Salamanca,España.Castilla y León tendrá en el 2012 uno de los diez láseres más potentes del mundo
La demanda total de electricidad en España a las horas de mayor intensidad ronda los 38.000 megavatios. Es el consumo de todos los dispositivos conectados a la red eléctrica nacional. Cuando en el año 2012 esté completamente en marcha el Centro Nacional del Láser de Salamanca, su instalación será capaz de generar haces de un petavatio, es decir, un millón de megavatios. Una cifra que da idea de la magnitud de la instalación científica singular que permitirá a Castilla y León contar con uno de los diez láseres más potentes del mundo.
La creación de este Centro Nacional de Láseres Pulsados Ultraintensos permitirá un salto cuantitativo en la labor desarrollada desde hace años por el grupo de Óptica de la Facultad de Física de la Universidad de Salamanca que dirige el profesor Luis Roso. Un grupo que ya opera desde el 2002 con un láser de medio teravatio y desde el 2007 con otro de 20 teravatios, el más potente de España.
El Centro Nacional impulsará las investigaciones pioneras en España sobre el láser que en estos momentos se llevan a cabo desde el sótano de la Facultad de Físicas. Para ello se ha diseñado un edificio moderno y funcional en el Parque Científico de la Universidad en Villamayor y cuyas obras están a punto de comenzar.
Anclado en el suelo
Según explicó Luis Roso, los trabajos finalizarán totalmente en la última parte del 2011. Se trata de generar un entorno con unas condiciones físicas especialmente exigentes en materias como la humedad, la temperatura o la nivelación del terreno. «No nos podemos permitir que una carrera o un portazo en el edificio afecte a la zona donde se va a instalar el láser, por lo que se aislará completamente del edificio y se anclará al suelo», explica Roso.
Un reto «difícil pero divertido de hacer», según el profesor salmantino, que destaca que el edificio contará con una inversión de 22 millones de euros para construcción y equipamiento y otros 20 millones de euros para garantizar su correcto funcionamiento en los primeros años.
En total, 42 millones de euros que permitirán a Salamanca convertirse en el punto de referencia de un campo de conocimiento único que posibilitará «llevar a cabo interacciones con partículas que hasta ahora no se sabía que se podían hacer». Roso explica que el funcionamiento del láser consistirá en la concentración de esa gran cantidad de potencia en un espacio muy reducido de tiempo, un femtosegundo (la milbillonésima parte de un segundo), lo que provoca «que bolitas de energía chocan con los átomos produciendo aceleraciones».
Este proceso, además de innumerables posibilidades para la investigación básica, tendrá también aplicaciones fundamentales en los campos de la medicina, la industria o el medio ambiente.
Así, Luis Roso señala que en un plazo no mayor de diez años, el Centro Nacional podrá desarrollar aplicaciones médicas para los haces de partículas aceleradas en el campo de la medicina nuclear. Así, el láser podría constituir una alternativa de tratamiento a la radioterapia, con una importante reducción de los efectos secundarios para el paciente.
Igualmente, se trabaja ya en el desarrollo de técnicas de cirugía que, gracias al control de la temperatura del láser, facilitarán el proceso de cicatrización tras las intervenciones.
Otro campo sobre el que Roso manifiesta grandes expectativas es el de la reducción de los residuos nucleares. Está demostrado que un pulso láser puede desactivar uno de los isótopos más nocivos provocados por la fisión del uranio, el Yodo-129. Por eso, el profesor manifiesta que «experimentar en técnicas de desactivación de isótopos radiactivos no es sólo una posibilidad que afrontamos con entusiasmo, es casi una obligación moral que tenemos ante la sociedad».
Precisamente, Luis Roso destaca que con la puesta en marcha del Centro del Láser, a pesar de su carácter nacional, «uno de los grandes objetivos es ser capaces de generar tecnología asociada en empresas de España y, sobre todo, de Castilla y León». Una conexión que aproveche la labor del equipo investigador puntero en todo el país sobre el mundo del láser y sus aplicaciones.
fuente: http://www.nortecastilla.es
La creación de este Centro Nacional de Láseres Pulsados Ultraintensos permitirá un salto cuantitativo en la labor desarrollada desde hace años por el grupo de Óptica de la Facultad de Física de la Universidad de Salamanca que dirige el profesor Luis Roso. Un grupo que ya opera desde el 2002 con un láser de medio teravatio y desde el 2007 con otro de 20 teravatios, el más potente de España.
El Centro Nacional impulsará las investigaciones pioneras en España sobre el láser que en estos momentos se llevan a cabo desde el sótano de la Facultad de Físicas. Para ello se ha diseñado un edificio moderno y funcional en el Parque Científico de la Universidad en Villamayor y cuyas obras están a punto de comenzar.
Anclado en el suelo
Según explicó Luis Roso, los trabajos finalizarán totalmente en la última parte del 2011. Se trata de generar un entorno con unas condiciones físicas especialmente exigentes en materias como la humedad, la temperatura o la nivelación del terreno. «No nos podemos permitir que una carrera o un portazo en el edificio afecte a la zona donde se va a instalar el láser, por lo que se aislará completamente del edificio y se anclará al suelo», explica Roso.
Un reto «difícil pero divertido de hacer», según el profesor salmantino, que destaca que el edificio contará con una inversión de 22 millones de euros para construcción y equipamiento y otros 20 millones de euros para garantizar su correcto funcionamiento en los primeros años.
En total, 42 millones de euros que permitirán a Salamanca convertirse en el punto de referencia de un campo de conocimiento único que posibilitará «llevar a cabo interacciones con partículas que hasta ahora no se sabía que se podían hacer». Roso explica que el funcionamiento del láser consistirá en la concentración de esa gran cantidad de potencia en un espacio muy reducido de tiempo, un femtosegundo (la milbillonésima parte de un segundo), lo que provoca «que bolitas de energía chocan con los átomos produciendo aceleraciones».
Este proceso, además de innumerables posibilidades para la investigación básica, tendrá también aplicaciones fundamentales en los campos de la medicina, la industria o el medio ambiente.
Así, Luis Roso señala que en un plazo no mayor de diez años, el Centro Nacional podrá desarrollar aplicaciones médicas para los haces de partículas aceleradas en el campo de la medicina nuclear. Así, el láser podría constituir una alternativa de tratamiento a la radioterapia, con una importante reducción de los efectos secundarios para el paciente.
Igualmente, se trabaja ya en el desarrollo de técnicas de cirugía que, gracias al control de la temperatura del láser, facilitarán el proceso de cicatrización tras las intervenciones.
Otro campo sobre el que Roso manifiesta grandes expectativas es el de la reducción de los residuos nucleares. Está demostrado que un pulso láser puede desactivar uno de los isótopos más nocivos provocados por la fisión del uranio, el Yodo-129. Por eso, el profesor manifiesta que «experimentar en técnicas de desactivación de isótopos radiactivos no es sólo una posibilidad que afrontamos con entusiasmo, es casi una obligación moral que tenemos ante la sociedad».
Precisamente, Luis Roso destaca que con la puesta en marcha del Centro del Láser, a pesar de su carácter nacional, «uno de los grandes objetivos es ser capaces de generar tecnología asociada en empresas de España y, sobre todo, de Castilla y León». Una conexión que aproveche la labor del equipo investigador puntero en todo el país sobre el mundo del láser y sus aplicaciones.
fuente: http://www.nortecastilla.es
Comentarios