diputados: Seminario de Educación Superior analizó sistema de acreditación
Seminario de Educación Superior analizó sistema de acreditación
Publicado el 23 de mayo del 2011
El evento, organizado por la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, se realizó en las dependencias del Congreso Nacional, sede Santiago.
En su cuarta jornada de trabajo, el Seminario sobre Educación Superior organizado por la Comisión del ramo de la Cámara de Diputados se abocó hoy a analizar con autoridades y expertos del sector, el sistema de acreditación y su influencia en la calidad de los establecimientos chilenos.
El encuentro, desarrollado en la sede de Santiago del Congreso Nacional, contó con dos paneles. En primero de ellos participaron Iñigo Díaz y Carlos Medrano, presidente y secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), respectivamente; Rosa Godoy, directora de Conifos; Carlos Mancilla, director del Sindicato Nacional de Trabajadores, U. Austral de Chile; y Fernando García, gerente general de la Agencia Acreditadora, Colegio de Ingenieros de Chile. Moderó el diputado Rodrigo González (PPD).
Iñigo Díaz sostuvo que el integramiento del concepto de calidad de la educación se está incorporando en forma creciente en las distintas instituciones educacionales, hecho que espera se mantenga en el tiempo.
Indicó que, como desafío, la CNA buscará hacer una mayor diferenciación entre los establecimientos de educación superior, reconociendo que, actualmente, con un sistema muy estratificado, quedan instituciones que quedan atrás y que son las que se deberían apoyar mayormente. Además, dijo que se pretende implementar un sistema de indicadores y de calificación de resultados y aplicar incentivos para el mejoramiento de la calidad.
Carlos Medrano informó que, entre 2008 y 2010, se realizaron 525 procesos de acreditación, resultando sólo 5% de las carreras no acreditadas. Precisó que existen hoy 125 instituciones de educación superior dentro del sistema de acreditación, con cerca de un millar de carreras calificadas. Agregó que hay 17 instituciones fuera del sistema, principalmente centros de formación técnica (CFT), reuniendo a una matrícula de aproximadamente 40 mil estudiantes.
Señaló que hoy existen 285 procesos de acreditación de postgrado y 20 perfiles de egreso definidos. En todo caso, sobre este último punto, detalló que se va a constituir comités técnicos para actualizar e incorporar criterios nuevos, como empleabilidad e inserción de los estudiantes en cursos de post grado.
Rosa Godoy, junto con dar una breve reseña de la actual situación de los CFT y de los institutos profesionales (IP) que conforman Conifos, resaltó que en 2010 este segmento estudiantil superó el millón de estudiantes, siendo, en su mayoría, correspondientes a los dos quintiles de menores ingresos y a personas que, conjuntamente, trabajan y estudian.
Dijo que un problema importante para el sector es el de la falta de apoyo a estos estudiantes, que muchas veces deben abandonar sus estudios por falta de recursos y no por deficiencias académicas. Llamó a dar un apoyo financiero a estas personas, especialmente destacando que sus capacidades son de rápida inserción laboral (99% se queda en las empresas tras sus prácticas profesionales).
Respecto del sistema de acreditación, pidió respetar las diferencias institucionales y establecer un arancel diferenciado, según matrícula de alumnos. Asimismo, solicitó ampliar los tramos de acreditación, capacitación pares los evaluadores y focalizar los procesos de acreditación conforme a los resultados.
Carlos Mancilla hizo ver la necesidad de incorporar la dimensión humana en el sistema de acreditación, así como promover una mayor democracia en las instituciones. Criticó el sistema de financiamiento, preponderantemente privado, que prioriza criterios de mercado y llamó al Estado a una mayor participación, definiendo temas de importancia estratégica para el país.
Para Fernando García, es relevante modificar el sistema, entregando mayor flexibilidad a través de tramos, y pidió que la CNA se enfoque en su propósito normativo, dejando a las agencias la labor de acreditación. Llamó la atención sobre algunas “conductas inconvenientes” y posibles conflictos de intereses entre algunas agencias y sus calificados y pidió que se establezcan criterios de calificación uniformes que eviten discrecionalidades a la hora de acreditar o no a un establecimiento.
