CLUB ALEMÁN DE PUERTO VARAS: "REFUGIO Y AÑORANZA DE LA PATRIA LEJANA” Por Félix Berger Mercado


Por Félix Berger Mercado
El 1 de octubre el Club Alemán de Puerto Varas cumplió 132 años, no es fácil para una institución estar vigente por tanto tiempo, pero los deseos de mantener la tradición y la cultura alemana, es una motivación bastante fuerte para impedir que se disuelva a través de los años, y se olvide a nuestros antepasados.
Ubicado en el centro de la ciudad de Puerto Varas, después de deambular por hoteles, logran construir su propia sede, luego de adquirir un sitio en calles San Francisco esquina San José el 1 de agosto de 1935, y que en noviembre de 1952 colocan la primera piedra . Tras su inauguración , se fue convirtiendo en un importante centro cultural y social. No sólo ha acogido reuniones, sesiones de clubes, instituciones, sino que también conciertos, obras de teatro, veladas artísticas de distinta índole, y eventos sociales. Igualmente los socios han apoyado y cooperado con la ciudadanía y la comuna de Puerto Varas donando especies o dinero . Por eso el Club Alemán de Puerto Varas ha sido importante.
Quizás las generaciones más jóvenes relacionen a esta institución sólo por el Restaurant, o con una fiesta de matrimonio, pero es más que eso, tal como bien lo explicó Hardy Stange en una entrevista concedida a alumnos del Colegio Germania en 1985, mencionando que el “Club Alemán, es la exteriorización del deseo de formar un centro , donde convergen los intereses de preservar el ancestro de los colonos alemanes. Recordemos que estos colonos llegaron a un país completamente extraño, no sólo en el aspecto idiomático sino étnico y cultural, por lo que seguramente el Club Alemán nació como un lugar donde ellos pudieron protegerse de la soledad, un lugar para mantenerlos unidos”. Agregaba que “Sería importante recalcar que el Club no es sólo un club de descendientes alemanes, sino de todos aquellos que aman la cultura y la lengua alemana”.
Respecto a lo que aludía don Hardy sobre que “nació como un lugar donde ellos pudieron protegerse de la soledad, un lugar para mantenerlos unidos”, este argumento no es tan lejano a muchos de nosotros, así como los colonos tuvieron que enfrentar el desafío de partir a un lugar desconocido, sin conocer otro idioma que el propio, y para evitar el aislamiento se unen con personas afines, con el fin de tener apoyos en un territorio desconocido y con clima y relieve disímil al que provenían, es algo parecido y guardando las proporciones a lo que nosotros tuvimos que vivir al terminar cuarto medio y partir a estudiar al norte, en ciudades que tenían otros modos de vida y cultura, y para una mejor adaptación nos integramos en instituciones y clubes chileno alemanes, unos , los varones en residencias universitarias como la Burschenschaft de Santiago, Viña del Mar, Valparaíso, Valdivia y Concepción o las damas en las Mädchenschaften de Santiago, Concepción y Valdivia ; o si no eran residencias universitarias , lo fueron clubes deportivos como Olimpia de Osorno, Phönix de Valdivia, Club Gimnástico Alemán de Temuco, Club Deportivo Alemán de Concepción , Club Deportivo Manquehue de Santiago, Club Alemán de Valparaíso. Así no se sentía tanto la soledad al estar alejado de nuestras familias, de nuestra ciudad . En mi caso, llegué al Club Deportivo Manquehue y formé parte de la rama de faustball, compartiendo con otros deportistas de igual situación que la mía, es decir, que también venían de fuera de Santiago.
Por lo tanto, la creación y pertenencia a clubes alemanes en Chile, era una necesidad de salud mental para no caer en el estrés y la depresión.
Al respecto en 2012 escribimos para el Semanario chileno alemán “Cóndor” el artículo “¿Estrés en los colonos alemanes ?” y tratando de “ encontrar respuestas a la forma que los colonos alemanes hace más de 160 años enfrentaban situaciones al límite entrevistamos a Carmen Birke, psicóloga docente de la Universidad San Sebastián, sede Puerto Montt y descendiente de colonos alemanes para que nos diera luces sobre esta materia”
Presentamos a continuación parte de esta nota:

COLONIZACIÓN ALEMANA
“…………..veamos entonces cuál era la situación de los colonos alemanes en el territorio de Llanquihue durante sus primeros años y que perfectamente podrían haber derivado en cuadros de estrés o depresión .
Situación:
Bebés recién nacidos, niños, jóvenes, adultos e incluso adultos mayores conforman los primeros grupos de alemanes que salen del puerto de Hamburgo en Europa rumbo a Chile. Arriban el 28 de noviembre de 1852 a Ancud , no son desconocidos entre ellos, pues muchos vienen del mismo lugar o están ligados por lazos de parentesco, son casados, con hijos; y los solteros no tardan en casarse, eso les ayuda a no sentirse tan solos.
