Dura respuesta de la Corporación del Colegio Germania de Puerto Varas a pretensión de la Congregación del Verbo Divino que ahora se quiere quedar con la administración del Colegio

Estimada Comunidad Germaniana:








Junto con brindarles un cordial saludo y teniendo presente la convocatoria realizada por el representante de la Congregación del Verbo Divino, nos sentimos en el deber de informar y aclarar, EN ARCHIVO ADJUNTO, la carta difundida por éste en reuniones convocadas, sin conocimiento ni invitación a la Corporación Colegio Germania, realizadas el día martes 13 del presente.En la carta, los puntos expuestos por la Congregación del Verbo Divino están con letra de color negro. Las aclaraciones de nuestra Corporación están letra de color rojo.





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En un segundo ARCHIVO ADJUNTO, extracto del Libro “Misioneros del Verbo Divino en Chile 1900 – 2000, Autor Carlos Pape, SVD, cuyo texto hace referencia a los reales acontecimientos históricos.







La Corporación sostendrá una reunión con la Directiva del Centro de Padres y Apoderados C.G., en la cual se informará in extenso y se aclararán las dudas sobre la situación existente.







Nota: En la carta, los puntos expuestos por la Congregación del Verbo Divino están con letra de color negro. Las aclaraciones de nuestra Corporación están letra de color rojo.







Atentamente
Patricio Ruiz Schubbe    
Reinaldo Bittner Niklitschek
 
 
Extracto del Libro “Misioneros del Verbo Divino en Chile 1900 – 2000, Autor


Carlos Pape, SVD.

Rectorado del P. Eduardo Saffer, 1966- fin de 1967. Entrega del Colegio a la Corporación

Germania.

Seguramente no le fue fácil al P. Eduardo Saffer aceptar la decisión del P. General Juan Scütte

cuando, en medio de las actividades de reciclaje en Nemi (localidad vecina a Roma) se le comunicó

que había sido nombrado Rector del Colegio Germania de Puerto Varas. A principios de 1966, el

joven Rector tuvo que hacerse cargo de sus funciones, difíciles funciones ese año extraordinario

del Germania.

El Provincial P. Clemente Reimann escribía al P. Rector Eduardo Saffer a fines de septiembre de

1966 “acabo de tener una entrevista con el señor Arzobispo de Puerto Montt quien vino a

informarme sobre las gestiones relativas a la Escuela Normal que se proyecta fundar en Puerto

Varas. Le comunico el contenido de la conversación:

1- Quieren hacerse cargo de la Escuela Normal las Religiosas de la Compañía de Santa Teresa

que son españolas. Tienen mucho interés en esta obra, por ser una de las finalidades

específicas de esa congregación. Si se acepta o no, esto depende del próximo Capítulo

General que se efectuará en Roma en enero de 1967. Pero el Sr Arzobispo irá a Roma a

comienzos de diciembre… y tomará contacto con la Superiora General de esa Congregación.

2- El Sr. Arzobispo desea que la Escuela Normal dependa de una de las Universidades

Católicas para tener mayor libertad respecto del programa de enseñanza u de las

arbitrariedades relativas a la subvención estatal…

3- Se necesita pronto una propuesta de parte de nosotros respecto a las condiciones,

especialmente económicas del traspaso del Colegio de Puerto Varas a las religiosas… En la

entrevista me limité a decir que daríamos el máximo de facilidades.

Ruégole que delibere con el Consejo Local de Puerto Varas respecto de este asunto y

mándeme, cuanto antes, el resultado de estas deliberaciones, pues el Sr. Arzobispo tiene

que comunicarlo, cuanto antes, a las Religiosas. Las deliberaciones del Consejo local

servirían de base para el consejo Provincial…

El posible retiro de los verbitas de Puerto Varas se debía a las dificultades de aunar

criterios de trabajo entre los mismos religiosos en esos años revolucionaron

profundamente el mundo de la Iglesia y de la Sociedad. Se sentían los primeros efectos del

Vaticano II que se proyectaban con fuerza en toda la vida y actividad de la Iglesias. Muy

bien lo sabían los superiores entonces y sentían cómo la gran mayoría del personal joven de

la Congregación deseaba trabajar no ya en el apostolado educacional, sino en el apostolado

directo, “en Medio de la gente”, como solía decirse. Y ello parecía más justo tratándose de

una Congregación que por definición se3 llamaba misionera. Así lo entendía y lo hacía

saber también el Superior General P. Juan Schütte.

