seedless que ha sido tratada genéticamente para ser resistente a la Botrytis cinerea o "pudrición gris" y al oídio, dos de las enfermedades fungosas más importantes que afectan al cultivo de la vid en Chile. La vid es el principal cultivo frutícola del país, al punto que existen unas 145 mil hectáreas de esta especie distribuidas entre la Región de Atacama y del Biobío.
Según explicaron los investigadores al ministro Galilea, la introducción de resistencia a hongos en vides incrementaría la producción, reduciría los costos derivados del control químico (fungicidas), impactaría sobre la contaminación ambiental y disminuiría los riesgos sobre la salud de los trabajadores agrícolas y la de los consumidores.
INIA, pionero en investigación genética
En visita al Centro Regional La Platina de INIA, la autoridad conoció la labor de sus investigadores, quienes han abordado el mejoramiento genético de la uva de mesa y la creación de nuevas variedades desde el año 1986, siendo pioneros en este tipo de investigación en el país.
Para INIA el mejoramiento vegetal busca obtener nuevas variedades y, en este sentido, disminuye la dependencia de tecnologías extranjeras, constituye una herramienta de negociación frente a dueños de variedades también extranjeras y permite producir diversidades mejor adaptadas a las condiciones de cultivo y comercialización, como también a los efectos del cambio climático.
El énfasis del programa de mejoramiento chileno está en la obtención de variedades sin semillas de calidad y prolongada vida de almacenaje, de modo de permitir su exportación a mercados distantes.
Alianza público-privada
Para trabajar el mejoramiento genético, el año 2006 se creó el Consorcio Biofrutales S.A., destinado específicamente al desarrollo de nuevas variedades de uva de mesa. A este consorcio, el INIA aportó su Programa de Mejoramiento Genético de Uva de Mesa (PMGU), el cual se vio significativamente reforzado, transformándose de un programa seminal, en uno con reales posibilidades de poner en el mercado variedades con impacto.
Mediante la transformación genética es factible introducir un gen que contenga un atributo de interés comercial, sin alterar el resto de la información genética de la planta. Este proceso se conoce como mejoramiento genético no convencional y es otra forma de realizar mejoramiento para obtener nuevas variedades.
Desde el 2001 el INIA viene desarrollando un programa de transformación genética de vides (PTGV). El primer producto del PTGV consiste en una población de 20 líneas que exhiben una tolerancia notoriamente aumentada a Botrytis cinerea y oídio, dos de las enfermedades fungosas más importantes que afectan al cultivo de la vid en Chile. Nuevos productos incluyen la obtención de líneas transgénicas de vides tolerantes a enfermedades virales y a salinidad.
El año 2010 INIA y Biofrutales se adjudicaron dos importantes proyectos que dan continuidad al Programa de Mejoramiento de Vides, a través de un proyecto INNOVA-Chile (2010-2020) y un proyecto FONDEF (2010-2016).
El primer proyecto está orientado al mejoramiento convencional apoyado por herramientas biotecnológicas y al estudio agronómico de las líneas transgénicas tolerantes a hongos. El segundo, a desarrollar nuevas herramientas biotecnológicas para identificar otros genes de interés comercial e incorporar sistemas más eficientes y limpios de transformación genética.
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