El paisaje que se encontraron fue con un territorio que era lluvioso, cubierto por extensas selvas de quilas, laureles, alerces, cipreses, robles, pellines, lumas, mañíos, entre otros árboles a los que les agregamos una vegetación de colihues, coirón, y arrayanes. Habían muy pocos lugares para el cultivo. En un primer momento sólo podía transitarse a pie y abriendo a machetazos una senda que apenas dejaba percibir la luz. El terreno iba mejorando a medida que se acercaba al lago Llanquihue.
Los medios de subsistencia eran escasos, Los colonos en sus primeros años tuvieron que luchar con la selva virgen; trabajar desde el amanecer hasta la noche, y de esta forma obtener un pedazo de suelo donde poder sembrar y empezar la actividad agropecuaria .
El libro “Llanquihue entre lago y río”, retrata bien esta situación al decir que: “La prioridad de cada colono era limpiar un lugar cerca del agua para construir su primer hogar y después limpiar o rozar el bosque para preparar la tierra y poder sembrar, también tener pasto para el ganado”
En tanto que Vicente Pérez Rosales Agente de la Colonización entre 1850 y 1855 indica que , “poner aquella cuadra de tierra en estado de cultivo, parecía una empresa muy superior a la fuerza de los medios empleados para conseguirlo. Hallábase todo aquel vasto territorio cubierto de espesísimas selvas”. Menciona que el rigor del invierno de 1853 inutilizó los trabajos coloniales y expuso al colono a perecer de hambre .El invierno de 1854 fue cruel como el anterior ,y la feracidad del suelo virgen y recién preparado inutilizó las siembras de granos ahogándolos el exceso de su propio crecimiento. En 1855, el Gobierno se vio en la necesidad de decretar nuevos auxilios para esos desgraciados pobladores, sobre cuyos sembrados se había batido una plaga de aves que todo lo destruyó.
Pero en 1861 dice Vicente Pérez Rosales, a 9 años de su llegada , “Un puñado de colonos diseminados en las desacreditadas playas a donde se les condujo por necesidad, habían obrado en aquellos lugares los milagros que en el año 1860, ya admiraban a los que conocían la geografía de su país”.
La pregunta es si al pasar por todas estas desgracias los colonos alemanes ¿se desmoralizaron y sufrieron estrés, depresión?, ¿qué pudo haber pasado en la mente de ellos, después de padecer y sufrir muchas penurias?, ¿qué fuerza los llevó a no mandarse a cambiar y quedarse para transformar el paisaje ,superando con creces en menos de una década todas las expectativas?.

¿estrés en los colonos?: “No había espacio para sentimientos de vacío o desesperanza”, superaban el estrés trabajando dice Carmen Birke, docente de la Universidad San Sebastián sede Puerto Montt .

Auxiliados por Carmen Birke , docente de la Universidad San Sebastián sede Puerto Montt, trataremos de dar respuesta a estas inquietudes, realizando un primer esbozo por desentrañar una materia de la que no tenemos registro , y si la hay no la pudimos encontrar . Por ello agradecemos a la académica de la USS por su buena disposición y sobre todo tiempo para aclarar nuestras interrogantes.
Félix Berger (F.B) ¿Existen estudios sobre el estrés en tiempos de la Colonización Alemana?
Carmen Birke (C.B) : No he conocido ninguno. No es un tema que se tratara en esa época ni creo que se hayan realizado ese tipo de estudios en el sur de Chile.
F.B. ¿Qué situaciones de estrés vivieron los colonos?
C.B Las condiciones de vida de los colonos eran muy diferentes a las que tenemos hoy día. El hombre debía luchar contra la naturaleza y el clima, que eran las mayores dificultades de ese entonces. Debían luchar contra la selva virgen para limpiar terrenos que les permitieran cultivar sus alimentos y criar animales, para lo cual no contaban con maquinarias ni elementos tecnológicos de hoy. Usando hachas, palas, sierras, debían vencer a la naturaleza, para obtener los recursos que les permitieran la subsistencia. También podía constituir un elemento de estrés los problemas de salud, por la escasa existencia de profesionales y recursos para la atención de las dolencias de los colonos.
F.B. ¿Cómo les afectaba estar lejos de su patria?
C.B: Lo que mayor impacto causó en los colonos fue su llegada a las tierras del sur de Chile, donde se encontraron con una naturaleza salvaje, sin caminos, casas ni servicios básicos. Las expectativas eran muy diferentes y llevó a que quienes pudieron hacerlo, se regresaron a su patria. Quienes se quedaron, debieron dar una gran batalla contra la naturaleza, y la principal motivación la constituía la subsistencia diaria. Debieron cortar árboles para construir su casa, y así fueron forjando el destino de estas tierras.