Efectivamente, ya en octubre de 1966 el Superior General respondía al Provincial. “En

nuestra sesión de hoy hemos analizado sus cartas y el problema de la eventual entrega del

Colegio en Puerto Varas, como usted sabe, fundamentalmente nosotros estamos de

acuerdo con la entrega del Colegio, pero sí, estamos en contra de una salida total de Puerto

Varas, puesto que de esta región hemos tenido hasta ahora las mejores vocaciones.

Reflexione, por favor con su consejo, de qué otra forma podemos mantenernos activos allí a

fin de asegurarnos las posibles vocaciones”.

En medio de esta situación, el Superior Provincial, P. Clemente Reimann quiso atender al

deseo del Episcopado Nacional de crear, dentro de la Provincia Eclesiástica de Puerto

Montt, una Escuela Normal Católica. En aquel entonces, la Iglesia tenía una sola Escuela

Normal en el Sur. Ella se encontraba en Temuco a unos 300 kms de Puerto Montt. Se

pensaba que Puerto Varas era un buen centro para institución Católica tan importante. En

medio de una zona agrícola y con la vecindad de grandes fábricas en Llanquihue y a solo 20

minutos en bus desde Puerto Montt y hora y media desde Osorno, una Escuela Normal

parecía ser una buena salida para el Colegio Germania en crisis y para la ciudad de Puerto

Varas, ciudad que se habría prestigiado con una institución de este tipo.

“En vista de que estamos por terminar el año escolar a mediados de diciembre”, – escribía

el P. Provincial a la Superiora general de la Compañía de Santa Teresa- “sería necesario

saber, por lo menos con un alto grado de certeza, si su Congregación fundará la escuela

Normal en Puerto Montt, e.d. en Puerto Varas, aunque no pudiera abrirse en marzo de

1967, sino tal vez en 1968. Por de pronto interesaría el hecho de la fundación, aunque no se

pueda precisar el momento de la apertura…”

En la primera mitad de noviembre, el P. Provincial recibió respuesta negativa de las

Hermanas. Por el momento habían decidido no hacer ninguna nueva fundación en Chile, y

en caso de que hiciesen una,- decían- no la ubicarían en una región tan lejana del centro

cívico del país. Esta decisión obligó a buscar otros caminos para entregar el Colegio.

Poco a poco, la sensación de desaliento iba creciendo y las informaciones sobre el futuro

del Colegio Germania iban despertando reacciones encontradas. A fines de octubre de

1966, el P. Enrique Bohle expresaba al Superior General su convicción.

“Es cierto que el Colegio pasa por una crisis como lo están todos los colegios particulares de

Chile, razón por la cual hay que pensar y ver lo que se puede hacer. Usted mismo dejó

abierta la posibilidad que se vea y se estudie el problema. Pero tomar una decisión tan

rápida y sin mayor reflexión parece sobradamente imprudente”. Y luego, refiriéndose a una

fiesta que se había organizado en el Germania, escribe… “el domingo pasado se realizó acá

en el Colegio una gran fiesta organizada por el Centro de Padres y Apoderados Ex Alumnos

del Colegio. La concurrencia sobrepasó todas las expectativas. Reinó un entusiasmo y

alegría únicos por el Colegio. Lastimosamente estas fiestas no se hacían antes; no había

contacto con la gente, pero ahora se ve que la gente está con nosotros, que quiere

colaborar con nosotros… y justo ahora queremos terminar con el Colegio. ¡Tremenda

injusticia y deslealtad con esta gente!

