Trabajadores de Chiledeportes rechazan creación de Ministerio del Deporte
Declaración Pública
Los trabajadores de Chiledeportes, a través de la Asociación Nacional de Funcionarios de Chiledeportes, ANFUCHID, hacemos público nuestro rechazo al proyecto de ley con que el gobierno pretende crear el Ministerio del Deporte y la Juventud. Nos oponemos a la aprobación del mencionado proyecto de ley y denunciamos ante la ciudadanía lo que esta iniciativa trae consigo:
1.- La propuesta de estructuración orgánica contenida en el proyecto perpetúa un modelo de institucionalidad abiertamente inconstitucional, toda vez que entrega a los gobiernos de turno la determinación de la estructura y las funciones del organismo. En el pasado reciente, el Tribunal Constitucional declaró improcedente en la ley del deporte el articulado que asignaba al director del Servicio la facultad de establecer el organigrama y las funciones del Instituto y ordenó su eliminación del texto legal. Hoy se insiste en la misma idea. Los alcances de este hecho trascienden lo puramente jurídico, pues desata dos efectos perniciosos:
Aleja toda posibilidad de establecer una política de Estado para el deporte, ya que despoja al sector de la estabilidad institucional indispensable para ello. Chiledeportes es una clara muestra de esto, con cargos y funciones que se crean y desaparecen, total discontinuidad en sus planes y programas y una dotación absolutamente insuficiente que se contrae y se expande de acuerdo a los requerimientos de la coyuntura política. El deporte en Chile debe desarrollarse en función de una política de Estado, no de una política de gobierno.
Se deja vía abierta a la reproducción de fenómenos de corrupción, como los que todo el país ha conocido recientemente y hoy se reflotan a través de procesos judiciales que comprometen a ministros de Estado, subsecretarios, y altas figuras del mundo político. La absoluta discrecionalidad en el manejo de la institución, de sus procesos, su estructura y sus funciones, ha sido un factor decisivo en el surgimiento de la corrupción. Baste señalar que Chiledeportes no tenía fiscalizadores sino hasta que se produjo el escándalo público en 2006 y que la instalación de dispositivos de control fue una de las “medidas inmediatas” impuestas por la presidenta, no una iniciativa de la Dirección de Chiledeportes.
2.- El proyecto de ley se ha fraguado de espaldas a los actores naturales del ámbito del deporte. Los deportistas y sus organizaciones se han quedado sin poder ejercer su derecho a participar, al igual que los trabajadores de Chiledeportes, los profesionales del mundo académico y los técnicos deportivos. No sólo han sido excluidos de la discusión, deliberadamente se les ha privado de la información sobre el proyecto. El “gobierno ciudadano” opera a puertas cerradas y en puntillas.
3.- Lo anterior se explica por la urgencia política que se ha dado a la aprobación de esta ley. En un año marcado por la lógica electoral, el gobierno busca abultar su patrimonio político y su inventario de haberes. Para ello, no ha vacilado en patrocinar un maridaje espurio entre dos instituciones signadas por sendas crisis, que representan a dos sectores de dudosa compatibilidad temática. No es primera vez, a lo largo de la Historia el deporte y la juventud han sido siempre presas favoritas de la demagogia electorera. El gobierno ha intentado proyectar interés y preocupación por el deporte, pero la ausencia de prolijidad conceptual en este proyecto de ley y su falta de profundidad revelan lo contrario: desinterés, indiferencia, profunda incomprensión de lo que es el deporte y, finalmente, desprecio.
Queremos una nueva institucionalidad para el deporte y para la juventud, pero no este manoseo. Queremos más y mejor Estado. La voz de la ANFUCHID fue la primera en alzarse para denunciar la corrupción y el cuoteo político en Chiledeportes y en estos días el país ha asistido a la confirmación judicial de nuestras denuncias. Ahora denunciamos esta maniobra del gobierno que sólo puede traer más corrupción. Lo que con certeza no tendremos a través de esta ley es desarrollo y progreso para el deporte chileno.
Llamamos a todos los deportistas, técnicos, dirigentes y trabajadores del deporte a encarar activamente este funesto intento de legislar en función de dividendos políticos a costa del deporte. Llamamos a los ciudadanos a interpelar a sus representantes en el Senado y exigirles que no den su aprobación a este proyecto.