Como toda persona que abandona su tierra, su cultura y sus seres queridos, los colonos sentían nostalgia por su patria, especialmente por la cultura y desarrollo que habían dejado atrás. Extrañaban a sus familiares, las comodidades que habían abandonado y la cercanía con otras personas, ya que aquí costaba mucho encontrarse debido a las distancias.
Si bien las migraciones tienden a ser generadoras de estrés por tres vías principalmente, a saber, por la necesidad de elaborar duelos y pérdidas por lo dejado en el país de origen, por hacer frente a múltiples situaciones de supervivencia y por la necesidad de adaptarse a una nueva cultura y crearse una nueva identidad, estas situaciones pasaron bastante inadvertidas en esa época por las dificultades diarias. Es posible también que la literatura existente no haya registrado estos temas, y la información transmitida de generación en generación tampoco lo hizo.
F.B: ¿De qué manera trataban de superar la depresión?
C.B: La depresión no se conocía en esa época en este grupo humano; no lo describe la literatura existente. Ello es congruente con una condición de vida que se orientaba cada día a la satisfacción de necesidades básicas y al sustento del grupo familiar. Era tal la necesidad de esfuerzo y lucha continua, que no había espacio para sentimientos de vacío o desesperanza.
F.B: ¿Qué se hacía con ellos? ¿A dónde se derivaban? ¿O no se conocía este problema?
C.B: La información que manejo y que ha podido recabar es que no se conocía este problema. En todo caso, no habría habido a dónde derivarlos.
F.B: ¿Sabe de alteraciones psicológicas entre los colonos?
C.B: No
F.B: ¿De qué manera la música y las kermesses eran importantes para su salud mental?
C.B: Toda manifestación de cultura y esparcimiento constituía un momento de encuentro entre los colones que vivían dedicados al trabajo. Las redes sociales se tejían en torno a las fiestas de escasa frecuencia y larga duración, ya que movilizarse de un lugar a otro era sumamente dificultoso. Las celebraciones de cumpleaños solían durar tres días o más, ya que realizar tan largo viaje por menos tiempo no valía la pena. Permitía el contacto entre las familias, conocerse con otros y elegir pareja, ya que el matrimonio era fundamental para la subsistencia. Las familias tenían hartos hijos, lo cual era necesario porque todos debían colaborar en la producción de recursos de subsistencia. Los varones ayudaban al padre en las labores agrícolas y las mujeres en las labores del hogar, donde había que hacer todo, desde sacar lana a las ovejas, lavarla, secarla, hilarla y luego tejer las prendas.
F.B: ¿Cómo el colono superaba sus penas, sus pérdidas o las situaciones fuertes que le tocaba vivir?
C.B: Ocurrían muchas situaciones tristes, como el caso de un colono que fue a Puerto Montt (Melipulli) a caballo a comprar algo que le faltaba. A su regreso, varios días después, se encontró con que había caído un rayo, había quemado su casa y dado muerte a toda su familia. Este señor les dio sepultura, se fue al norte y no volvió nunca más. Pero en general, los colonos eran muy solidarios en la adversidad y se acompañaban cuando alguno sufría una desgracia. Eso los reconfortaba y ayudaba a hacer más llevaderos esos problemas. Por otro lado, cuando alguien enviudaba, rápidamente se buscaba una nueva esposa o esposo, ya que solos no podían subsistir.
F.B: ¿De qué manera las escuelas creadas por los colonos eran punto de encuentro y ayudaban a superar u olvidar los problemas?
C.B: El objetivo de crear escuelas alemanas en la zona tenía como fin educar a los hijos de los colonos alemanes. Pero, además de brindarles educación, deseaban transmitirles su cultura y valores que mantenía las raíces germanas. El idioma en que se comunicaban era el alemán, por lo que fue el idioma que se enseñaba en las escuelas, con profesores venidos desde Alemania. Además de transmitirles su cultura a los descendientes, constituían efectivamente un punto de encuentro, en torno al cual se realizaban actividades de esparcimiento. No puede dejar de mencionarse los clubes sociales como punto de encuentro, donde los Deutscher Verein (Club Alemán) constituían el lugar para realizar negocios, actividades de esparcimiento, lectura, intercambio cultural, entre otros.
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*Nota de la Redacción
I.- Este artículo es muy importante , dado que es un tema que no se ha estudiado en Chile, es algo inédito ,no encontramos literatura sobre la existencia de estrés en los colonos alemanes. Por eso señalo que es una primera aproximación a una materia que podrían abordar más extensamente estudiantes de carreras como medicina, psicología y otras relacionadas.