Que el asunto haya que pensarlo y estudiarlo, es lógico, pero no lo hagamos tan

sorpresivamente. Hagámoslo cuando tengamos continuadores o hayamos encontrado otra

solución. Me parece que antes de tomar una decisión tal, tenemos que consultar a los

católicos que siempre no apoyaron y cuyos antecesores lucharon para tener acá un Colegio

católico. Estoy seguro que estos mismos lucharían hoy con más ahínco que nunca por un

colegio católico. Gran optimismo reina en toda la región por un futuro mejor para Puerto

Varas, Lo que hoy son problemas, mañana ya no lo serán. Me parece que tenemos que

mirar con un poquito más de optimismo el futuro…

Todo esto lo escribo no porque sea de la región y tenga interés personal de quedar aquí.

Sinceramente hablando, me gustaría más trabajar en Santiago en cualquier otra parte. Lo

hago porque sé que somos más necesarios acá y que la crisis por la que pasamos es sólo

pasajera…”

En la misma línea se encontraba el P. Guillermo Niessner y unos pocos otros que querían

salvar de todos modos el Colegio, si no para el Verbo Divino, al menos para ponerlos en

manos de una institución que le asegurara futuro. “Yo propondría- escribía el P. Guillermo

al Superior General - si es que tiene que ser así, que preparemos la gente para nuestro

retiro, y que también les digamos que nos iremos sólo cuando haya quienes continuarán la

obra.”

Lo que interesaba al P. Guillermo, y también a otros, era que no se decidiera el futuro de la

institución en un pequeño círculo de responsables y que, sobre todo, ese pequeño grupo

no estuviera inspirado en motivos o intereses personales, cosa que él creía estaba

sucediendo. Por su parte, el P. General le agradece su detallada descripción de datos a

favor de la continuidad el trabajo de la Congregación en el Germania, y al mismo tiempo le

dice que está a la espera de la opinión del Provincial y su consejo.

A mediados de noviembre, el P. Provincial escribía al P. Rector Eduardo Saffer. “En la sesión

de ayer trató el Consejo Provincial sobre el asunto del Colegio de Puerto Varas. En resumen

se opinó lo siguiente:

1- En vista de la decisión definitiva de la Compañía de Sta Teresa de desistir, por de pronto,

de una nueva fundación… el consejo Provincial cree que no habrá otra solución que

continuar por un año más, siempre que ustedes. No vieran las cosas de otra manera.

2- Parece que algunos padres jóvenes están a hacer, durante las vacaciones, una campaña

de matrículas en la región de Puerto Varas…

3- El Consejo Provincial opina que es necesario informar a los padres de familia acerca de

la situación muy precaria del Colegio y, en caso que no haya decidida cooperación de

parte de ellos, que ante todo debe traducirse en un aumento esencial de la matrícula, el

Colegio y la Congregación se verían obligados a cerrar el Colegio, o por lo menos

algunos cursos…”

Por lo demás, entre 24 y el 29 de enero de 1967, la congregación había tenido un capítulo

provincial en Chile y éste había insistido en reorientar la Provincia, Buscando otras

modalidades de presencia apostólica. Realmente, el capítulo había decidido por mayoría el

cierre del Colegio Germania. Los capitulares proponían que se buscara otra congregación

religiosa dispuesta a continuar el Colegio en calidad de Escuela Normal. Por eso, en febrero

de 1967, el P. Provincial pidió al Superior General autorización para que alguien de Chile

fuese a EE.UU y Canadá, con el fin de encontrar una institución que estableciese en el

Germania la anhelada Escuela Normal. El Generalato sugirió que el contacto con esos dos

países se hiciese por correspondencia.

La Noticia del cierre del Germania no podía despertar sino sorpresa y ansiedad,

especialmente entre los círculos más identificados con el Colegio. El 25 de octubre de 1967,

se dirigieron al provincial (una carta similar fue dirigida al P. General en Roma) en los

siguientes términos:

“…Con no poca sorpresa y no menor pena hemos empezado a oír con insistencia que el

querido Colegio Germania estaría en vísperas de un cambio de trascendencia, y aún en

peligro quedar clausurado, con el correspondiente retiro del RR. Padres, motivado esto

por graves circunstancias para la Congregación del Verbo Divino.

