Chocolate: placer sin culpas
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El chocolate es un placer para muchos y placer culpable para otros, pero son diversos los estudios que lo asocian a una serie de beneficios para la salud. Los primeros en darse cuenta de las cualidades que tenía el cacao fueron los aztecas, quienes ya lo utilizaban para calmar molestias estomacales e intestinales, así como para reducir el control de la fiebre.
El chocolate se fabrica a partir de granos de cacao, estos granos siguen varios procesos antes de transformarse en chocolate. La calidad del chocolate varía según el modo de fabricación y los ingredientes agregados.
Los principales componentes de la semilla del cacao son las grasas (24 %) y los hidratos de carbono (45 %). Las grasas proceden de la manteca de cacao, que contiene gran cantidad de ácido esteárico, un ácido graso saturado que, a diferencia de otros, no aumenta el nivel de colesterol en la sangre.
El chocolate contiene además teobromina y cafeína, una sustancia que ejerce una acción tónica sobre el organismo, activa la diuresis y estimula la circulación sanguínea y al cerebro. Este alimento aporta además vitaminas A y B y minerales como el calcio, fósforo, hierro, magnesio, cobre y potasio. Además, si al chocolate se le añade leche, el aporte de calcio se incrementa notablemente. Asimismo, el ácido fólico y la tiamina (B1) que contiene el cacao como materia prima, son nutrientes indispensables para la regulación del metabolismo.
Por otra parte, los polifenoles contenidos en el cacao evitan la oxidación del colesterol y se les ha asociado como compuestos esenciales para prevenir trastornos cardiovasculares y para estimular las defensas del organismo.
El valor nutritivo y energético de este alimento es muy alto. De hecho, el cacao proporciona 293 calorías por cada 100 gramos y el chocolate, según su composición, aporta entre 450 y 600 calorías.
Hay distintos tipos de chocolate (negro, blanco, con leche, etc.), todas estas denominaciones dependen de la proporción de cacao y manteca.
El chocolate puro no contiene materias grasas añadidas, mientras que el chocolate blanco es prácticamente sólo manteca de cacao, por lo tanto es el más alto en calorías y en materia grasa. El chocolate de leche tiene leche y azúcar añadida y por lo tanto es más calórico que el amargo, por esto que al momento de elegir entre un buen chocolate negro y un buen chocolate con leche, es conveniente preferir un chocolate con mayor proporción de cacao
Fuente: NOVA, http://www.nova.cl/nutricion/chocolate-placer-sin-culpas/
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