Agradecemos a Carmen Birke docente de la USS sede Puerto Montt por la colaboración y ayuda para aclarar y tratar de explicar un vacío existente en la historiografía de la colonización alemana
II. La versión completa de esta entrevista fue publicada en grafelbergnoticias el martes 30 de octubre de 2012 http://grafelbergnoticias.blogspot.com/…/estres-en-los-colo…

Veamos entonces los siguientes documentos, que describen y relatan la historia del Club Alemán de Puerto Varas desde 1885 hasta 1985 .



DOCUMENTO N° 1: HISTORIA DEL  CLUB ALEMÁN DE PUERTO VARAS 






Casi 33 años transcurrieron desde la llegada a Puerto Montt de los primeros inmigrantes alemanes cuando en el año 1885 se fundó el Club Alemán de Puerto Varas.
Por difíciles senderos a través de la selva virgen y fangosa, después de días de marcha se pudo llegar a la ribera del lago Llanquihue. A los colonos les fueron entregadas sus correspondientes chacras o hijuelas, quedando entregados a su destino.
Los primeros colonos se establecieron al sur del gran lago, empezaron con el roce de los bosques seculares para obtener praderas para sus siembras. Fueron años de sacrificio, además de construir sus mediaguas donde cobijarse transitoriamente entre el deseo de surgir, de mantener la vida en sociedad.
También había que darse el tiempo de hacerse la idea de preocuparse de asuntos culturales, del crecimiento de los niños que aprendieran el idioma maternal, practicarlo en lo posible con la lectura. De mantener una Escuela mediante la ayuda voluntaria, contratar un preceptor ambulante que la atendiera, lo que se hacía necesario, facilitaría en cierta medida una antigua aspiración para la enseñanza elemental de los niños de los colonos ya establecidos, quienes en su vieja patria habían gozado de buena instrucción.
El 1 de octubre de 1885, catorce vecinos se reunieron en las habitaciones del entonces Hotel “Llanquihue”, con la finalidad de aunar voluntades para fundar un Club Alemán. El Club debía en primer lugar contribuir para que la nacionalidad alemana de entonces, fomentara y mantuviera las reuniones sociales y culturales.
El primer directorio lo encabezó don Fernando von Bischoffhausen, presidente; don Federico Hollstein, cajero; y Roberto Haupt, secretario. Los fundadores restantes fueron los señores: Albert Stoewhas, Guillermo Wolf, Juan Rosa, Albino Martin, Emilio Martin, Hermann Binder, Hermann Sunkel, Federico Grothe, Godofredo Heim, Theodor Raddatz, E .Vyhmeister.
Con este motivo los previamente estudiados Estatutos por los fundadores del Club , fueron los definitivos. El 14 de septiembre de 1912 fueron aprobados por el gobierno, la personería jurídica quedó registrada bajo el Decreto N° 2676. Las primeras actas fueron escritas en letra manuscrita gótica.
Estos señores condujeron los destinos del club por muchos años. El valor de ingreso en calidad de socio se elevaba a $ 2.- y la cuota mensual se fijó en 20 centavos. Habrá que recordar que la moneda de entonces tenía un valor de 2 marcos oro.
En el párrafo 1 de los Estatutos se lee: “ Enaltecer la cultura alemana, protegernos mutuamente, trabajar unidos en el hermoseamiento y estructura de la nueva patria y cooperar activamente.
El párrafo 18 establece que : “El Club mantendrá una reunión general cada día sábado: en el verano a las 9 horas, y en el invierno a las 8 horas de la tarde, antes de la luna llena. La reunión se dará a conocer con 14 días de anticipación en el pizarrón del Club. Los Estatutos fueron recibidos con singular simpatía, y hasta los días de hoy son un documento útil en las reuniones de los socios, y para aprobar acuerdos.
En aquellos años, asistir a las reuniones de socios del Club significaba un largo cabalgar. El regreso al hogar después de una alegre y no menos regada reunión, no pocas veces se hacía peligroso a través de los caminos de alrededor del lago, apenas transitables. Para cabalgar hacia La Fábrica, hasta Los Riscos, a Nueva Braunau, a Desagüe (Llanquihue), se esperaba la salida de una brillante luna para llegar sano y seguro a casa. Las dificultades que debían superar a su debido tiempo no eran impedimento alguno para que los señores socios aparecieran en las reuniones. Era verdaderamente conmovedor como el círculo de los socios aumentaba año tras año.
Para las festividades de su inauguración el año 1885, lamentablemente no se dejó una información de sus pormenores. El Club contribuyó de su caja con el monto de $ 16 para realizar tal celebración.