Perfectamente convencidos de que las razones o motivos que se tendrían en vista

habrán de ser de importancia para la Congregación, no obstante por otro lado, nos

sobrecogen los pensamientos del desastre que sería ver abandonado de repente el

campo educacional católico – cristiano, cuando tal vez jamás hasta ahora se había

hecho tan palpable esta necesidad.

Permítasenos, en concreto, señalar lo que la clausura del Colegio Germania y el retiro

de los Padres significaría para esta ciudad y la zona; la clausura de un bien montado

liceo Co-educacional, con una abultada matrícula, a lo que habría que agregar los

diversos otros liceos e institutos fiscales que funciones en las localidades y ciudades

vecinas y que desgraciadamente no brillan por su educación y moral religiosa.

¿Y quién ganaría con esto? ciertamente no que no la causa de Dios, ni el bien de la

sociedad, ni la moral de la familia, y sobre todo, no la juventud que, sin base religiosa,

marcharía irremisiblemente a una banca rota total y absoluta. Y ¿qué habría de ser muy

en breve de esta región que fue modelo de virtudes de grandeza moral y cristiandad?

¿sería dable dejarlo todo después de haber conseguido tanto, a costa de tantos

sacrificios cuando prácticamente puede decirse que se tiene todo ahora en la mano? A

todo nos consta que el colegio ha ido creciendo de año en año teniendo el presente 300

alumnos entre preparatorias y humanidades, con cursos muy parejos y, por lo que hace

el año actual, ha aumentado con respecto al año pasado en 70 alumnos. Cuenta, pues,

con un verdadero respaldo de las familias que honra el establecimiento.

Ahora bien, ¿deberemos nosotros ayudar al Colegio? Claro que sí, y decididamente y

en todo sentido. Más de 36 años, 37 puede decirse, le dan al Colegio Germania el nítido

carácter de nuestro. Los infrascritos, a nombre nuestro y de la zona, queremos

responder con la debida cooperación, porque el Colegio Germania debe mantenerse

cueste lo que cueste. Esto nos los piden Dios, Nuestro Señor, nuestra Santa Madre la

Iglesia y nuestros queridos hijos.

Reverendísimo Padre Provincial, nos tiene a sus órdenes. Confiamos, pues, en ser

escuchados. Los queridos Padres del Verbo Divino no pueden abandonarnos…

La carta lleva la firma de 16 personas, incluido el Párroco de Puerto Varas. El 1 de

noviembre de ese mismo año, se dirige una vez más el P. Guillermo Niessner, hasta

entonces declarado defensor del Colegio Germania, al Provincial diciéndole.

Hace un año le escribí una carta sobre la situación y las perspectivas del futuro de

nuestro Colegio Germania, en Puerto Varas. Quizás fui demasiado optimista. Pues hoy,

la situación global se ha empeorado radicalmente. Todos nosotros aquí estamos

convencidos de que el Colegio, en ningún caso, puede seguir como está ahora.

1) Bajo el actual Gobierno, el país parece acercarse a la total bancarrota. La gente ya

no tiene dinero. El Colegio ya no puede autofinanciarse. Las promesas de alguna

gente de buena voluntad no tienen significado.

2) El problema del personal es más agudo que nunca. Se nos murieron dos Padres y

otros dos han partido….El tiempo que vivimos exige que el Colegio tenga que pensar

por una modificación sustancial de estructura.

Nosotros todos estamos alarmados por lo que, hace poco, dijeron el Viceprovincial y el Ecónomo

Provincial, a saber, que nuestro Colegio debía cerrarse de todas maneras el próximo año, incluso si

tuviera que quedar vacío. El problema está ya largo tiempo en el aire y por algún camino ha llegado

también a la gente. Pero lo cierto es que nosotros no podemos retirarnos tan sencillamente, no

podemos precipitar una decisión y luego salir como si nada. Esto equivaldría a un escándalo público,

con daño de la buena causa y del buen nombre de la Congregación. Hay que crear una prudente

transición.”

¿Cuál debía ser esa modificación sustancial o cómo debía darse esa prudente transición, según el P.

