SURGIMIENTO DE LAS CIUDADES A FINES DE LA EDAD MEDIA
Entre los siglos IX, X, XI existían pocos centros poblados en la Europa Occidental, la urbe romana había ido desapareciendo lentamente. Las escasas ciudades que lograron sobrevivir en el Occidente tuvieron muy poca actividad económica.
En los últimos siglos medievales, el desarrollo del comercio experimentado después de las Cruzadas produjo el surgimiento de las ciudades y de la vida ciudadana. No sólo aparecen nuevas ciudades sino que aumenta la población en aquellas ya existentes. En ellas se formó en la segunda parte de la Edad Media (Baja Edad Media) una clase social nueva: la burguesía.
Ciudades, comercio, burguesía son elementos constitutivos de un mismo proceso de transformación que deja de manifiesto ideales y formas de convivencia distintas que se unieron a las ya existentes en la Edad Media (vida feudal y vida monástica).
Antes que las monarquías se organizaran claramente y absorbieran a las ciudades dentro de su sistema, éstas frecuentemente se organizaron entre ellas.
Una de las más famosas federaciones fue aquella de las ciudades comerciales del Mar del Norte y del Mar Báltico. Esta “Liga Hanseática” eventualmente incluyó ciudades como Londres en Inglaterra; Hamburgo, Colonia, Lübeck y Bremen en Alemania; Novgorod en Rusia, y alrededor de cien ciudades más. La Liga acuñó monedas, mantuvo una flota de guerra bajo su propia bandera, negoció tratados y pareció por un tiempo representar una nueva nación del norte comercial.
Los documentos adjuntos permiten ilustrar algunos aspectos significativos del renacimiento de las ciudades y del comercio a fines de la Edad Media.
1. La formación de un mercader .
El padre de Godric, se llamaba Aulward, su madre Edwenna. Tenían poco dinero, pero siempre fueron virtuosos y vivieron en el buen camino. Su hogar estaba en una pequeña ciudad inglesa llamada Walpole. Cuando Godric fue mayor, no se conformó con ser un campesino como su padre, sino que prefirió estudiar y aprender. Quería ser un mercader. Comenzó a comerciar con pequeñas cosas de poco valor; cuando ya hubo aprendido un poco más empezó a hacerlo con cosas de un valor superior. Al principio, iba con sus mercancías por las aldeas y campos cercanos a su hogar. A medida que se iba haciendo mayor, más experiencia adquiría; pudo asociarse con los mercaderes más prósperos de la ciudad. Junto con ellos viajó a distintas ciudades, castillos, ferias y mercados, a lo largo del país.
Mientras viajó nunca se sintió orgulloso de sus nuevos éxitos, ni tampoco se avergonzó de ser aún pobre .
Vivía en una ciudad llamada Wellstream que quedaba en la costa. La gente de esa ciudad bajaba muy a menudo a la playa para ver si podían encontrar allí algo que les fuera útil. Un día Godric también fue para ver si podía encontrar algo que pudiera comerciarse. Al principio no encontró nada razón por la cual siguió caminando. Después de haber caminado por un buen rato, vio tres marsopas que habían sido arrojadas a la playa por las olas. Cortó un pedazo de carne de uno de estos cetáceos y lo llevó a casa. La marea comenzó a subir y Godric, que se detenía a cada paso debido a su pesada carga, fue alcanzado por las olas. En un comienzo mojaron sus pies, luego fueron sus piernas, luego su cuerpo hasta la cintura y por último cubrían hasta su cabeza. Más Godric, fuerte y ferviente, hizo todo lo posible por avanzar y siguió arrastrando su carga, incluso bajo las olas, hasta que por último con la ayuda de Dios, triunfó y pudo llegar a la misma playa de donde había salido. Llevó el cetáceo a sus padres y les contó toda la historia, les pidió que siempre proclamaran la gloria de Dios en honor a la ayuda que le había brindado a él en ese día.
Godric era honesto vivía con sencillez. Siempre buscaba la verdad, decía sus oraciones al Señor y rezaba el credo de los Apóstoles al emprender un viaje. Pensaba en Dios y en sus mercedes.