Se adelanta que después del año de su fundación fue grande la preocupación para formar una Biblioteca disponible para las familias de los colonos, ofreciéndoles lectura en su idioma materno. El arriendo mensual de un libro valía 1 centavo. Desde aquel entonces y durante 90 años nuestra biblioteca ofrece un buen surtido de libros en idioma alemán, los que están a disposición de la comunidad. Poco a poco se fueron juntando más volúmenes para consultarlos, pero por desgracia no se le da la importancia debida.
Según el informe del año 1952 , el Directorio se reunía una vez al mes, reuniones que se hacían regularmente en el Hotel “Llanquihue”. Posteriormente fue en la casa de Niemann, también donde el señor Jorge Sunkel, en el Hotel Bellavista. Una vez al año se hacía una gran fiesta, vale decir, una Kermesse para reunir fondos necesarios.
Al ojear viejas actas del año 1886, de los días de las fiestas patrias, nos encontramos con más de un interesante documento: al ex Presidente de la República, Excmo. Señor José Manuel Balmaceda, se le dirigió un telegrama de felicitación, cuya respuesta llegó al Club Alemán de Puerto Montt, se nombró una Comisión que cabalgó al vecino puerto para ir en busca del mensaje telegráfico. El intercambio de notas fue como sigue:
“Señor
José Manuel Balmaceda
Presidente de la República
Santiago
En nombre del Club Alemán de Puerto Varas, el Directorio felicita a Vuestra Excelencia como Presidente de la República.
Federico Hollstein, Godofredo Heim, Roberto Haupt
Puerto Montt”
Respuesta:
“Correspondo saludo del Club Alemán. Con mis agradecimientos
José Manuel Balmaceda”
Por esos años, Puerto Varas no contaba con servicio de Correo y Telégrafo, lo que motivó este malentendido.
Otro caso de la época, da cuenta sobre la excursión de los socios del Club Alemán a Quebrada Honda, en la propiedad del señor Carlos Michael. Los gastos fueron: asado al palo $12; chicha y cerveza $ 14,20; dos veces café $ 13,80. Total $ 40.
Por el año 1887 fue nombrado socio honorario el Dr Carl Martin, en reconocimiento a sus grandes esfuerzos a favor de la nacionalidad alemana. Considerando que no sólo debía mantenerse un Club de lectura, sino que también ganarse un prestigio, , lo refrenda el hecho que se nombrara socio honorario al Canciller Otto von Bismarck, lo que en la burocracia gobernante de entonces produjo toda clase de conjeturas como era de suponer.
En el año 1893 falleció el primer presidente y fundador del Club Ferdinand von Bischoffshausen, quien durante muchos años dirigió los destinos del Club. Se dio una larga lista de nombres que se presentaron para defender desinteresadamente los intereses de la institución. En los años posteriores se alhajó del correspondiente mobiliario como mesas, sillas y estante para libros.
El Hotel Chile-Argentina
A principios del año 1900 se determinó trasladar el Club a los locales del Hotel Chile-Argentina, dado que en ese establecimiento se disponía de una gran sala para las reuniones y la Biblioteca estaba disponible. Además había una mesa de billar, y un bar bien surtido, bastante frecuentado. Asimismo contaba el local con importantes novedades, como el alumbrado a gas que producía muy buena impresión a los visitantes. Debido a que Puerto Chico fue siempre el centro de reunión de los portovarinos, el Hotel Chile-Argentina situado a la salida del camino que conducía a Puerto Montt, el Club Alemán que allí funcionaba era visitado a menudo por los cansados viajeros, que tomaban el vapor del lago para trasladarse o cabalgaban en demanda de Puerto Varas, dejando atrás el sacrificado camino a Puerto Montt. Lo que el Club había obtenido en su beneficio , lo disfrutarían las generaciones venideras al obtener un hogar propio, donde poder descansar y sostener charlas en reuniones de camaradería en el idioma de sus antepasados.
Colegio Alemán
Durante el año 1906, hay que agradecer de una manera especial al Club la adquisición de terrenos para el Colegio Alemán que funcionaba en precarias condiciones.
Cementerio La Laja
El Club Alemán se impuso además la obligación de preocuparse por la mantención del cementerio situado en el vecino lugar de La Laja, en el que yacen los restos de muchos socios.
Primera Guerra MundialLos acontecimientos de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), sometieron a nuestra comunidad a un boicot y “listas negras” muy penosas, lo que frustraba cualquier medida bien encaminada de adelanto.
División
Alrededor del año 1920 se separó un grupo de la Comunidad para fundar un segundo Club: el Club Germania. Esta nueva agrupación no pudo mantenerse y volvió a amalgamarse en su bloque primitivo. A pesar de todos estos inconvenientes y enemistades, siempre hubo personas que se integraron desinteresadamente a nuestro grupo. Cuando el club funcionó en el local Hotel Chile-Argentina fue entonces uno de los buenos establecimientos. El Directorio lo componían: presidente Enrique Fritsch; vice don Celestino Hofmann, cajero don Jorge Wilhelm, secretario don Jorge Scheurer.
