Discurso del Ministro del Interior Rodrigo Peñaililloen Icare 2014

Muy buenos días a todos y todas.
Agradezco la invitación a compartir esta mañana con ustedes y entregarles algunas reflexiones sobre las prioridades y desafíos del Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet.
Llevamos dos semanas en el Gobierno… … y se nota.
Estamos haciendo un esfuerzo sostenido para cumplir a la ciudadanía.
Tenemos un Gobierno en marcha, con una agenda de iniciativas y decisiones muy esperadas por la gente,  con un sentido de urgencia.
¿Pero para qué la urgencia?… … … ¿Para tranquilizar a algunos?… ¿Para dar una buena impresión? …Ni lo uno… ni lo otro.
Es que como país estamos viviendo un nuevo ciclo, una nueva etapa de nuestra vida sociopolítica.
Creo que ninguno de ustedes pondría en duda la existencia de ciclos económicos, que son medibles, objetivables. Pero también, los ciclos políticos tienen existencia objetiva.
El nuevo ciclo que estamos viviendo ha surgido de tendencias sociales muy profundas –tendencias incubadas en los últimos años.
En este marco, constatamos el agotamiento de una forma de hacer política.
¡La desconfianza con la política es objetiva!
Con preocupación, vemos una  valoración crítica hacia los partidos y hacia el Parlamento. Y la necesidad de renovación de las prácticas políticas es una demanda creciente.
Hay una nueva ciudadanía demandante y empoderada. Que se expresa no sólo en las movilizaciones sociales masivas, sino en diversos hechos de la vida  cotidiana. Crecen los grupos de ciudadanos deseosos de plantear sus demandas.
Asimismo, existe una nueva generación -en cuya base hay un fuerte componente aspiracional- que busca una nueva calidad de vida, y que aspiran a mejores bienes y servicios, en el ámbito público y privado.
Y tal como señalo lo anterior, les digo que en la campaña recién pasada constatamos una crítica muy transversal a la desigualdad.
¡La gente no acepta el abuso y se cansó de la letra chica!
También, se percibe como algo incómodo la estrechez del régimen político, expresado en el sistema binominal, que ha generado exclusión, y que tampoco da para más.
La Constitución Política, impuesta hace 34 años, se ha quedado atrás de este nuevo Chile. Es pasado… No es  futuro.¡Tenemos hoy la oportunidad de cambiar de una vez por todas!… Y vamos a trabajar en esa dirección.
Esta sociedad más horizontal que hoy se nos presenta, con una ciudadanía  activa y demandas de nueva generación, no es algo exclusivo de nuestro país.
El malestar, con los efectos críticos de la globalización y de un estilo de desarrollo, lo hemos visto también en países como España o Brasil.
Resumiendo, hoy tenemos que hacernos cargo de:
1) Una ciudadanía activa y empoderada
2) Demandas de nueva generación
3) Un Chile con una sociedad más horizontal
Amigos y amigas…Chile ha entrado –sin lugar a dudas- a  una nueva etapa.
Nosotros queremos conducir este nuevo ciclo y alcanzar una sociedad más igualitaria, sintonizando con este anhelo.
Iniciamos nuestro Gobierno con un impulso decidido de los 56 compromisos, para los primeros 100 días, pero también con el ímpetu de todo el programa.
Estamos haciendo un esfuerzo sin descanso para cumplir lo que prometimos a la ciudadanía.
Chile ya conoce nuestras prioridades. Nuestro programa es ambicioso, pero no por un voluntarismo político, sino por el imperativo de este nuevo ciclo, que se ordena en torno a tres grandes  reformas estructurales: la educacional, la tributaria y la constitucional.
¡Esta tríada de grandes reformas se orienta a enfrentar una desigualdad intolerable!… se orienta a construir un país más inclusivo y fortalecer un Estado social de derechos.
La Reforma Tributaria nos permitirá avanzar en mayor equidad tributaria. Pero, en lo central,  podremos contar con un financiamiento sustentable para la reforma educacional, que es un elemento central del programa.
Quiero decirles con toda claridad: hay iniciativas del gobierno anterior que valoramos. Pero nosotros tenemos un nuevo programa que cumplir.
Y con la misma claridad, quiero señalar que tomamos la decisión de no seguir adelante con  proyectos de educación de la administración pasada, porque corresponden a un modelo educativo que no compartimos y que necesitamos cambiar.
¡Deseamos que el 2014 sea el año de inicio de una gran reforma educacional!
El año en que cambiamos un modelo educativo que se agotó…
Un año en que comenzamos a caminar en la dirección de poner fin al lucro, mejorar la calidad, la gratuidad universal y el fin a la segregación escolar.
No olvidemos que esta gran transformación fue demandada no solamente por los estudiantes, sino también por las familias y la mayoría ciudadana.