De este modo vivió cuatro años en su condición de mercader, viajando la mayor parte del tiempo a pie y acarreando él mismo las mercaderías. Comenzó a viajar al extranjero, fue primero a Escocia y luego a Roma. En su viaje de regreso a ésta se hizo amigo de otros jóvenes que también querían ser mercaderes. Compraron un barco y comenzaron a hacer viajes al exterior, comprando y vendiendo mercadería. Al mismo tiempo que iba adquiriendo muchos conocimientos útiles.
Se enfrentó con muchos peligros del mar, pero con la gracia de Dios nunca naufragó. Se creyó protegido de los Santos, y los veneró con gran devoción. Iba a sus santuarios y les oraba para que le ayudaran en sus empresas.
Navegó también a Dinamarca y Flandes , donde comenzó a adquirir una buena fortuna. En cada lugar, escogía las cosas de mayor valor que podía encontrar allí, las llevaba a los lugares en donde eran escasos y poco comunes, las vendía por sobre el precio de costo o las cambiaba por otras que tendrían el doble valor en otros lugares.
De este modo obtuvo grandes ganancias y pudo comprar otros barcos. Godric tenía un amente ágil y un cuerpo fuerte. Estaba deseoso de trabajar mucho. Cualquier problema que él no podía resolver por la fuerza, lo hacía por medio de la paciencia y la inteligencia. Sabía pronosticar el tiempo con sólo mirar el mar y las estrellas. En sus oraciones, jamás olvidó agradecer a los Santos por la ayuda que le había prestado.
Reginaldo de Durham: La vida de San Godric
2. Tratado de protección mutua entre Lübeck y Hamburgo en el año 1241.
El abogado, el consejo y la comuna de Lübeck……… hacemos el siguiente acuerdo con nuestros queridos amigos de Hamburgo:
1º .- Si ladrones y otros depredadores atacan a ciudadanos de una u otra ciudad, en cualquier lugar a partir de la desembocadura del río Trave hasta Hamburgo o en cualquier lugar del río Elba, las dos ciudades sobrellevarán por partes iguales los gastos que demande destruirlos y eliminarlos.
2º.- Si alguien ajeno a la ciudad mata, golpea o insulta sin motivo, a un ciudadano de una u otra ciudad, las dos ciudades sobrellevarán por partes iguales los gastos que demande castigar al ofensor. Nosotros, además, acordamos dividir por igual los gastos que demande castigar a aquellos que injurien nuestros ciudadanos en las vecindades de nuestra ciudad.
3º.- Si algunos de sus ciudadanos son injuriados cerca de nuestra ciudad (Lübeck), ellos podrán pedir a nuestros oficiales que castiguen al ofensor y si algunos de nuestros ciudadanos son injuriados cerca de su ciudad (Hamburgo) ellos podrán pedir a sus oficiales que castiguen al ofensor.
3.- Algunos artículos de Estatuto de la Liga Hanseática 1260-1264 .
Nosotros deseamos informar a Ud. De la acción tomada para todos los comerciantes que son gobernados por la Ley de Lübeck:
- Cada ciudad podrá, con lo mejor que tiene, mantener el mar limpio de piratas, así los comerciantes podrán conducir libremente sus mercaderías por el mar.
- Quien quiera que sea expulsado de una ciudad por un crimen no podrá ser recibido en otra.
- Quien quiera que sea proscrito en una de las ciudades por robo, o hurto deberá ser proscrito en todas.
- Si un señor sitia una ciudad nadie debe ayudarle de manera alguna si es en detrimento de la ciudad, a menos que el sitiador sea el señor de la ciudad.
- Si hay guerra en el país, ninguna ciudad podrá debido a esta razón dañar a ningún ciudadano de otras ciudades, ya sea a su persona o a sus bienes y le deberá protección.
- Si algún hombre se casa con una mujer de una ciudad, y otra mujer de alguna otra ciudad viene y prueba que es su esposo legítimo, él será decapitado.
Oliver J. Thatcher y Edgar Holmes Mac Neal: Un Manual para a Historia Medieval. New York. Charles Scripner’s Sons. 1905.
4.- El comercio marítimo a fines de la Edad Media .