Niessner? En su carta dice que se reunió la comunidad religiosa del Germania y expresó

unánimemente su deseo de crear un tiempo de transición que ayudara a poner la casa en otras

manos. Como medidas concretas para alcanzar este objetivo debían suprimirse, ya el año

siguiente, los cursos de humanidades y luego, debía procederse a ir suprimiendo año tras año los

cursos de preparatorias. La Congregación debía quedarse en Puerto Varas con dos o tres verbitas,

ayudando en el Colegio de las Hnas. y en el Hospital. El edificio del Colegio quedaría como casa de

retiro y actividades parroquiales, mientras el Arzobispado de Puerto Montt montaría en él una

Escuela Normal.

Esta propuesta fue enviada al Superior General y a su Consejo a principios de noviembre. Poco

después, en una breve carta, el P. General le agradecía su detallada información y le decía: “En

nuestra última sesión del Consejo General hemos analizado una vez más toda la cuestión del

Germania y hemos visto que no nos queda otra salida que cerrar el Colegio. Entendemos que para

los cohermanos directamente afectados esta decisión es difícil. Pero la falta de personal y de

medios nos obliga a reorientar en algunos lugares nuestro trabajo. Cordialmente le pido su

comprensión….”

Con la misma fecha, el P. General comunicaba al P. Provincial Reimann: “En nuestra sesión del 15 de

noviembre el Consejo General ha accedido al pedido del consejo Provincial de Chile, disponiendo se

cierre definitivamente el Colegio Germania de Puerto Varas, a partir de diciembre del año en curso.

Antes de procederse a esta comunicación por parte de la Dirección Provincial, será necesario tomar

contacto con el excelentísimo Sr. Obispo de Puerto Montt, poniéndolo al tanto de la situación.

Sentimos mucho tener que tomar esta resolución por los cohermanos de Chile, pero frente a la

situación real del personal para los próximos años, no nos queda otro remedio…”

Una carta semejante dirigió el mismo P: General al Presidente de çl Centro de Padres en respuesta

de la suya de fines de noviembre.

“Le agradecemos su carta del 27 de noviembre, así como el recuerdo que guarda de la actividad de

nuestros padres… Creo que podemos decirle con verdad que no nos ha sido fácil tomar la resolución

de dejar el Colegio. No sólo los Padres que han trabajado en el Colegio, sino la Congregación se

sienten muy estrechamente ligada con la población que siempre nos acogió con tanta benevolencia

y de la cual han salido varios Padres para el Hospital y el Colegio, veremos lo que se puede hacer,

puesto que depende mayormente de las autoridades eclesiásticas.

Agradeciéndole sinceramente el interés y estima que muestra por nuestra Congregación, les saluda

en la calidad del Espíritus Santo, su Afmo.

P. Juan Schütte, Superior General”

La Corporación del Colegio Germania Asume el Colegio en 1968

La decisión tomada por los superiores de la Congregación Causó indignación y preocupación en las

familias más representativas de Puerto Varas. En realidad, no era primera vez que el Colegio

Germania pasaba por un periodo crítico. Pero lo cierto es que no se entendía por qué se había

procedido en forma tan drástica. Que si la Congregación se retiraba del Germania, ¿Por qué había

que cerrar el establecimiento?¿Por qué no se repetía lo que hicieron los Jesuitas, en el año 1926,

quienes, al retirarse del Colegio, lo entregaron a la corporación que lo había fundado para que ella

viera como continuarlo? Estas y otras semejantes eran las preguntas que se hacían los

consternados padres de familia, amigos y empleados del Colegio sin que nadie diese respuesta.

Pero, ante la determinación inobjetable de la congregación, algunos de la comunidad verbita los P.

Enrique Bohle, José Neudorfer y el Hermano Gorgonio- recorrieron la región alertando a los amigos

del Colegio e invitándolos a reunirse para reactualizar la “Corporación Colegio Germania”, que el

año 1917, lo había creado.

Ellos consideraban inconcebible que el Colegio fuera sencillamente abandonado. Hicieron, pues los

trámites necesarios para llegar a la formación de un Directorio de ex alumnos, vecinos y amigos del

establecimiento para ver el modo cómo asegurar su continuidad.