En lo referente a la Nueva Constitución, vamos a promover un diálogo social para que la ciudadanía tenga opinión, participe y señale sus preferencias.
Creemos que este diálogo político y social para una Nueva Constitución nacida en democracia es fundamental.
Amigos y amigas, es en este terreno donde vamos a dialogar con los diferentes actores sociales.
Y no tengan dudas de que estaremos abiertos a escuchar y valorar iniciativas que lo enriquezcan.
Nuestra posición es muy  clara:
Vamos a dialogar, pero para avanzar en los cambios.
¿Y eso qué significa?
Que haremos los mayores esfuerzos de diálogo con todos quienes tengan disposición a avanzar.
Queremos un diálogo que tenga sentido político y que no sea sólo la formalidad de un encuentro. Eso es lo que espera Chile de todos nosotros.
Escucharemos a todos los sectores. Pero seamos sinceros … …, ya no podemos seguir hablando de alcanzar el desarrollo, si ni siquiera podemos debatir –abiertamente- sobre los derechos de las personas de un mismo sexo que viven en pareja o si no podemos abordar el aborto terapéutico.
En definitiva … …, se trata aquí de estar dispuestos a debatir y avanzar para que los derechos civiles de nuestros compatriotas se fortalezcan y ¡sin temas excluidos a priori!
Sé que algunos –quizás, incluso, algunos presentes hoy en esta sala-  sienten inquietud, considerando la dimensión y profundidad del programa de Gobierno. Sé que probablemente estén pensando en la dificultad de su realización.
Es una preocupación razonable. Pero les quiero asegurar que cada anuncio tuvo siempre el sello de un sueño de país inclusivo, sin perder un sentido de realismo y con un financiamiento asegurado.
Estas profundas expectativas, así como las ansias de cambio ya estaban en la gente… en la cajera, en el profesional joven, en los deportistas, en fin… en una mayoría ciudadana.
Ya en esos momentos nosotros compartíamos fuertemente este anhelo de transformación. Lo que hicimos fue hacernos cargo, de manera responsable e incorporándolas en un programa financiado.
Creo que lo verdaderamente frustrante para Chile habría sido… ¡no haber asumido esa gran aspiración colectiva!
La verdadera inestabilidad social tiene mucho más que ver con que –en los últimos años- no se haya dado una respuesta clara al respecto y de cara al país.
Y como ya hemos dicho y lo reiteramos hoy: algunas tareas las haremos en estos 4 años de Gobierno y, en otros casos, sentaremos las bases y cauces institucionales y financiero para su implementación a mediano plazo.
Hoy día la ciudadanía tiene una suerte de expectativas contenidas. Ha depositado su confianza en la Presidenta y en su Gobierno y está esperando que se cumpla. Sabe que no es fácil, que el tiempo es muy corto, pero desea que hagamos bien las cosas.
¡A eso no podemos hacer oídos sordos!
Ahora bien, lo anterior implica construir confianzas.
¿Es posible hacer algo sin confianza?¿Qué es lo fundamental para construir equipos motivados? … … Confianza.¿Para lograr liderazgos con miradas de largo plazo? … … Confianza.¿Para construir relaciones afectivas? … … Confianza.¿Para hacer un país? … …Confianza.
Para lograr el país que queremos, tenemos que trabajar juntos. Podemos disentir y seguramente así sucederá. Pero lo importante es que éste es el momento para recuperar el camino que –por distintas razones- pudiera haberse extraviado.
Debemos sentarnos a conversar, porque aquí no hay enemigos. Aquí, hay personas que –desde sus distintos ámbitos – quieren lo que todos queremos: que Chile crezca, se haga fuerte y se desarrolle.
Hace unos 120 años, en Europa, empresarios y trabajadores se sentaron juntos y se permitieron soñar sus países. Ésa es hoy nuestra tarea.
Debemos mirarnos a la cara y atrevernos a dialogar abiertamente. ¡Tenemos el deber de revalorizar la discusión pública!
Amigas y amigos
El principal riesgo para la estabilidad del país está en el inmovilismo, en el conformismo con lo existente, en el no hacer los cambios necesarios
Quiero que tengan muy presente que en la gestión del Gobierno, vamos a tener, siempre, y muy en cuenta, dos cosas fundamentales
1) la dimensión de la estabilidad de Chile
2) la gobernabilidad de Chile
Hoy ya no basta con los equilibrios macroeconómicos. Esa es una mesa de una sola pata. ¡Debemos conjugarlos con los equilibrios políticos, con los equilibrios sociales y los equilibrios a escala de las personas!
En lo político, tenemos que superar el centralismo y la asimetría de poder entre las regiones.
En materia constitucional existe un desfase político evidente: el traje constitucional está anticuado y le está quedando estrecho al país. Necesitamos una Constitución para el futuro.