“Ningún mercader podía desembarcar solo en un puerto extranjero ni ningún barco arriesgarse solo en el mar. Todos los barcos que iban a un mismo puerto se reunían o salían juntos, de modo que mutuamente pudieran defenderse. Eran barcos redondos que llevaban las mercaderías en la cala y encima del puente. A popa había una torre de madera en la que se podían meter hombres para disparar contra el enemigo en caso de ataque, porque los marinos y los mercaderes llevaban armas. Una vez en el mar, en cada navío se leía el reglamento. Estaba prohibido jurar y nombrar el demonio, faltar a la oración, pasearse con luces, malgastar víveres, importunar a los cocineros y jugar a los dados y a las cartas después de ponerse el sol. Al que sacaba un arma, se le clavaba con ella la mano al mástil.
En cada puerto extranjero , la Hansa poseía, al menos una casa fortificada a la que se arrimaban sus barcos. Las tenía en los puertos de Suecia; en Rusia, en Novgorod; en Flandes, en Brujas; en Inglaterra, en Londres; en Noruega, en Bergen, donde tuvo hasta veintidós. Cada casa estaba rodeada de un recinto defendido por grandes perros, que se soltaban todas las noches. Los empleados se comprometían a permanecer diez años al servicio de la casa. No podían casarse y vivían sometidos a una regla comiendo de la misma mesa y acostándose todos a una señal. Les estaba prohibido ir de noche a la taberna o recibir a nadie una vez soltados los perros. La casa tenía un almacén en el que se depositaban las mercancías que los barcos iban a recoger de la comarca y las que llevaban para vender. En ella estaban el mercado y el Tribunal. Muchas veces, la Hansa tenía una iglesia, y hasta ocurría en Novgorod que en la Iglesia se amontonan los fardos de géneros y los toneles, cuando no quedaba sitio en otra parte”.
Citado por M Fernandis Tovas: Historia General de la Cultura.
5.- Un contrato de aprendizaje, de 1322 .
Ramón de Jossa, de Manressa(ciudad de Cataluña, cerca de Barcelona) entrega por tiempo de cuatro años a Arnau de Torroella, pelaire de Manresa, a Guillermo, hijo suyo, para estar con él todo este tiempo para aprender su oficio de pelaire y cumplir todos los preceptos lícitos y honestos que le serán mandados. Y que por dicho tiempo le dé morada en su casa y comer y beber: obligándose dicho Ramón a hacer devolver e indemnizar todo lo que su hijo sustraiga…….. Y maestro Arnau alaba y aprueba todo lo antedicho y promete que durante los cuatro años dará comida y bebida a dicho Guillermo y le enseñará su oficio de cardador de paños.
Enciclopedia Labor: El Hombre a través del tiempo. Editorial Labor. Barcelona. 1958
6. Estatuto de las bataneros de París (Batanero: obrero textil) .
Los mancebos acudirán todos los días laborales, a la hora del amanecer, a su labor , y cumplirán su jornada de trabajo hasta vísperas. Y el atardecer durará hasta la puesta del sol.
Y ordenamos para el común provecho, que ninguno de dichos obreros de dicho oficio, ni maestro, ni mancebo, ni aprendiz, trabaje por la noche.
Los mancebos tienen señalado su horario: o sea, que aquellos que han sido alquilados por la jornada dejan su trabajo al primer toque de vísperas de Notre-Dame, durante el tiempo en que puede comerse carne; durante la Cuaresma, al toque de completas, y el sábado, al primer toque de nona en Notre Dame; la víspera de la Ascensión, cuando los voceadores pregonen el vino; y la víspera de Pentecostés, la víspera de San Pedro después de San Juan, la víspera de San Lorenzo y la víspera del 15 de agosto, así que salgan los primeros voceadores, y la víspera de Pascua, así que oigan tocar las campanas…….
Los mancebos bataneros deben desayunar…..en casa del maestro a hora de prima, si quieren desayunar, y pueden ir a almorzar fuera de la casa de su maestro, o donde les plazca en la ciudad de París; y después del almuerzo deben volver a su trabajo tan pronto como puedan, sin aguardar que sean llamados y sin esperarse unos a otros excesivamente.
