El Belén de Trebechovice - patrimonio cultural de la nación checa

26-12-2008

Elena Horálková

Enviar por e-mailImprimirCon motivo de las Fiestas de Navidad, el equipo de Radio Praga ha preparado para ustedes, estimados oyentes, un programa especial, con el deseo de contribuir a la atmósfera festiva que reina en sus hogares. Les invitamos a visitar el Museo de Belenes, situado en la ciudad de Trebechovice pod Orebem, en Bohemia Oriental. En una de sus salas está expuesto el llamado Nacimiento de Trebechovice, obra maestra del arte popular, declarado patrimonio cultural nacional.

En casi todos los países del mundo entero, las Pascuas de Navidad son consideradas las fiestas más hermosas del año. Las tradiciones navideñas presentan similitudes en diversas naciones, pero también peculiaridades que distinguen a las regiones. Pese a ello, en todas partes hay algo en común: la atmósfera de paz, tranquilidad y alegría.




En la República Checa, las Fiestas de Navidad son las más esperadas de todas. Y no sólo por los niños. También los adultos disfrutan del ambiente familiar y de la atmósfera mágica de la Navidad, que alberga en sí una rica tradición de hábitos y ceremonias populares, así como manifestaciones folklóricas.



Desde la Edad Media, los motivos navideños figuran en las artes plásticas, en la música y los villancicos, y se reflejan también en los platos típicos de esa temporada del año.



El menú popular de la Nochebuena más extendido en la República Checa es la sopa de carpa, seguida de una carpa con salsa o empanizada y con ensaladilla rusa y cerrando con un postre, habitualmente pastelitos, preparados según la fantasía y el arte culinario de cada ama de casa.



En ningún hogar debería faltar el árbol navideño, adornado con velas y bolas multicolores de cristal. En el pasado, en el árbol navideño se colgaban manzanas, nueces doradas y adornos hechos de paja.



Otra costumbre típica para esta temporada es la de confeccionar belenes. Y no sólo en las iglesias, los pesebres también suelen instalarse en los hogares, reflejando el motivo principal de la celebración de la Navidad: el nacimiento de Jesús. Suelen ser de distinto tamaño y material y junto con el árbol de Navidad constituyen el símbolo más característico de la Pascua de Navidad en la República Checa.



Los nacimientos comenzaron a extenderse, principalmente por medio de las órdenes eclesiásticas, en iglesias y monasterios, así como en las casas de las capas adineradas de la población en Italia, y posteriormente en toda Europa.



 Los jesuitas, que llegaron a las Tierras Checas desde España, fueron los primeros en instalar pesebres en las iglesias del Reino de Bohemia. El primer nacimiento de toda Europa Central fue instalado en 1560 en Praga, en la iglesia de San Clemente. Los documentos de la época comentan ese acontecimiento como "algo nunca visto antes".



Durante los siglos posteriores, esa costumbre se extendió por todas las iglesias del Reino de Bohemia. Sin embargo, la tradición de instalar belenes en los hogares data recién del siglo XVIII, cuando el emperador José II de Habsburgo prohibió el establecimiento de los belenes en las iglesias, calificando esa costumbre de "poco digna".



Gracias a esa orden del monarca austro-húngaro, a cuyo imperio pertenecía entonces el Reino de Bohemia, los pesebres entraron en los hogares checos porque a los habitantes les gustó tanto la tradición que no estaban dispuestos a desistir de ella. Primero, en las casas de familias nobles y posteriormente incluso en los hogares más pobres se instalaban los pesebres durante la Navidad.



Para muchos artesanos populares, la fabricación de nacimientos se convirtió en su pasatiempo favorito. Uno de ellos fue el campesino y tallista aficionado Josef Probost, nacido en 1849 en Trebechovice, quien se trazó la idea de confeccionar un belén que fuese "el más grande y el más bello de todo el orbe".



El propósito de elaborar un belén que "llegara a apreciar el propio emperador" se apoderó de Josef Probost de tal manera que poco a poco se fue olvidando de su granja y de su familia. Sin embargo, pese a que durante días enteros trabajaba en la obra, avanzaba muy despacio. Con el correr del tiempo, Josef Probost se fue dando cuenta de que carecía de experiencia y habilidad necesarias para finalizar el pesebre.



Por suerte, en esa época reapareció en Trebechovice el tallista Josef Kapucián. Ese hombre, cansado de tantas peripecias sufridas durante su prolongada estancia en el extranjero, aceptó con satisfacción la propuesta de Josef Probost de alojamiento y comida gratuitas a cambio de que le ayudara con la fabricación del belén.