Segunda Guerra Mundial
Los años de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), con las consecuencias de la gran miseria para con la vieja patria, también nos trajo reveses. Bajo la presidencia del señor Robert Minte fue posible que el Club saliera del paso de todas las calamidades y enemistades. Debido a esta contingencia, y a que nuestro gobierno mantuvo su neutralidad, fue posible mantener nuestras instituciones chileno-alemanas. Hubo casos en ciudades que los clubes fueron clausurados o cambiaban de nombre y Estatutos.
Casa propia : Casa Alemana
Transcurrieron muchos años, antes que pudiéramos desligarnos de los inconvenientes, como el de reunirnos en locales ajenos, de lo cual estábamos cansados ante el vehemente deseo de un local propio, aspiración que cada vez iba ganando más terreno. A pesar de todas las preocupaciones que se presentaron, el Club Alemán se proyectó a ambiciosas metas en el curso de la década con miras a organizarse y madurar la idea del “techo propio” . Durante los años 1950-1951 se tomó la determinación de construir la Casa Alemana. Mediante la iniciativa del señor Berthold Meyer, quien fue elegido presidente del club el año 1951, contra toda clase de contratiempos, se alcanzó a dar los primeros pasos para realizar un proyecto de construcción. Se encontraron las personas que auspiciaron la idea poniendo todo el esfuerzo de su parte. El señor Meyer dirigió con paciencia y mucha dedicación al Club Alemán superando toda crisis ante las grandes responsabilidades.
El Directorio de 1952 se componía de los siguientes señores: presidente Berthold Meyer, primer director Félix Vyhmeister, segundo director Hans Lahres, cajero Hans Karl Perl, secretario Heinz Fritsch, Doctor Chistel Frese, Kurt Reinke concesionario.
El Club Alemán de Puerto Varas fue en 1952 único en su modelo en nuestra hermosa ciudad. Contaba con 165 socios, los que casi sin excepción cooperaban en una u otra forma en la obra para que algún día se hiciera realidad la “Casa Alemana” en Puerto Varas.
Con gran visión, antes del fallecimiento de los presidentes señores Heinrich Fritsch K y Fernando Binder G, se adquirió por la vía de compra un sitio en calles San Francisco esquina San José, el 1 de agosto de 1935 . En noviembre de 1952 pudimos comenzar con la colocación de la primera piedra, en cuyo acto estuvo presente el entonces Presidente de la República, Carlos Ibáñez del Campo y altos representantes de Alemania Federal .
Con el valor del predio como respaldo, y una suma de dinero de $70.000 se procedió a la construcción del edificio proyectado de tres pisos. Al arquitecto Alberto Oettinger se le encargó la confección de los planos correspondientes quien también supervigiló la construcción de la obra.
Nuevamente transcurrieron años hasta que se pudo pensar en la terminación y alhajamiento del Club , pero también surgió un nuevo espíritu de colaboración, de esta manera, el Club Alemán dio término a la obra gruesa del edificio. Las donaciones voluntarias que llegaron de todos los círculos de la provincia fueron agradecidas de sobremanera . Podemos sentirnos orgullosos de haber aunado esfuerzos con quienes vibramos en nuestra ascendencia, sin cuya ayuda el Club Alemán no hubiera podido realizar esta gran obra.
Hoy en día poseemos nuestro propio hogar, también disponemos de entradas con las que auspiciamos instituciones como la Liga Chileno Alemana, colegios, instituciones de caridad, otorgamos becas a estudiantes de escasos recursos, y para una cuota mortuoria a la familia de los socios fallecidos ( aprobado en la Asamblea General de 1969). El Club Alemán dispone de espaciosas salas para actos culturales.
CELEBRACIÓN DELOS 90 AÑOS DEL CLUB ALEMÁN. 1 DE OCTUBRE DE 1975
El 1 de octubre de 1975 se celebró el nonagésimo aniversario del Club Alemán de Puerto Varas. El Directorio de aquel año estaba formado por las siguientes personas:
Presidente: Félix Raimann Neumann, el cual era además Director del Hospital San José y fue Gobernador Distrital del Rotary Club
Vicepresidente : Bernardo Horn Klenner, Director de “La Hora Alemana”, transmitida todos los domingos por radio “Turismo” y actualmente por radio “Estrella del Sur”.
Secretario: Sergio Kusch Loebel
Tesorero: Rigo Guillermo Teuber Teuber
Primer Director: Adrián Sommer Fernández
Segundo Director: Ernesto Hoffmann
Tercer Director: Jorge Hermanns Hevia
Como de costumbre uno de los actos de celebración del aniversario consistió en una visita, con la ofrenda de una corona de flores, a los cementerios La Laja y el de Puerto Varas, en los que están reposando en el eterno descanso la mayor parte de los socios de este Club.