G. Gaigniez: Documentos relativos a la historia de la industria y del comercio en Francia.
Fuente: De la Jara, Fernando; Duchens, Nancy; Frei R.T; Irene: “Antología de Documentos de Historia Universal”. CPEIP. Lo Barnechea, Santiago de Chile abril de 1991.
En los últimos siglos medievales, el desarrollo del comercio experimentado después de las Cruzadas produjo el surgimiento de las ciudades y de la vida ciudadana. No sólo aparecen nuevas ciudades sino que aumenta la población en aquellas ya existentes. En ellas se formó en la segunda parte de la Edad Media (Baja Edad Media) una clase social nueva: la burguesía.
Ciudades, comercio, burguesía son elementos constitutivos de un mismo proceso de transformación que deja de manifiesto ideales y formas de convivencia distintas que se unieron a las ya existentes en la Edad Media (vida feudal y vida monástica).
Antes que las monarquías se organizaran claramente y absorbieran a las ciudades dentro de su sistema, éstas frecuentemente se organizaron entre ellas.
Una de las más famosas federaciones fue aquella de las ciudades comerciales del Mar del Norte y del Mar Báltico. Esta “Liga Hanseática” eventualmente incluyó ciudades como Londres en Inglaterra; Hamburgo, Colonia, Lübeck y Bremen en Alemania; Novgorod en Rusia, y alrededor de cien ciudades más. La Liga acuñó monedas, mantuvo una flota de guerra bajo su propia bandera, negoció tratados y pareció por un tiempo representar una nueva nación del norte comercial.
Los documentos adjuntos permiten ilustrar algunos aspectos significativos del renacimiento de las ciudades y del comercio a fines de la Edad Media.
1. La formación de un mercader .
El padre de Godric, se llamaba Aulward, su madre Edwenna. Tenían poco dinero, pero siempre fueron virtuosos y vivieron en el buen camino. Su hogar estaba en una pequeña ciudad inglesa llamada Walpole. Cuando Godric fue mayor, no se conformó con ser un campesino como su padre, sino que prefirió estudiar y aprender. Quería ser un mercader. Comenzó a comerciar con pequeñas cosas de poco valor; cuando ya hubo aprendido un poco más empezó a hacerlo con cosas de un valor superior. Al principio, iba con sus mercancías por las aldeas y campos cercanos a su hogar. A medida que se iba haciendo mayor, más experiencia adquiría; pudo asociarse con los mercaderes más prósperos de la ciudad. Junto con ellos viajó a distintas ciudades, castillos, ferias y mercados, a lo largo del país.
Mientras viajó nunca se sintió orgulloso de sus nuevos éxitos, ni tampoco se avergonzó de ser aún pobre .
Vivía en una ciudad llamada Wellstream que quedaba en la costa. La gente de esa ciudad bajaba muy a menudo a la playa para ver si podían encontrar allí algo que les fuera útil. Un día Godric también fue para ver si podía encontrar algo que pudiera comerciarse. Al principio no encontró nada razón por la cual siguió caminando. Después de haber caminado por un buen rato, vio tres marsopas que habían sido arrojadas a la playa por las olas. Cortó un pedazo de carne de uno de estos cetáceos y lo llevó a casa. La marea comenzó a subir y Godric, que se detenía a cada paso debido a su pesada carga, fue alcanzado por las olas. En un comienzo mojaron sus pies, luego fueron sus piernas, luego su cuerpo hasta la cintura y por último cubrían hasta su cabeza. Más Godric, fuerte y ferviente, hizo todo lo posible por avanzar y siguió arrastrando su carga, incluso bajo las olas, hasta que por último con la ayuda de Dios, triunfó y pudo llegar a la misma playa de donde había salido. Llevó el cetáceo a sus padres y les contó toda la historia, les pidió que siempre proclamaran la gloria de Dios en honor a la ayuda que le había brindado a él en ese día.
Godric era honesto vivía con sencillez. Siempre buscaba la verdad, decía sus oraciones al Señor y rezaba el credo de los Apóstoles al emprender un viaje. Pensaba en Dios y en sus mercedes.