En lo social, Chile es uno de los países con la peor justicia distributiva en el mundo. Y lo preocupante es que este grave desequilibrio social, afecta a muchos.
Para explicar el equilibrio social a escala de las personas, permítanme un ejemplo: en la campaña, la gente nos decía… “hay muy buenas cifras, dicen que hemos crecido, pero a mi casa eso no ha llegado”.
No vamos a discutir aquí las bondades de las cifras. Sin embargo, estarán de acuerdo conmigo que no basta con tener buenos indicadores a nivel macro, si eso no se traduce en bienestar concreto en la vida de las personas.
Entonces, lo que quiero decir es que ¡necesitamos  una sólida mesa de cuatro patas!
Ustedes, representantes de la comunidad empresarial del país, tienen una gran responsabilidad en este camino que iniciamos.
Y en ese sentido, quiero ser claro en señalar que no es lo mejor para Chile, que con recursos públicos se paguen deudas y obligaciones sociales de algunas empresas del sector privado, como ocurrió en el caso de la basura y de los portuarios, donde se nos traspasaron acuerdos y compromisos.
Esto debió haberse resuelto prontamente, y  en el lugar indicado.
Por eso, esperamos que la responsabilidad empresarial modifiquen algunas prácticas que no le hacen bien a Chile.
Los nuevos tiempos que vivimos, con una sociedad más horizontal y empoderada, también nos obligan a tener otra mirada de la relación con la ciudadanía, otra relación con los movimientos sociales.
En la campaña, una y otra vez, frente a la pregunta de si este programa era un giro a la izquierda, señalamos que era un giro hacia la ciudadanía.
¿Y por qué?
Porque tenemos un profundo sello ciudadano de origen. Y en ese sentido, nuestra conducta de gobierno va a ser de puertas abiertas al diálogo social, con una gobernabilidad centrada en la inclusión.
El pluralismo social es parte del desarrollo de la propia democracia en Chile.
Seremos también respetuosos de los actores sociales y de su derecho a manifestarse, escucharemos sus demandas, y estaremos atentos a recoger propuestas para enriquecer el Programa de Gobierno.
Y si hablamos de movimiento social, no podemos confundir ni mezclar esa legítima expresión de actores y ciudadanía en democracia, con la acción vandálica y destructora de pequeños grupos.
Quiero decir con toda claridad … … en Chile no hay espacio para el vandalismo, no hay derecho a generar violencia, ni a destruir… …
En eso vamos a ser muy firmes en hacer respetar los derechos de las personas, la ley, y el orden público.
Permítanme una reflexión final, pensando en un horizonte político que va más allá de estos 4 años…
Ustedes saben muy bien que en los negocios, en las empresas, la oportunidad es clave para tomar una decisión acertada.
También los países tienen su momento y su hora.
Chile está en un momento país en el que hay tomar decisiones estratégicas para alcanzar -de verdad- el anhelado desarrollo.
No vamos a refundar Chile. No estamos partiendo de cero. Hemos avanzado como país y lo valoramos como un gran esfuerzo colectivo.
Pero no hemos llegado al Gobierno, para hacer más de lo mismo. No nos vamos a quedar en el  conformismo o administrar el modelo, sin hacer los cambios necesarios.
Vamos a hacer cambios profundos pensando en el bien de Chile.
Nuestro país, por el tamaño de su Producto Interno Bruto, superó el nivel de los países de desarrollo medio.
¡Por eso estamos en  un momento clave!
Sin embargo, ningún país de desarrollo medio llegó a la meta del desarrollo sin antes superar la brecha de la desigualdad.
Sabemos muy bien que superar la desigualdad no es posible en un solo Gobierno. Es una tarea de mediano y largo plazo.
¡Pero en algún momento hay que comenzar a caminar en esa dirección y con tranco decidido! Aníbal Pinto, destacado economista, analizando el Chile del siglo XIX, escribió un libro titulado: “Chile, un caso de desarrollo frustrado”.
A nosotros, nos corresponde escribir otro … … el del siglo XXI. Un libro titulado: “Chile un caso de desarrollo logrado”. Al imaginarnos el Chile del futuro cercano, pensamos nuestro país con un crecimiento sostenido, mejor calidad de vida, con una economía diversificada, con un medioambiente protegido, con la educación como un bien público y derecho social, con acceso a la cultura, un país sin discriminación, un Chile sin esta tremenda desigualdad.
¡Ése es nuestro norte!
Caminar en esa dirección es una tarea muy amplia y es, al mismo tiempo, un gran proyecto colectivo. No es una tarea fácil. Pero tampoco imposible.
Agradezco la oportunidad de explicar el Chile que estamos haciendo y también el Chile con el que soñamos.

Muchas gracias

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