«El cine francés se enamoró del producto popular y de consumo de Hollywood»
Bonnie y Clyde no son los chicos más malos del cine policiaco, ni 'El Halcón maltés' o 'Casablanca' los únicos clásicos del género negro a tener en cuenta. Jesús Palacios, crítico de cine, se encargó ayer de demostrar que Francia ha sido, es y, probablemente, será uno de los grandes feudos del cine de detectives y mujeres vampiresas del panorama cinematográfico.
En la conferencia 'Euronoir, serie negra con sabor europeo', impartido dentro del ciclo de seminarios del Curso de Cine de la UVA, Palacios demostró de forma caótica, aunque con acierto, que el país galo siempre ha sido uno de los lugares donde mayor respeto ha despertado el cine negro, basado muchas veces en las novelas negras de los años 20. «En EE UU tuvieron que pasar muchos años para que la novela negra fuese tomada en cuenta. Sin embargo, en Francia a principios del XX, a la vez que este género se desarrolla en novelas, se hacen versiones cinematográficas de esas mismas obras literarias».
El cine negro francés, conocido como polar, tuvo su momento de gloria en los años 60 y 70. Mezcla de la influencia de los folletines criminales publicados a finales del siglo XIX, con autores tan emblemáticos como Victor Hugo o Gastón Leroux y de la novela negra norteamericana, este género comenzó a desarrollarse en los años 30 con el 'realismo poético'. Este término hace referencia al cine desarrollado por cineastas como Marcel Carné o Jean Renoir que, adoptando el carácter comercial de la industria de EE UU, muestra con elementos visuales y poéticos las tramas policíacas. «El cine francés se enamoró del producto popular y de consumo de Hollywood, pero le insertó esteticismo e intelectualidad».
Asimismo, mientras que el celuloide norteamericano ofrecía, con lujo de detalles en la narración, los entresijos de las tramas detectivescas, los cineastas galos contaban con que el público tuviese un conocimiento sobre los estereotipos del género negro, adquirido tras años de ver cine estadounidense. De esta manera, las películas francesas no ofrecían largas explicaciones sobre las intenciones de los personajes o los mensajes de la historia.
Para Palacios, colaborador de medios como 'Fotogramas' o 'Nosferatu' y escritor de libros como 'Planeta Zombi', «Jean-Pierre Melville es uno de los grandes del cine negro francés» y, aunque la estela de su estilo, enmarcado en el polar, se hundiese bajo la competencia de Hollywood en los 80, actualmente goza de muy buena salud en el país vecino.
fuente. http://www.nortecastilla.es
En la conferencia 'Euronoir, serie negra con sabor europeo', impartido dentro del ciclo de seminarios del Curso de Cine de la UVA, Palacios demostró de forma caótica, aunque con acierto, que el país galo siempre ha sido uno de los lugares donde mayor respeto ha despertado el cine negro, basado muchas veces en las novelas negras de los años 20. «En EE UU tuvieron que pasar muchos años para que la novela negra fuese tomada en cuenta. Sin embargo, en Francia a principios del XX, a la vez que este género se desarrolla en novelas, se hacen versiones cinematográficas de esas mismas obras literarias».
El cine negro francés, conocido como polar, tuvo su momento de gloria en los años 60 y 70. Mezcla de la influencia de los folletines criminales publicados a finales del siglo XIX, con autores tan emblemáticos como Victor Hugo o Gastón Leroux y de la novela negra norteamericana, este género comenzó a desarrollarse en los años 30 con el 'realismo poético'. Este término hace referencia al cine desarrollado por cineastas como Marcel Carné o Jean Renoir que, adoptando el carácter comercial de la industria de EE UU, muestra con elementos visuales y poéticos las tramas policíacas. «El cine francés se enamoró del producto popular y de consumo de Hollywood, pero le insertó esteticismo e intelectualidad».
Asimismo, mientras que el celuloide norteamericano ofrecía, con lujo de detalles en la narración, los entresijos de las tramas detectivescas, los cineastas galos contaban con que el público tuviese un conocimiento sobre los estereotipos del género negro, adquirido tras años de ver cine estadounidense. De esta manera, las películas francesas no ofrecían largas explicaciones sobre las intenciones de los personajes o los mensajes de la historia.
Para Palacios, colaborador de medios como 'Fotogramas' o 'Nosferatu' y escritor de libros como 'Planeta Zombi', «Jean-Pierre Melville es uno de los grandes del cine negro francés» y, aunque la estela de su estilo, enmarcado en el polar, se hundiese bajo la competencia de Hollywood en los 80, actualmente goza de muy buena salud en el país vecino.
fuente. http://www.nortecastilla.es
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