De este modo vivió cuatro años en su condición de mercader, viajando la mayor parte del tiempo a pie y acarreando él mismo las mercaderías. Comenzó a viajar al extranjero, fue primero a Escocia y luego a Roma. En su viaje de regreso a ésta se hizo amigo de otros jóvenes que también querían ser mercaderes. Compraron un barco y comenzaron a hacer viajes al exterior, comprando y vendiendo mercadería. Al mismo tiempo que iba adquiriendo muchos conocimientos útiles.
Se enfrentó con muchos peligros del mar, pero con la gracia de Dios nunca naufragó. Se creyó protegido de los Santos, y los veneró con gran devoción. Iba a sus santuarios y les oraba para que le ayudaran en sus empresas.
Navegó también a Dinamarca y Flandes , donde comenzó a adquirir una buena fortuna. En cada lugar, escogía las cosas de mayor valor que podía encontrar allí, las llevaba a los lugares en donde eran escasos y poco comunes, las vendía por sobre el precio de costo o las cambiaba por otras que tendrían el doble valor en otros lugares.
De este modo obtuvo grandes ganancias y pudo comprar otros barcos. Godric tenía un amente ágil y un cuerpo fuerte. Estaba deseoso de trabajar mucho. Cualquier problema que él no podía resolver por la fuerza, lo hacía por medio de la paciencia y la inteligencia. Sabía pronosticar el tiempo con sólo mirar el mar y las estrellas. En sus oraciones, jamás olvidó agradecer a los Santos por la ayuda que le había prestado.
Reginaldo de Durham: La vida de San Godric
2. Tratado de protección mutua entre Lübeck y Hamburgo en el año 1241.
El abogado, el consejo y la comuna de Lübeck……… hacemos el siguiente acuerdo con nuestros queridos amigos de Hamburgo:
1º .- Si ladrones y otros depredadores atacan a ciudadanos de una u otra ciudad, en cualquier lugar a partir de la desembocadura del río Trave hasta Hamburgo o en cualquier lugar del río Elba, las dos ciudades sobrellevarán por partes iguales los gastos que demande destruirlos y eliminarlos.
2º.- Si alguien ajeno a la ciudad mata, golpea o insulta sin motivo, a un ciudadano de una u otra ciudad, las dos ciudades sobrellevarán por partes iguales los gastos que demande castigar al ofensor. Nosotros, además, acordamos dividir por igual los gastos que demande castigar a aquellos que injurien nuestros ciudadanos en las vecindades de nuestra ciudad.
3º.- Si algunos de sus ciudadanos son injuriados cerca de nuestra ciudad (Lübeck), ellos podrán pedir a nuestros oficiales que castiguen al ofensor y si algunos de nuestros ciudadanos son injuriados cerca de su ciudad (Hamburgo) ellos podrán pedir a sus oficiales que castiguen al ofensor.
3.- Algunos artículos de Estatuto de la Liga Hanseática 1260-1264 .
Nosotros deseamos informar a Ud. De la acción tomada para todos los comerciantes que son gobernados por la Ley de Lübeck:
- Cada ciudad podrá, con lo mejor que tiene, mantener el mar limpio de piratas, así los comerciantes podrán conducir libremente sus mercaderías por el mar.
- Quien quiera que sea expulsado de una ciudad por un crimen no podrá ser recibido en otra.
- Quien quiera que sea proscrito en una de las ciudades por robo, o hurto deberá ser proscrito en todas.
- Si un señor sitia una ciudad nadie debe ayudarle de manera alguna si es en detrimento de la ciudad, a menos que el sitiador sea el señor de la ciudad.
- Si hay guerra en el país, ninguna ciudad podrá debido a esta razón dañar a ningún ciudadano de otras ciudades, ya sea a su persona o a sus bienes y le deberá protección.
- Si algún hombre se casa con una mujer de una ciudad, y otra mujer de alguna otra ciudad viene y prueba que es su esposo legítimo, él será decapitado.
Oliver J. Thatcher y Edgar Holmes Mac Neal: Un Manual para a Historia Medieval. New York. Charles Scripner’s Sons. 1905.
4.- El comercio marítimo a fines de la Edad Media .