Directiva Nacional
ANFUCHID
Los trabajadores de Chiledeportes, a través de la Asociación Nacional de Funcionarios de Chiledeportes, ANFUCHID, hacemos público nuestro rechazo al proyecto de ley con que el gobierno pretende crear el Ministerio del Deporte y la Juventud. Nos oponemos a la aprobación del mencionado proyecto de ley y denunciamos ante la ciudadanía lo que esta iniciativa trae consigo:
1.- La propuesta de estructuración orgánica contenida en el proyecto perpetúa un modelo de institucionalidad abiertamente inconstitucional, toda vez que entrega a los gobiernos de turno la determinación de la estructura y las funciones del organismo. En el pasado reciente, el Tribunal Constitucional declaró improcedente en la ley del deporte el articulado que asignaba al director del Servicio la facultad de establecer el organigrama y las funciones del Instituto y ordenó su eliminación del texto legal. Hoy se insiste en la misma idea. Los alcances de este hecho trascienden lo puramente jurídico, pues desata dos efectos perniciosos:
Aleja toda posibilidad de establecer una política de Estado para el deporte, ya que despoja al sector de la estabilidad institucional indispensable para ello. Chiledeportes es una clara muestra de esto, con cargos y funciones que se crean y desaparecen, total discontinuidad en sus planes y programas y una dotación absolutamente insuficiente que se contrae y se expande de acuerdo a los requerimientos de la coyuntura política. El deporte en Chile debe desarrollarse en función de una política de Estado, no de una política de gobierno.
Se deja vía abierta a la reproducción de fenómenos de corrupción, como los que todo el país ha conocido recientemente y hoy se reflotan a través de procesos judiciales que comprometen a ministros de Estado, subsecretarios, y altas figuras del mundo político. La absoluta discrecionalidad en el manejo de la institución, de sus procesos, su estructura y sus funciones, ha sido un factor decisivo en el surgimiento de la corrupción. Baste señalar que Chiledeportes no tenía fiscalizadores sino hasta que se produjo el escándalo público en 2006 y que la instalación de dispositivos de control fue una de las “medidas inmediatas” impuestas por la presidenta, no una iniciativa de la Dirección de Chiledeportes.
2.- El proyecto de ley se ha fraguado de espaldas a los actores naturales del ámbito del deporte. Los deportistas y sus organizaciones se han quedado sin poder ejercer su derecho a participar, al igual que los trabajadores de Chiledeportes, los profesionales del mundo académico y los técnicos deportivos. No sólo han sido excluidos de la discusión, deliberadamente se les ha privado de la información sobre el proyecto. El “gobierno ciudadano” opera a puertas cerradas y en puntillas.
3.- Lo anterior se explica por la urgencia política que se ha dado a la aprobación de esta ley. En un año marcado por la lógica electoral, el gobierno busca abultar su patrimonio político y su inventario de haberes. Para ello, no ha vacilado en patrocinar un maridaje espurio entre dos instituciones signadas por sendas crisis, que representan a dos sectores de dudosa compatibilidad temática. No es primera vez, a lo largo de la Historia el deporte y la juventud han sido siempre presas favoritas de la demagogia electorera. El gobierno ha intentado proyectar interés y preocupación por el deporte, pero la ausencia de prolijidad conceptual en este proyecto de ley y su falta de profundidad revelan lo contrario: desinterés, indiferencia, profunda incomprensión de lo que es el deporte y, finalmente, desprecio.
Queremos una nueva institucionalidad para el deporte y para la juventud, pero no este manoseo. Queremos más y mejor Estado. La voz de la ANFUCHID fue la primera en alzarse para denunciar la corrupción y el cuoteo político en Chiledeportes y en estos días el país ha asistido a la confirmación judicial de nuestras denuncias. Ahora denunciamos esta maniobra del gobierno que sólo puede traer más corrupción. Lo que con certeza no tendremos a través de esta ley es desarrollo y progreso para el deporte chileno.
Llamamos a todos los deportistas, técnicos, dirigentes y trabajadores del deporte a encarar activamente este funesto intento de legislar en función de dividendos políticos a costa del deporte. Llamamos a los ciudadanos a interpelar a sus representantes en el Senado y exigirles que no den su aprobación a este proyecto.
Directiva Nacional
ANFUCHID
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