Segundo Panel
El segundo panel, también moderado por el diputado González, tuvo como expositores a Emilio Rodríguez, rector de la Universidad de Tarapacá; Eugenio Díaz, miembro de la CNA; y Gabriela Prado, abogada, doctora en Derecho de la Facultad de Ciencias Jurídica de la U. de Atacama, en representación de la Federación de Asociaciones de Académicos de las Universidades del Estado de Chile (FAUECH).
Emilio Rodríguez reconoció que el sistema ha incidido en mejorar la calidad de la educación, pero criticó que, hoy, hay pocas carreras y programas acreditados en Chile y que las sedes no dan garantías de mejoramiento de calidad. Planteó que se debe mejorar el rol de las agencias, evitando la relación “cliente-proveedor” e imponiéndoles criterios uniformes y una supervisión estricta; un sistema de acreditación más exigente y evaluación integral de las sedes; y crear comisiones distintas para cada realidad (Universitaria, CFT e IP).
Eugenio Díaz llamó a mejorar el sistema de promoción que permita instalar una cultura de mejoramiento de calidad de la educación. Recalcó que, pese a las diferencias de cada institución, es reconocible un mejoramiento dado que el sistema obliga a todas a un plan estratégico; a tener gestión sobre la base de resultados; servicios de apoyo a los alumnos y perfeccionamiento docente, entre otros puntos.
Estimó que falta mecanismos de autorregulación que permitan impulsar medidas correctivas; garantizar una homogeneidad máxima, de la CNA consigo misma y con las agencias (ante una misma situación, una misma clasificación), precisando los criterios de evaluación, entrenando los pares evaluadores y mejorando los acuerdos de acreditación; fijar criterios particulares para los CFT y IT; mayor apoyo y supervisión de las agencias; y materializar tramos de acreditación, no para bajar la vara, sino para ayudar a la institución a que la suba.
Gabriela Prado dijo que el mundo académico no entiende la calidad sin equidad, en donde la mayor responsabilidad es de carácter estatal. En ese sentido, sostuvo que hay un profundo debilitamiento de la educación superior pública dada la falta de recursos; la necesidad de competir con el mundo privado sin las posibilidades de asociatividad financiera que éste tiene; y por la existencia de estatutos no actualizados.
Propuso asegurar la credibilidad del sistema; mantener un buen sistema de información y de indicadores relevantes de acceso público; modificar la naturaleza mixta de la CNA (pública y privada); dar criterios uniformes a las agencias; y aplicar criterios de probidad y transparencia.
Publicado el 23 de mayo del 2011
El evento, organizado por la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, se realizó en las dependencias del Congreso Nacional, sede Santiago.
En su cuarta jornada de trabajo, el Seminario sobre Educación Superior organizado por la Comisión del ramo de la Cámara de Diputados se abocó hoy a analizar con autoridades y expertos del sector, el sistema de acreditación y su influencia en la calidad de los establecimientos chilenos.
El encuentro, desarrollado en la sede de Santiago del Congreso Nacional, contó con dos paneles. En primero de ellos participaron Iñigo Díaz y Carlos Medrano, presidente y secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), respectivamente; Rosa Godoy, directora de Conifos; Carlos Mancilla, director del Sindicato Nacional de Trabajadores, U. Austral de Chile; y Fernando García, gerente general de la Agencia Acreditadora, Colegio de Ingenieros de Chile. Moderó el diputado Rodrigo González (PPD).
Iñigo Díaz sostuvo que el integramiento del concepto de calidad de la educación se está incorporando en forma creciente en las distintas instituciones educacionales, hecho que espera se mantenga en el tiempo.