“Ningún mercader podía desembarcar solo en un puerto extranjero ni ningún barco arriesgarse solo en el mar. Todos los barcos que iban a un mismo puerto se reunían o salían juntos, de modo que mutuamente pudieran defenderse. Eran barcos redondos que llevaban las mercaderías en la cala y encima del puente. A popa había una torre de madera en la que se podían meter hombres para disparar contra el enemigo en caso de ataque, porque los marinos y los mercaderes llevaban armas. Una vez en el mar, en cada navío se leía el reglamento. Estaba prohibido jurar y nombrar el demonio, faltar a la oración, pasearse con luces, malgastar víveres, importunar a los cocineros y jugar a los dados y a las cartas después de ponerse el sol. Al que sacaba un arma, se le clavaba con ella la mano al mástil.
En cada puerto extranjero , la Hansa poseía, al menos una casa fortificada a la que se arrimaban sus barcos. Las tenía en los puertos de Suecia; en Rusia, en Novgorod; en Flandes, en Brujas; en Inglaterra, en Londres; en Noruega, en Bergen, donde tuvo hasta veintidós. Cada casa estaba rodeada de un recinto defendido por grandes perros, que se soltaban todas las noches. Los empleados se comprometían a permanecer diez años al servicio de la casa. No podían casarse y vivían sometidos a una regla comiendo de la misma mesa y acostándose todos a una señal. Les estaba prohibido ir de noche a la taberna o recibir a nadie una vez soltados los perros. La casa tenía un almacén en el que se depositaban las mercancías que los barcos iban a recoger de la comarca y las que llevaban para vender. En ella estaban el mercado y el Tribunal. Muchas veces, la Hansa tenía una iglesia, y hasta ocurría en Novgorod que en la Iglesia se amontonan los fardos de géneros y los toneles, cuando no quedaba sitio en otra parte”.
Citado por M Fernandis Tovas: Historia General de la Cultura.
5.- Un contrato de aprendizaje, de 1322 .
Ramón de Jossa, de Manressa(ciudad de Cataluña, cerca de Barcelona) entrega por tiempo de cuatro años a Arnau de Torroella, pelaire de Manresa, a Guillermo, hijo suyo, para estar con él todo este tiempo para aprender su oficio de pelaire y cumplir todos los preceptos lícitos y honestos que le serán mandados. Y que por dicho tiempo le dé morada en su casa y comer y beber: obligándose dicho Ramón a hacer devolver e indemnizar todo lo que su hijo sustraiga…….. Y maestro Arnau alaba y aprueba todo lo antedicho y promete que durante los cuatro años dará comida y bebida a dicho Guillermo y le enseñará su oficio de cardador de paños.
Enciclopedia Labor: El Hombre a través del tiempo. Editorial Labor. Barcelona. 1958
6. Estatuto de las bataneros de París (Batanero: obrero textil) .
Los mancebos acudirán todos los días laborales, a la hora del amanecer, a su labor , y cumplirán su jornada de trabajo hasta vísperas. Y el atardecer durará hasta la puesta del sol.
Y ordenamos para el común provecho, que ninguno de dichos obreros de dicho oficio, ni maestro, ni mancebo, ni aprendiz, trabaje por la noche.
Los mancebos tienen señalado su horario: o sea, que aquellos que han sido alquilados por la jornada dejan su trabajo al primer toque de vísperas de Notre-Dame, durante el tiempo en que puede comerse carne; durante la Cuaresma, al toque de completas, y el sábado, al primer toque de nona en Notre Dame; la víspera de la Ascensión, cuando los voceadores pregonen el vino; y la víspera de Pentecostés, la víspera de San Pedro después de San Juan, la víspera de San Lorenzo y la víspera del 15 de agosto, así que salgan los primeros voceadores, y la víspera de Pascua, así que oigan tocar las campanas…….
Los mancebos bataneros deben desayunar…..en casa del maestro a hora de prima, si quieren desayunar, y pueden ir a almorzar fuera de la casa de su maestro, o donde les plazca en la ciudad de París; y después del almuerzo deben volver a su trabajo tan pronto como puedan, sin aguardar que sean llamados y sin esperarse unos a otros excesivamente.
G. Gaigniez: Documentos relativos a la historia de la industria y del comercio en Francia.
Fuente: De la Jara, Fernando; Duchens, Nancy; Frei R.T; Irene: “Antología de Documentos de Historia Universal”. CPEIP. Lo Barnechea, Santiago de Chile abril de 1991.
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