Así, los dos emprendieron el trabajo de construir el nacimiento. A su elaboración contribuyeron con sus consejos e ideas nuevas los numerosos vecinos de la ciudad de Trebechovice.



El tallista Josef Kapucián era fiel a su propósito de dar testimonio de su maestría y habilidad. Poco a poco salieron de sus manos las primeras 150 figuritas de personajes bíblicos. Mientras tanto, Josef Probost se dedicaba a su composición, a los detalles y al aspecto general del nacimiento.



El trabajo avanzaba rápidamente, de manera que de pronto el número de las figuritas comenzó a superar el previsto originalmente. Así, en el nacimiento aparecieron también, junto a los personajes bíblicos, figuritas que representaban a los vecinos de Josef Probost y a los diferentes maestros y artesanos de Trebechovice.



No obstante, un día Josef Probost se enteró de que por el mundo se elaboraban belenes con figuritas móviles. Fascinado por la noticia, decidió que también las figuritas de su belén tenían que moverse. Siendo consciente de que para ello se necesitaban habilidades técnicas, comenzó a buscar a una persona apta para ese trabajo.



Afortunadamente, encontró a un hombre con experiencia en la fabricación de mecanismos de molinos. Josef Friml inventó un ingenioso mecanismo cargado de ruedas dentadas, ejes y levas, que mediante una palanca daba vida a una gran parte de las figuritas del belén.



En 1906, Josef Probost consideró terminado el nacimiento, a cuya construcción dedicó los 40 años más productivos de su vida.



La obra conjunta del tallista aficionado Josef Probost y del profesional Josef Kapucián, completada con el mecanismo de movimiento de Josef Friml, constituye hasta hoy en día una obra singular a nivel mundial, gracias a sus altas cualidades artísticas y técnicas.



El nacimiento mecánico, de siete metros de longitud, tres metros de profundidad, y casi dos metros de altura es apreciado por los expertos, así como por el público en general, independientemente de la edad, nacionalidad o profesión religiosa, destacó Zita Zemanová, directora del Museo de Nacimientos de la ciudad de Trebechovice por Orebem.



"El pesebre dispone de más de dos mil piezas talladas, de las que 373 son figuras no policromadas. De este número 180 son estáticas, 120 se mueven en cintas y 51 imitan los movimientos de las personas que se dedican a diversas labores domésticas o en el campo. Otras 1500 piezas representan a animales, árboles, colinas, casas, herramientas, instrumentos musicales, etc".



El nacimiento está dividido en siete terrazas ya que, además de la vida de Jesucristo, descrita en los evangelios, refleja también acontecimientos de la Semana Santa, dijo Zita Zemanová.



"En el centro del nacimiento está situada, lógicamente, la Sagrada Familia, venerada por los Reyes Magos. Lo peculiar es que al Niño Jesús lo mece San José y no la Virgen María, que está arrodillada frente a él. De ambos lados de las primeras dos terrazas podemos observar escenas de la vida cotidiana de los ciudadanos y de los artesanos de Trebechovice, de las postrimerías del siglo XIX".



En las crónicas de la ciudad de Trebechovice se han conservado hasta la actualidad los nombres de los artesanos que figuran en el belén de Josef Probost. En el taller de herrería martillean los hermanos Stork, en el telar trabaja el tejedor Zelený, en su taller está sentado el zapatero Cerný, en la calle tocan sus instrumentos los músicos de la orquesta de Trebechovice bajo la batuta del director Jaromerský. En medio de todos se encuentra la figurita del propio tallista Josef Probost.



En la tercera terraza, además de artesanos, están situadas figuras que traen regalos al Niño Jesús. Simétricamente, a ambos lados, se hallan dos máquinas a vapor. "Probablemente las únicas que en aquellos tiempos hallan sido situadas en un belén", apuntó Zita Zemanová.



"Las restantes cuatro terrazas representan escenas bíblicas como la anunciación de Nuestra Señora, el Vía Crucis, la crucifixión de Jesucristo y la Ascensión. La obra la encierran unos bastidores y fuertes paneles con torres y campanarios".



El belén de Josef Probost está hecho de diferentes tipos de madera, salvo pequeñas excepciones como campanas. De madera son también las ruedas dentadas, los ejes y las levas del mecanismo.



El accionamiento original a mano mediante palanca fue reemplazado en 1935 por un pequeño motor eléctrico. Al ponerse el nacimiento en movimiento, se escuchan sorprendentes y agradables sonidos.