Nuestra actual directiva bajo el mando del señor Hardy Stange, se hizo cargo de la tarea y la responsabilidad de la institución para continuar dirigiéndola por la senda ya trazada en recuerdo de las pasadas generaciones. De tal manera, que en todo momento represente a nuestra Gemeinschaft con el honor de superar nuestra ascendencia alemana.
Sea recordado con orgullo la realización de esta obra para las generaciones venideras, con el pensamiento siempre presente de nuestra nacionalidad, manteniéndola y asegurándola.
Traducido y compilado por Enrique Kinzel.
PRESIDENTES DEL CLUB ALEMÁN
- Ferdinand von Bischoffshausen: 1885 y 1887 a 1888
- Federico Hollstein: 1886, 1889 a 1891, y 1902 a 1903
- Víctor Hess: 1892, 1897 y 1912
- Franz Klenner: 1893
- Johann Rosa: 1894 a 1895, y 1900
- Hermann Binder: 1896, y 1904
- Karl Vyhmeister: 1898 a 1899
- Heinrich Wiederhold: 1901
- Heinrich Schadow: 1905 a 1909
- Heinrich Fritsch: 1910, 1913 a 1920, 1925 a 1937
- Juan Minte: 1911
- Heinrich Braemer: 1921 a 1922
- Celestín Hofmann: 1923 a 1924
- Fernando Binder: 1938 a 1940, y 1944 a 1951
- Roberto Minte: 1941 a 1943
- Bertoldo Meyer: 1952 a 1962, y 1964 a 1968
- Kurt Reinke: 1963
- Karl Heinz Fink: 1969 a 1974
- Félix Raimann: 1975 a 1980
- Hardy Stange: 1981, 1982, 1983
Conforme a los Estatutos, cuando el socio cumple 40 años de ingresado, se le confiere un galvano nombrándolo Socio Honorario del Club. Este honor se confiere también por servicios extraordinarios.
Socios Honorarios
- Carlos Heim
- Jorge von Bischoffshausen
- Guillermo Minte
- Guillermo Schadow
- Carlos Schulz
- Edmundo Bechthold
- Francisco Fritsch Albers
- Osvaldo Kusch Raddatz
- Chistel Frese Söhrens
- Juan C Perl von Bischoffshausen
- Herbert Schmauck Schmauck
- Ignacio Droppelmann Schwerter
- Guillermo Schwabe Vyhmeister
- Hans Lahres
- Arnoldo Minte Hube
- Jorge Droppelmann Kaschel
- Walter Kahl Frank
- Albino Fink Dannhaeuser
- Félix Vyhmeister Binder
- Guillermo Birke Raimann
- Hardy Schmauck Schmauck
- Julio von Mühlenbrock Lira
- Juan L Maul Maul
- Heinz Fritsch Albers
- Carlos Opitz Kuschel
- Adrián Sommer Fernández
- Ewaldo Klein Dörner
- Karl Heinz Fink Klinge
- Fernando Hofmann Gebauer
- Einar Gebauer Heim
- Hardy Minte Bartsch
*Compilación entre 1952 y 1977: Kurt Reinke y H Fritsch
Fuente: Horn, Bernardo; Kinzel ,Enrique: “Puerto Varas, 131 años de Historia, 1852-1983”.Imprenta Horn, Puerto Varas,1983.
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DOCUMENTO N°2: “100 AÑOS DEL CLUB ALEMÁN DE PUERTO VARAS”. ENTREVISTA A HARDY STANGE HEIM: “Sin una generación joven que continúe manteniendo vivos los valores que ellos entregaron, estaremos condenados a desaparecer”.


POR CLAUDIA NEIRA Y CECILIA OPITZ
Celebrar un aniversario es un acontecimiento muy importante, pero celebrar un centenario es prácticamente un suceso.
El Club Alemán de Puerto Varas fue fundado el 1 de octubre de 1885 por lo que su existencia ha estado ligada a la ciudad por más de un siglo. Se ha alimentado de las inquietudes de los portovarinos y ha contribuido de manera desinteresada no sólo a labores de ayuda social sino a una constante difusión cultural. De aquí nació nuestro interés de entrevistar al presidente del Club Alemán , don Hardy Stange Heim, a lo que cordialmente accedió .
Felicitamos al Club Alemán y a todos sus socios en el cumpleaños número cien.
1.- ¿Qué es el Club Alemán?
