El rotavirus

El rotavirus debe su nombre a su aspecto de rueda. Infecta las células del intestino delgado encargadas de la absorción de los nutrientes, alterando la función de éstas y es la causa más frecuente de diarrea aguda en el mundo, en niños menores de dos años.




¿Cómo se contagia?

A través de la vía fecal oral, es decir, por el contacto con deposiciones de un paciente afectado, ya sea de forma directa o a través del personal de salas cuna, jardines infantiles o de la familia, que no se ha lavado las manos adecuadamente. Es muy discutible que también pudiera haber contagio a través de secreciones respiratorias.





¿Cuáles son los síntomas?

Después del contagio, hay un período de incubación de 1 a 3 días durante el cual el virus se multiplica en el intestino. Comienza con fiebre elevada, decaimiento y vómitos profusos. Después de 12 a 24 horas, diarrea líquida abundante y frecuente que puede llevar a la deshidratación. Con frecuencia está el antecedente de contacto del paciente con otros niños con diarrea. Un 30 a 50% de los enfermos puede tener además, síntomas respiratorios, principalmente secreción nasal y, un porcentaje menor, alteración de las enzimas hepáticas, lo cual podría crear confusión en el diagnóstico.



¿Cuáles son sus complicaciones?

La más frecuente y temida es la deshidratación. Esta se produce por la pérdida corporal de líquido y sales, producto de la diarrea y vómitos. Para combatir esta situación, el organismo activa mecanismos compensatorios que son la sed y el ahorro de agua por el riñón, que concentra y disminuye la cantidad de orina. Luego aparece sequedad de mucosas, manifestada por llanto sin lágrimas y poca saliva. Si la deshidratación se agrava, los ojos se ven hundidos y disminuye la elasticidad de la piel, además de producirse acidosis (acidificación del pH sanguíneo), debido a la pérdida intestinal de bicarbonato. Si continúan las pérdidas intestinales sin rehidratación, cae la presión sanguínea por la falta de líquido y se produce el shock.

Los vómitos, frecuentes y a veces profusos, son muy molestos para el paciente y crean angustia en los padres. Estos requieren de tratamiento en algunos casos con fármacos que los inhiben a nivel cerebral.





¿Qué hacer para evitar las complicaciones?

Dar una hidratación adecuada a todo niño con diarrea. Tener presente que los lactantes pequeños, prematuros, desnutridos o portadores de una enfermedad subyacente, presentan mayor riesgo de tener un curso clínico más grave. Por tanto, deben observarse de cerca y decidir junto a su médico la conveniencia de hospitalizar.



¿Cuál es el tratamiento? 


La base del tratamiento es la hidratación. Se usan sales de rehidratación en base a agua, sal (cloruro de sodio), bicarbonato, glucosa y potasio. Lo bueno de este tratamiento es que permite que el paciente esté en su casa. En casos de que no resulte efectivo, sea por mala tolerancia oral, vómitos o deshidratación progresiva, el paciente debe hospitalizarse y recibir hidratación endovenosa.





¿Qué pasa con la alimentación durante la enfermedad?

Por muchos años se planteó que el intestino enfermo necesitaba reposo, pero la evidencia demuestra que la absorción de los alimentos es adecuada durante la enfermedad, por tanto la alimentación con una dieta más normal es recomendable, incluyendo verduras y frutas cocidas, evitando bebidas de fantasía y jugos. Estos últimos pueden aumentar la diarrea por un mecanismo osmótico (los azúcares atrapan agua en el intestino).



¿Hay edades más vulnerables?

Se presenta con mayor frecuencia entre los 6 meses y 2 años de edad, siendo éste el grupo más vulnerable de requerir hospitalización. Los recién nacidos, en general, no hacen la enfermedad ya que están protegidos por anticuerpos maternos que pasaron a través de la placenta y la leche materna. En los niños más grandes, las infecciones son más benignas, con menos diarrea y de menor duración. En los adultos, la enfermedad es inhabitual, y si la hacen, es poco sintomática. En Chile el 90% de las personas ya ha hecho su primera infección antes de los 5 años. ¿Cuántas infecciones puede hacer una persona en su vida? De dos a tres episodios. Cada infección deja inmunidad, por lo que los episodios siguientes son mas leves.





¿Se puede prevenir el contagio?

Primero, no exponer a niños con riesgo, como ya se mencionó. Poner especial énfasis en el lavado de manos al manipular deposiciones. También cuidado con juguetes u otros utensilios que hayan estado en contacto con un enfermo. Por otra parte, hoy existe una vacuna que protege contra 4 serotipos que causan el 90% de las infecciones. Esta se indica entre las 6 semanas y 6 meses de vida en dos dosis y protege de manera segura y prácticamente sin efectos adversos.



¿Hay épocas en las que se presentan más casos?

En nuestro país se presentan 53 mil consultas por año por esta infección y 8 mil hospitalizaciones. Esto irá descendiendo en la medida que se vacune a los lactantes. La infección se produce con mayor frecuencia durante los meses fríos, vale decir, en invierno.



fuente: Clínica Las Condes http://www.clinicalascondes.com/ver_pregunta.cgi?cod=1238445284

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