Dato: La lavadora .
La lavadora .
Lo más probable es que en una Historia de los inventos más utiles a la Humanidad escrita por una mujer ocuparían los primeros lugares cosas como el alfiler de gancho, la máquina de coser, la lavadora de platos, la aspiradora, la enceradora; es decir, todos aquellos implementos que, sin haber revolucionado el curso de la historia, han hecho sus vidas más llevaderas.
En dicha lista es muy posible que ocupara un lugar destacado la lavadora que liberó a millones de ellas de una de las obligaciones que los varones consideran inherentes a su sexo: lavar la ropa sucia de toda a familia.
Durante siglos, toda la ropa se lavaba ( de tarde en tarde) a mano, restregándola en las orillas de los ríos. Debe ser un avance considerable la invención de la escobilla, que les evitó el esfuerzo de golpear la ropa contra as rocas; y más si a ella se sumó la artesa, que las independizó de las corrientes cercanas.
En el año 1782, el inglés Henry Sidgier ideó una jaula cilíndrica de barras de madera dentro de una tina hexagonal del mismo material. La jaula se apoyaba en ambos extremos y giraba mediante una manivela. La tina se llenaba y se vaciaba a mano, y el proceso llevaba mucho tiempo. Antes de tender la ropa se la hacía pasar por entre dos rodillos de madera que la exprimían.
En 1858, el fabricante estadounidense Hamilton Smith mecanizó un artefacto muy similar al anterior. Su máquina tenía un tambor de madera vertical, en el que la pala de madera giraba mediante una manivela.
El mercado norteamericano era el más receptivo para cualquier invento destinado al hogar, debido en gran parte a la escasez de servicio doméstico. Así, en 1906 Alva Fisher, de Chicago, diseñó la primera lavadora eléctrica, en la que un motor hacía girar un tambor horizontal. En 1924, la compañía Savage Arms Corporation, de Nueva York, fabricó una lavadora eléctrica combinada con un secador giratorio. Para lavar, el tambor se inclinaba con un ángulo de 45 grados hasta engranar con una rueda dentada que giraba lentamente. Después había que levantar el tambor-lleno de ropa mojada- y colocarlo verticalmente sobre otro eje motor, que lo hacía girar a mayor rapidez para centrifugar el agua.
A finales de la década del 40, los fabricantes norteamericanos empezaron a producir lavadoras automáticas provistas de calentadores y bombas eléctricas. Hacia 1950 aparecieron secadores para la ropa que lanzaban aire caliente dentro de un tambor giratorio. Actualmente existen máquinas de lavar completamente automáticas con programadores de tiempo electrónicos y sensores que controlan las velocidades y temperaturas
Fuente: Diario La Tercera: Suplemento ICARITO, nº 203, colección Historia del Siglo XX, inventos 1900-1988, Santiago de Chile, 1988.
Lo más probable es que en una Historia de los inventos más utiles a la Humanidad escrita por una mujer ocuparían los primeros lugares cosas como el alfiler de gancho, la máquina de coser, la lavadora de platos, la aspiradora, la enceradora; es decir, todos aquellos implementos que, sin haber revolucionado el curso de la historia, han hecho sus vidas más llevaderas.
En dicha lista es muy posible que ocupara un lugar destacado la lavadora que liberó a millones de ellas de una de las obligaciones que los varones consideran inherentes a su sexo: lavar la ropa sucia de toda a familia.
Durante siglos, toda la ropa se lavaba ( de tarde en tarde) a mano, restregándola en las orillas de los ríos. Debe ser un avance considerable la invención de la escobilla, que les evitó el esfuerzo de golpear la ropa contra as rocas; y más si a ella se sumó la artesa, que las independizó de las corrientes cercanas.
En el año 1782, el inglés Henry Sidgier ideó una jaula cilíndrica de barras de madera dentro de una tina hexagonal del mismo material. La jaula se apoyaba en ambos extremos y giraba mediante una manivela. La tina se llenaba y se vaciaba a mano, y el proceso llevaba mucho tiempo. Antes de tender la ropa se la hacía pasar por entre dos rodillos de madera que la exprimían.
En 1858, el fabricante estadounidense Hamilton Smith mecanizó un artefacto muy similar al anterior. Su máquina tenía un tambor de madera vertical, en el que la pala de madera giraba mediante una manivela.
El mercado norteamericano era el más receptivo para cualquier invento destinado al hogar, debido en gran parte a la escasez de servicio doméstico. Así, en 1906 Alva Fisher, de Chicago, diseñó la primera lavadora eléctrica, en la que un motor hacía girar un tambor horizontal. En 1924, la compañía Savage Arms Corporation, de Nueva York, fabricó una lavadora eléctrica combinada con un secador giratorio. Para lavar, el tambor se inclinaba con un ángulo de 45 grados hasta engranar con una rueda dentada que giraba lentamente. Después había que levantar el tambor-lleno de ropa mojada- y colocarlo verticalmente sobre otro eje motor, que lo hacía girar a mayor rapidez para centrifugar el agua.
A finales de la década del 40, los fabricantes norteamericanos empezaron a producir lavadoras automáticas provistas de calentadores y bombas eléctricas. Hacia 1950 aparecieron secadores para la ropa que lanzaban aire caliente dentro de un tambor giratorio. Actualmente existen máquinas de lavar completamente automáticas con programadores de tiempo electrónicos y sensores que controlan las velocidades y temperaturas
Fuente: Diario La Tercera: Suplemento ICARITO, nº 203, colección Historia del Siglo XX, inventos 1900-1988, Santiago de Chile, 1988.
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