El Club Alemán es la exteriorización del deseo de formar un centro donde convergen los intereses de preservar el ancestro de los colonos alemanes. Recordemos que estos colonos llegaron a un país completamente extraño, no sólo en el aspecto idiomático sino étnico y cultural, por lo que seguramente el Club Alemán nació como un lugar donde ellos pudieron protegerse de la soledad, un lugar para mantenerlos unidos.
2.- ¿Qué significado tiene como institución para la ciudad de Puerto Varas?
Bueno, el Club Alemán a través de su vida institucional ha ido satisfaciéndolas diversas necesidades de la comunidad. Quiero dejar en claro que el Club Alemán no es una institución exclusivista y esto lo demuestran los hechos, pues nuestras puertas han estado siempre abiertas para cualquier institución que tenga necesidad de un local para celebrar reuniones. Otro aspecto de gran importancia es la fuente de trabajo, en nuestro Club laboran más de 20 personas en forma estable, aumentando el personal en verano dada la demanda que tiene nuestro servicio de Restaurant. En eventos sociales es indiscutible el rol del Club Alemán como centro de reunión. El Club Alemán está abierto a la comunidad, y a completa disposición de ella.
3.-¿Podría hacernos una pequeña reseña histórica del Club Alemán?
Como ustedes saben, en el siglo pasado, el núcleo urbano no estaba ubicado en lo que es hoy la ciudad de Puerto Varas, sino se situaba en Puerto Chico, entre 1850 y 1900, toda la actividad se centro ahí por la empresa naviera. En un primer tiempo el Club Alemán estuvo ubicado en el Gran Hotel “Llanquihue”, hoy de propiedad del doctor Wilfredo Teuber, y que desgraciadamente fue consumido por un incendio. Luego se trasladó al Hotel “Bellavista”, donde permaneció hasta que el directorio y los socios del Club decidieron adquirir el sitio actual para realizar una edificación. En esta construcción colaboró toda la región.
4.- ¿Cómo pudo mantenerse vivo durante tanto tiempo el Club Alemán , e incluso hoy-luego de cien años- estar más latente aún?
En Chile han existido muchos clubes alemanes: en Valdivia, Santiago, etc, pero la mayoría de ellos dejó de existir. Yo pienso que el Club Alemán de Puerto Varas logró permanecer debido a que se administra a través de un directorio, el que debe responder a los socios que lo han elegido del buen funcionamiento del Club.
5.- ¿Cuál es la relación entre la cultura y el Club Alemán?
Bueno, creo que eso está implícito en toda la trayectoria del Club. La cultura ha sido nuestra razón de existir, y en estos últimos años, asesorados por la Liga Chilena Alemana, y por don Arturo Yunge, hemos hecho extensiva a toda la comunidad diversas manifestaciones culturales como conciertos, proyecciones de video, obras teatrales, conferencias, etc.
Sería importante recalcar que el Club no es sólo un club de descendientes alemanes, sino de todos aquellos que aman la cultura y la lengua alemana.
6. – Por último don Hardy ¿Qué mensaje enviaría a la comunidad al conmemorar 100 años de existencia del Club Alemán?
Es importante, que la comunidad portovarina comprenda y respete la forma de ser y de actuar de las instituciones que como nosotros siguen un fin constructivo en el problema social. El Club Alemán ha demostrado que sigue una línea de construcción positiva, y así como nosotros entregamos apoyo y colaboración, pedimos lo mismo por parte de la comunidad.
También quiero dirigir un mensaje especial a los jóvenes descendientes de los colonos, para ellos pertenecer al Club Alemán es casi una obligación , un deber, porque sin una generación joven que continúe manteniendo vivos los valores que ellos entregaron, estaremos condenados a desaparecer.

Fuente: Anuario 1985 del Colegio Germania de Puerto Varas
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Finalmente, podemos puntualizar que la creación de un club alemán, como el Club Alemán de Puerto Varas , más que un asunto baladí o insignificante , era una necesidad, si no lo hacías, si no te integrabas a un grupo, te podías enfermar, deprimir o estresar, como estas enfermedades no se conocían en esa época , se pasaron por alto, pero es posible sostener dado los sufrimientos que toleraron los colonos alemanes , en particular durante la segunda mitad del siglo XIX , muchos pasaron por estas enfermedades sin saberlo, y que sólo la superaban participando en kermesses, reuniones de colegios, sesiones de clubes alemanes, integrando bandas musicales . Más que discriminar a otras personas, la fundación de entidades chileno alemanas a fin de cuentas era un tema de salud.
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Fotos
- Anuarios Colegio Germania
- Club Alemán de Puerto Varas
- Jorge Ramírez
Agradecimientos
-Nuevamente nuestra gratitud y reconocimiento a Carmen Birke por ayudarnos a mirar de manera distinta y diferente un aspecto poco estudiado de la Colonización Alemana .


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