La Cultura Maya : Documento 10:Creencia en una vida extraterrenal de los mayas .
La Cultura
Maya :
Documento
10:Creencia en una vida extraterrenal de los mayas .
…….” Esta gente ha creído siempre en la inmortalidad del
alma más que otras muchas naciones aunque no haya sido de tanta policía porque
creían que después de la muerte había otra vida más excelente de la cual gozaba
el alma apartándose del cuerpo. Esta vida futura decían que se dividía en buena y mala vida, en penosa
y llena de descanso.
La mala y penosa, decían, era para los viciosos; y la buena y deleitosa para los que hubiesen
vivido bien en su manera de vivir; los descansos que decían habrían de alcanzar
si eran buenos, eran ir a un lugar muy deleitable donde ninguna cosa les diese
pena y donde hubiese abundancia de comidas y de bebidas de mucha dulzura, y un
árbol que allá llaman yaxché, muy fresco y de gran sombra, que es una ceiba,
debajo de cuyas ramas y sombra descansarían y holgarían todos siempre.
Las penas de la mala
vida que decían habrían de tener los malos, eran ir a un lugar más bajo que el
otro que llaman mitmal, que quiere decir infierno, y en el ser atormentados por
demonios y de grandes necesidades de hambre y frío y cansancio y tristeza.
También había en este lugar un demonio , príncipe de todos los demonios, al cual
obedecían todos y llamábanle en su lengua Hun Ahau y
decían que esta mala y buena vida no tenían fin, por no tenerlo el alma……..
Muertos los
amortajaban, llenándoles la boca de maíz molido , que es su comida y bebida que
llaman kéyem y con ello algunas piedras
que tienen por moneda, para que en la otra vida no les faltase que comer. Los enterraban dentro de sus casas o a las espaldas de ellas,
echándoles en la sepultura algunos de sus ídolos; y si era sacerdote, algunos
de sus libros; y si era hechicero, sus piedras de hechizo y pertrechos……………..”
Landa, Diego, “Relación de las cosas de Yucatán”. Capítulo XXXIII, México , 1938
Fuente: Krebs, Ricardo, et
al: “Ciencias Sociales e Históricas”. Vol. 3. CPEIP. Lo Barnechea, Santiago de
Chile abril de 1968, pp 28-29
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