“Ante la dramática situación- escribe el P. Enrique Bohle, uno de los promotores de la continuidad

del Germania- “se reúnen en el Club Alemán de Puerto Varas, el día 20 de diciembre de 1967, los

Padres, Apoderados, ex alumnos y vecinos de la ciudad. Don Ricardo Hitschfeld (q.e.p.d) preside la

reunión. Al consultar a los asambleístas, éstos se ponen de pie reafirmando su propósito de

continuar con el Colegio. Era un momento emocionante, momento que sin dudas ya se había vivido

anteriormente en las duras luchas libradas por los antiguos colonos por su establecimiento.

Efectuando el escrutinio para la elección de la Directiva que tendría a su cargo el Colegio, éste

arrojó los siguientes resultados: PRESIDENTE: ADOLFO TEUBER H. - VICEPRESIDENTE: ARTURO

SCHROEDER K. - SECRETARIA: ELENA MUÑOZ DE KLESSE. - PROSECRETARIA: RITA NIKLITSCHEK DE

BITTNER. - TESORERO: MARIO ALARCON A. - PROTESORERO: LEONARDO SCHWERTER SCH. -

DIRECTOR: ANTONIO FELMER N. - DIRECTOR: BRUNO RAIMANNN N. - DIRECTOR: MAURICIO

FELMER W.

Se formó una comisión financiera que debía reunir fondos para poder financiar los gastos del

próximo año escolar… Al Superior de la Congregación del Verbo Divino se le solicita que designe a

uno de sus miembros para que se haga cargo en forma nominal del Colegio. Ante la negativa de la

Congregación, se procede a decirle al Sr. Homero Ramírez, profesor del establecimiento que asuma

el cargo de Rectos, Él acepta.

La Congregación del Verbo Divino procede a haber entrega del inmueble y mobiliario en forma de

comodato para que el Colegio pudiera seguir funcionando. El P. José Neudorfer, el hermano

Gorgonio y el que escribe son autorizados para permanecer en Puerto Varas como colaboradores de

la Corporación Colegio Germania.”

La nueva etapa del Germania se inició con la firma de un contrato entre la Corporación Colegio

Germania cuyo Presidente ADOLFO TEUBER H. y la Congregación del Verbo Divino, con su

provincial P. Clemente Reimann. Luego se procedió a contratar a profesores y el 18 de marzo

comenzaron las clases con una matrícula de 364 alumnos, siendo mixto desde el tercer año de

humanidades. El año anterior la matricula había sido de 268 alumnos.

A fines de 1968 el Directorio resolvió la creación del kindergarten y la introducción de cursos mixtos

desde el 5º básico. En vista del crecimiento del alumnado mixto, se dispuso a la renovación del

inmobiliario y la construcción de los baños de niñas. Luego de un difícil proceso de adaptaciónapuntaba

el correo íntimo de la Provincial, en el mes de diciembre 1969- el nuevo Colegio

Germania ha logrado estabilizarse. Ha llegado a cierto equilibrio económico y a una creciente alza

de matrícula. La pequeña comunidad verbita comprometida con su labor educacional se desempeña

con extraordinaria dedicación y espíritu de sacrificio en medio de numeroso personal laico que

ahora dirige el Colegio.

El 26 de noviembre de 1969, el Gobierno reconoció al Colegio Germania como cooperador d la

fundación educacional del Estado. Por eso, el año siguiente el colegio obtuvo el reconocimiento de

notas, gracias a la intervención del Rector Homero Ramírez y del provincial de la Congregación,

entonces el P. Walter Franz (q.e.p.d) recordado hijo de Puerto Varas. Desde 1970, el Colegio decidió

se mixto en todos los cursos. Al terminar este año se termino también el internado.

