Cámara despacha al Senado proyecto sobre composición nutricional de los alimentos y su publicidad
Publicado el 28 de septiembre del 2010
En segundo trámite constitucional, la Sala de la Cámara de Diputados aprobó en particular los once artículos de la iniciativa legal que se originó en una moción de senadores.
El proyecto, que busca regular la comercialización y publicidad de los alimentos a fin de orientar la conducta del consumidor para fomentar hábitos saludables, había sido aprobada en general por la Cámara el 23 de marzo de 2010.
En su segundo informe, la Comisión de Salud recibió los puntos de vista de las autoridades sanitarias y representantes de las empresas de alimentos y de la publicidad, además de organizaciones de los consumidores. Junto con ello, se analizaron cada uno de los artículos y diversas indicaciones presentadas por diputados, algunas de las cuales fueron aprobadas.
La iniciativa establece que los fabricantes y productores de alimentos para el consumo humano deben incorporar en su rotulado información integral y veraz sobre su composición nutricional, Asimismo, dispone que esa información debe especificar los ingredientes y aditivos del respectivo producto, de manera visible y de fácil comprensión, contemplando al menos los contenidos de energía, azúcares, sodio y grasas saturadas.
El proyecto obliga además a los establecimientos educacionales a incorporar en sus programas contenidos que desarrollen hábitos de una alimentación saludable y que promuevan la actividad física y deportiva. También faculta al Ministerio de Salud a dictar un reglamento sanitario de alimentos donde se establezca la obligación de rotular los alimentos especificando los contenidos de calorías, grasas, azúcares y sodio.
La propuesta legal prohíbe la promoción, expendio y entrega gratuita de los alimentos ricos en calorías, azúcares, grasas y sodio en los establecimientos educacionales de enseñanza perdularia, básica y media. Junto con ello, dispone que la publicidad de estos productos no podrá ser dirigida a menores de doce años.
Otros artículos prescriben que la promoción de estos alimentos no podrá realizarse utilizando ganchos comerciales no relacionados con la promoción propia del producto y establece que la publicidad de alimentos efectuada por medios de comunicación masivos debe llevar un mensaje que promueva hábitos de vida saludable.
En el debate, el diputado Víctor Torres (DC) dijo que se trata de una excelente iniciativa porque recoge las recomendaciones de la OMS de adoptar medidas efectivas para prevenir la obesidad infantil, mal que en Chile alcanza dimensiones inquietantes.
El diputado Enrique Accorsi (PPD), en cambio, anunció su voto en contra argumentando que se trataba de un proyecto bien intencionado que fue desnaturalizado durante su tramitación porque en lugar de imponer estándares de información mínimos y comprensible deja en manos de la propia industria alimentaria la entrega de dicha información.
Similar juicio planteó el diputado Alfonso De Urresti (PS), quien consideró loable el propósito de la iniciativa pero opinó que se quedó a medio camino debido a lo que denominó como “presiones de la industria de alimentos” para impedir que se la obligara a informar de manera más efectiva a los consumidores de estos productos.
El diputado Patricio Melero (UDI) consideró apropiada la forma en que la Comisión de Salud perfeccionó el proyecto, afirmando que en esta materia se deben conciliar las libertades individuales con las necesarias regulaciones públicas para informar a los consumidores. Rechazó en este sentido lo que llamó la imposición de “un estado omnipresente o estado nodriza”.
El diputado Juan Lobos (UDI) sostuvo que ningún alimento es malo per se sino que la proporción de las distintas sustancias en la dieta diaria de las personas, por ello se mostró partidario de establecer bases mínimas de transparencia en la venta de los alimentos y no imposiciones ni prohibiciones a los consumidores.
El proyecto volvió al Senado a tercer trámite.
En segundo trámite constitucional, la Sala de la Cámara de Diputados aprobó en particular los once artículos de la iniciativa legal que se originó en una moción de senadores.
El proyecto, que busca regular la comercialización y publicidad de los alimentos a fin de orientar la conducta del consumidor para fomentar hábitos saludables, había sido aprobada en general por la Cámara el 23 de marzo de 2010.
En su segundo informe, la Comisión de Salud recibió los puntos de vista de las autoridades sanitarias y representantes de las empresas de alimentos y de la publicidad, además de organizaciones de los consumidores. Junto con ello, se analizaron cada uno de los artículos y diversas indicaciones presentadas por diputados, algunas de las cuales fueron aprobadas.
La iniciativa establece que los fabricantes y productores de alimentos para el consumo humano deben incorporar en su rotulado información integral y veraz sobre su composición nutricional, Asimismo, dispone que esa información debe especificar los ingredientes y aditivos del respectivo producto, de manera visible y de fácil comprensión, contemplando al menos los contenidos de energía, azúcares, sodio y grasas saturadas.
El proyecto obliga además a los establecimientos educacionales a incorporar en sus programas contenidos que desarrollen hábitos de una alimentación saludable y que promuevan la actividad física y deportiva. También faculta al Ministerio de Salud a dictar un reglamento sanitario de alimentos donde se establezca la obligación de rotular los alimentos especificando los contenidos de calorías, grasas, azúcares y sodio.
La propuesta legal prohíbe la promoción, expendio y entrega gratuita de los alimentos ricos en calorías, azúcares, grasas y sodio en los establecimientos educacionales de enseñanza perdularia, básica y media. Junto con ello, dispone que la publicidad de estos productos no podrá ser dirigida a menores de doce años.
Otros artículos prescriben que la promoción de estos alimentos no podrá realizarse utilizando ganchos comerciales no relacionados con la promoción propia del producto y establece que la publicidad de alimentos efectuada por medios de comunicación masivos debe llevar un mensaje que promueva hábitos de vida saludable.
En el debate, el diputado Víctor Torres (DC) dijo que se trata de una excelente iniciativa porque recoge las recomendaciones de la OMS de adoptar medidas efectivas para prevenir la obesidad infantil, mal que en Chile alcanza dimensiones inquietantes.
El diputado Enrique Accorsi (PPD), en cambio, anunció su voto en contra argumentando que se trataba de un proyecto bien intencionado que fue desnaturalizado durante su tramitación porque en lugar de imponer estándares de información mínimos y comprensible deja en manos de la propia industria alimentaria la entrega de dicha información.
Similar juicio planteó el diputado Alfonso De Urresti (PS), quien consideró loable el propósito de la iniciativa pero opinó que se quedó a medio camino debido a lo que denominó como “presiones de la industria de alimentos” para impedir que se la obligara a informar de manera más efectiva a los consumidores de estos productos.
El diputado Patricio Melero (UDI) consideró apropiada la forma en que la Comisión de Salud perfeccionó el proyecto, afirmando que en esta materia se deben conciliar las libertades individuales con las necesarias regulaciones públicas para informar a los consumidores. Rechazó en este sentido lo que llamó la imposición de “un estado omnipresente o estado nodriza”.
El diputado Juan Lobos (UDI) sostuvo que ningún alimento es malo per se sino que la proporción de las distintas sustancias en la dieta diaria de las personas, por ello se mostró partidario de establecer bases mínimas de transparencia en la venta de los alimentos y no imposiciones ni prohibiciones a los consumidores.
El proyecto volvió al Senado a tercer trámite.
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