El Belén de Trebechovice Por vez primera, el nacimiento de Trebechovice fue expuesto en 1906, aún durante la vida de su autor, Josef Probost. Entonces, en una exposición artesanal en Chrast, comarca de Chrudim, ganó una medalla de oro.



En los años 30 del siglo pasado, después de los cambios sucesivos de propietarios, el belén realizó una exitosa gira por el país, cosechando éxito en numerosas ferias y exposiciones, sostuvo Zita Zemanová, directora del Museo de Nacimientos de Trebechovice por Orebem.



"Una época crítica en la historia del belén fue después del golpe comunista en 1948, cuando surgió la idea de destruir el pesebre por ser supuestamente un producto del oscurantismo religioso. Sin embargo, el Ministerio de Cultura rechazó ese propósito y decidió declarar el belén patrimonio nacional".



El Belén de Trebechovice En los años 60, gracias a la difusión del tema por los medios de comunicación, el pesebre de Josef Probost llegó a gozar de fama en la República Checa y también en el exterior.



El nacimiento triunfó en la exposición mundial EXPO 1967 en Montreal, donde se convirtió en el objeto más admirado. El pabellón checo fue visitado por representantes oficiales de diversos países, así como por destacadas personalidades de la época como la actriz Marlene Dietrich, el senador Robert Kennedy, y la princesa Margarita, de Gran Bretaña. El pesebre de Trebechovice fue expuesto en 1970 también en Londres, donde fue admirado por la Reina Isabel II.



El belén de hojas de maíz En otoño de este año, la obra maestra de Josef Probost y de sus dos colaboradores Josef Kapucián y Josef Friml, fue apreciada por los participantes en el Congreso de la Federación Mundial Pesebrista, que se dieron cita en la ciudad de Hradec Králové, Bohemia Oriental, señaló Zita Zemanová.



"En Hradec Králové se reunieron conocedores de pesebres de todo el mundo. La República Checa es miembro de la Federación Mundial Pesebrista desde 1995. El presidente de dicha organización es Vladimír Vaclík, quien encabeza además la Asociación Checa de Amigos de los Belenes".



El belén de Josef Probost forma parte de las colecciones del Museo de Nacimientos de Trebechovice por Orebem, que es el único museo en la República Checa que, además de coleccionar y conservar antiguos pesebres, se dedica a reunir documentación histórica y contemporánea que testimonia la tradición de los nacimientos checos y eslovacos, según dijo Zita Zemanová.



 "El museo dispone de una amplia colección de unos 400 nacimientos que representan distintas épocas, estilos y regiones de la República Checa. Difieren también en cuanto a los materiales utilizados para su elaboración".



Zita Zemanová apuntó que prácticamente no existe material que no fuera utilizado por el pueblo checo para la fabricación de belenes. Además del material tradicional que es la madera, existen nacimientos hechos de hojas de maíz, paja, papel, pan de especias y también de cerámica y de vidrio.



La directora del museo agregó que en Bohemia existen varias regiones famosas por la confección de belenes típicos. Éstos reflejan el ambiente de la región, las vestimentas populares y otros aspectos.



"Uno de los belenes más originales de nuestras colecciones es un nacimiento creado a comienzos del siglo XX por un autor desconocido. Lo componen exclusivamente figuras, cuyas estructuras internas son de madera, mientras que los rostros, las manos y los pies están modeladas de mazapán. Destaca la vestimenta popular de la región de Prelouc. El belén fue comprado por el museo en 1989".



Zita Zemanová apuntó que miles de turistas de toda la República Checa y de diversos países extranjeros visitan anualmente el Museo de Nacimientos de Trebechovice pod Orebem. Matizó que los visitantes más entusiasmados son generalmente los niños.



Con esta gran cantidad de nacimientos, el museo acerca a los visitantes ese maravilloso mundo de la poesía, lleno de humildad y gran valor estético.



Les ayuda, simultáneamente, a encontrar las respuestas a muchas preguntas sobre el sentido de la vida y del trabajo del hombre. Gracias a ello, las fuentes de paz, felicidad y solidaridad humana cobran nueva vida.



Se confirma así la frase de que: "Los nacimientos son el resultado del trabajo de nuestras manos y reflejan nuestro alma".



¡Felices fiestas de Navidad, estimados oyentes! ¡Les deseamos amor, paz y felicidad!



Fuente. Radio Praga : http://www.radio.cz/es/rubrica/especiales/el-belen-de-trebechovice-patrimonio-cultural-de-la-nacion-checa

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