Al principio del septiembre de 1971, el Rector Homero Ramírez, por motivos personales, presento

su renuncia al cargo que se le había encomendado. En esa oportunidad, el cuerpo de profesores

unánimemente pidió al Directorio la designación del P. Enrique Bohle para el cargo vacante. Con la

luz verde de la Congragación, el P. Enrique aceptó el cargo que habría de exigirle una dedicación

completa desde entonces hasta marzo del 2005. ¡ largo servicio de un sacerdote del verbo Divino

oriundo de Puerto Varas!

El P. Enrique Bohle, nombrado por la Corporación 1971-2004

Los primeros años de sus dedicado trabajo, el nuevo Rector vivió los conflictivos tiempos de la

Unidad Popular y luego el duro período del gobierno militar. Fueron años de lenta recuperación. En

198, después de un decenio transcurrido en los altibajos de la situación política y religiosa del país,

el Colegio Germania se perfilaba entre los colegios importantes de la Iglesia en el sur de Chile.

Contaba entonces con 530 alumnos (302 varones y 228 damas) distribuidos de parvulario a 4º

medio.

Ese año 1980, los verbitas dieron al Colegio Germania un fuerte espaldarazo, cuando reunidos en

Capítulo Provincial, se puso a votación de los 21 integrantes des esa importante asamblea el

siguiente compromiso: ¿El Capítulo reafirma el apoyo al Colegio Germania? El voto afirmativo fue

unánime. Durante ese encuentro se leyó también un informe acerca del Colegio escrito por el

Rector, P. Enrique Bohle, en el cual mencionó el siguiente párrafo de un periodista amigo, quien lo

había visitado el año anterior. “El Colegio de la calle San Ignacio, bastión de fe y cultura que han

alcanzado innumerables puertovarinos e hijos de la región adyacentes, es sin duda, un

establecimiento educacional que ha ganado justo prestigio en toda la zona, por sus excelentes

resultados que alcanzan año tras año sus egresados en la Prueba de Aptitud Académica y por el

creciente porcentaje de postulantes de las Universidades chilenas, lo que señala, indefectiblemente,

que Puerto Varas dispone de un centro formador de intelectuales que por norma clara deben

alcanzar los mayores éxitos en las profesiones liberales, la ciencia, la cultura y el arte, además de

otros campos.”

El mismo capítulo sometió también a votación la eventual demolición del edificio antiguo

construido por los jesuitas en los años 1928-1926 y ampliado, en algunos sectores, por el Verbo

Divino. También esta vez el voto afirmativo fue unánime. Esta medida de hacia cada vez más

urgente, sobre todo del momento en que la Dirección del Colegio deseaba el traslado de la

primaria al edificio nuevo que estuviera al otro lado del patio. El deterioro de esta antigua

edificación avanzaba rápidamente. Techos, instalaciones eléctricas, ventanas, paredes carcomidas

por la polilla de madera, etc., todo eso exigía una definición. El Capítulo había optado por la más

radical.

Comenzaba así otra etapa, exigida por la evolución positiva del establecimiento. El viejo caserón,

que había cumplido noblemente su misión por casi 60 años, dejó paso libre al edificio funciona que

hoy sirve al Jardín Infantil y al Primer Ciclo Básico. La empresa constructora de Ricardo Teuber B.

realizó la construcción, financiada con fondos de la Congregación, la cual fue inaugurada

solemnemente, el 12 de octubre de 1984, pro el Arzobispo de Puerto Montt, Mons. Eladio Vicuña

A., el Provincial de la Congregación del Verbo Divino, P. Rafael de la Barra, representantes de la

Dirección Provincial de Educación de la Décima Región, otras autoridades y toda la comunidad

escolar. Con razón escribía la revista Germania 1984: “Por la alegría que significa este paso

importante dado por el esfuerzo de la comunidad germaniana y la inapreciable colaboración

económica de la SVD chilena y de roma es que demos señalar el día 12 de octubre de 1984 como

una fecha trascendental e histórica en la vida de nuestro colegio. Esos años de renovación material

dieron también al edificio principal del colegio la ayuda impagable de un ascensor financiado en

gran parte por le Generalato de la Congregación y por la misma comunidad que bajo la conducción

del P. Osterhold, supo mejorar en forma notoria las condiciones de habitación y convivencia de los

que trabajaban en el Colegio”.

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