La economía del desarrollo debe ser más útil a quienes formulan políticas, sostiene Zoellick

El Banco Mundial cambiará el enfoque de sus investigaciones sobre el desarrollo para incorporar las experiencias del mundo en desarrollo








Ciudad de Washington, 29 de septiembre de 2010. El presidente del Grupo del Banco Mundial, Robert B. Zoellick, instó hoy a repensar la economía del desarrollo de modo que resulte más útil a quienes se encargan de formular políticas. Anunció también que el Banco Mundial reorientaría sus investigaciones para aprovechar más eficazmente las experiencias de los países en desarrollo mediante una iniciativa de “datos abiertos, conocimientos abiertos, soluciones abiertas”.


En un discurso pronunciado días antes de las Reuniones Anuales del Banco Mundial, que se celebrarán en la ciudad de Washington, Zoellick señaló que la crisis económica mundial había vuelto aún más urgente la necesidad de repensar la economía del desarrollo. Los conocimientos acerca de este tema deberían transformarse en “multipolares” a fin de reconocer la importancia creciente de los países en desarrollo como nuevos polos de crecimiento y experiencia.






“Se nos presenta una nueva oportunidad, y ciertamente una necesidad imperiosa, de imprimir dinamismo en la economía del desarrollo. La informática ha aportado nuevas herramientas; la Internet ha posibilitado nuevas comunicaciones; las economías emergentes han generado nuevas experiencias”, dijo ante el público reunido en la Universidad de Georgetown. “Debemos escuchar y democratizar la economía del desarrollo”.






“Aun antes de la crisis, ya se ponían en duda los paradigmas predominantes y se pensaba que era necesario repensar la economía del desarrollo”, dijo Zoellick. “La crisis solo ha acentuado estos cuestionamientos”.






El Banco Mundial es la principal fuente de conocimientos sobre el desarrollo, y si pretende mantenerse como entidad pionera en la investigación relacionada con la economía del desarrollo, debe modificar su papel, señaló Zoellick.






“Una nueva economía multipolar exige conocimientos multipolares”, dijo. “Debemos democratizar y desmitificar la economía del desarrollo, reconociendo que no tenemos el monopolio de las respuestas. Debemos abrir las puertas, aceptando que hay otros que pueden encontrar y crear sus propias soluciones. Esta revolución de la investigación abierta ya está en curso. Debemos reconocer que el conocimiento sobre el desarrollo ya no es exclusivo del investigador, del académico ni de la torre de marfil”.






El Banco Mundial complementará su modelo “minorista y de élite” de investigación económica —en virtud del cual los economistas se abocan a temas específicos y luego escriben artículos— con un modelo de investigación “mayorista” y en red. Este nuevo modelo se abocará cada vez más a brindar a los interesados externos herramientas informáticas y acceso por Internet a los datos almacenados en el Banco Mundial, para que puedan realizar sus propias investigaciones y análisis, y contribuyan de este modo a incrementar los conocimientos sobre el desarrollo. Se organizará un concurso de aplicaciones informáticas para el desarrollo, que alentará la creación de herramientas y aplicaciones nuevas e innovadoras. Estas iniciativas permitirán al Banco sacar provecho de la vasta experiencia de los países en desarrollo.






“Este es el rumbo que quiero que adopte el Banco. Es la democratización de la economía del desarrollo”, sostuvo Zoellick. “Esto cambiará definitivamente el modo en que se investiga el desarrollo”.






Para que sea más útil a los encargados de formular políticas, la economía del desarrollo debe abordar los temas más apremiantes a los que se enfrentan los líderes de los países en desarrollo y aceptar que posiblemente se necesiten enfoques distintos en distintas etapas.






“Con demasiada frecuencia, los economistas dedicados a la investigación no empiezan por los temas clave que representan lagunas en los conocimientos de los profesionales del desarrollo, sino que buscan preguntas que puedan responderse con las herramientas preferidas por el sector en ese momento”, sostuvo Zoellick.






“La historia del desarrollo ha mostrado que no existen soluciones universales”, añadió. “Las políticas adecuadas pueden variar según la fase del desarrollo de que se trate: por ejemplo, la decisión de apoyarse en el crecimiento impulsado por las exportaciones y no por la demanda interna, o abocarse a distintos tipos de innovación, según la cercanía de las empresas a las fronteras tecnológicas. Es posible que las políticas que resultan apropiadas en la actualidad sean distintas de las de la década de 1970 debido a los cambios provocados por la Internet y la importancia creciente de las cadenas de suministro en las transacciones internacionales”.










En un llamado a cuestionar los saberes heredados, Zoellick señaló cuatro lagunas en los conocimientos sobre cómo superar la pobreza con mayor eficacia y alentar el crecimiento incluyente y sostenible. Instó a los investigadores y a las personas ajenas al Banco a debatir sobre estas y otras deficiencias que hayan detectado. Esas cuatro lagunas están descriptas en un documento publicado hoy, que lleva por título “Research for Development: A World Bank perspective on future directions for research” (La investigación para el desarrollo: La perspectiva del Banco Mundial sobre orientaciones futuras para la investigación).






En primer lugar, debe conocerse con mayor precisión el modo en que se producen las transformaciones económicas. La Comisión de Crecimiento presidida por Michael Spence ha identificado 13 economías que han mantenido una tasa de crecimiento elevada durante 25 años. ¿Por qué son tan pocas? En segundo lugar, se debería trabajar para comprender mejor cómo ampliar el acceso a las oportunidades económicas —con inclusión del sector privado— de modo tal que las sociedades puedan aprovechar la creatividad y la energía de todos sus integrantes. En tercer lugar, el mundo es más riesgoso de lo que muchos suponían. Por lo tanto, se debe analizar con más atención la manera en que se manejan los riesgos, sean desastres naturales, pandemias sanitarias, guerras y disturbios civiles, crisis de los precios del petróleo y los alimentos, o crisis económicas regionales o mundiales que amenazan a los sectores vulnerables del mundo. En cuarto lugar, es necesario saber qué cosas funcionan y contar con un programa de investigaciones que se centre en los resultados. Se deben recoger más pruebas para evaluar la eficacia de los esfuerzos en pos del desarrollo, incluida la asistencia.






“Los clientes del Banco Mundial lo necesitan, nuestros accionistas lo exigen, y sin ello, la economía práctica del desarrollo quedará en agua de borrajas”, dijo Zoellick.




fuente: Banco Mundial

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