Indicó que, como desafío, la CNA buscará hacer una mayor diferenciación entre los establecimientos de educación superior, reconociendo que, actualmente, con un sistema muy estratificado, quedan instituciones que quedan atrás y que son las que se deberían apoyar mayormente. Además, dijo que se pretende implementar un sistema de indicadores y de calificación de resultados y aplicar incentivos para el mejoramiento de la calidad.
Carlos Medrano informó que, entre 2008 y 2010, se realizaron 525 procesos de acreditación, resultando sólo 5% de las carreras no acreditadas. Precisó que existen hoy 125 instituciones de educación superior dentro del sistema de acreditación, con cerca de un millar de carreras calificadas. Agregó que hay 17 instituciones fuera del sistema, principalmente centros de formación técnica (CFT), reuniendo a una matrícula de aproximadamente 40 mil estudiantes.
Señaló que hoy existen 285 procesos de acreditación de postgrado y 20 perfiles de egreso definidos. En todo caso, sobre este último punto, detalló que se va a constituir comités técnicos para actualizar e incorporar criterios nuevos, como empleabilidad e inserción de los estudiantes en cursos de post grado.
Rosa Godoy, junto con dar una breve reseña de la actual situación de los CFT y de los institutos profesionales (IP) que conforman Conifos, resaltó que en 2010 este segmento estudiantil superó el millón de estudiantes, siendo, en su mayoría, correspondientes a los dos quintiles de menores ingresos y a personas que, conjuntamente, trabajan y estudian.
Dijo que un problema importante para el sector es el de la falta de apoyo a estos estudiantes, que muchas veces deben abandonar sus estudios por falta de recursos y no por deficiencias académicas. Llamó a dar un apoyo financiero a estas personas, especialmente destacando que sus capacidades son de rápida inserción laboral (99% se queda en las empresas tras sus prácticas profesionales).
Respecto del sistema de acreditación, pidió respetar las diferencias institucionales y establecer un arancel diferenciado, según matrícula de alumnos. Asimismo, solicitó ampliar los tramos de acreditación, capacitación pares los evaluadores y focalizar los procesos de acreditación conforme a los resultados.
Carlos Mancilla hizo ver la necesidad de incorporar la dimensión humana en el sistema de acreditación, así como promover una mayor democracia en las instituciones. Criticó el sistema de financiamiento, preponderantemente privado, que prioriza criterios de mercado y llamó al Estado a una mayor participación, definiendo temas de importancia estratégica para el país.
Para Fernando García, es relevante modificar el sistema, entregando mayor flexibilidad a través de tramos, y pidió que la CNA se enfoque en su propósito normativo, dejando a las agencias la labor de acreditación. Llamó la atención sobre algunas “conductas inconvenientes” y posibles conflictos de intereses entre algunas agencias y sus calificados y pidió que se establezcan criterios de calificación uniformes que eviten discrecionalidades a la hora de acreditar o no a un establecimiento.
Segundo Panel
El segundo panel, también moderado por el diputado González, tuvo como expositores a Emilio Rodríguez, rector de la Universidad de Tarapacá; Eugenio Díaz, miembro de la CNA; y Gabriela Prado, abogada, doctora en Derecho de la Facultad de Ciencias Jurídica de la U. de Atacama, en representación de la Federación de Asociaciones de Académicos de las Universidades del Estado de Chile (FAUECH).
Emilio Rodríguez reconoció que el sistema ha incidido en mejorar la calidad de la educación, pero criticó que, hoy, hay pocas carreras y programas acreditados en Chile y que las sedes no dan garantías de mejoramiento de calidad. Planteó que se debe mejorar el rol de las agencias, evitando la relación “cliente-proveedor” e imponiéndoles criterios uniformes y una supervisión estricta; un sistema de acreditación más exigente y evaluación integral de las sedes; y crear comisiones distintas para cada realidad (Universitaria, CFT e IP).
Eugenio Díaz llamó a mejorar el sistema de promoción que permita instalar una cultura de mejoramiento de calidad de la educación. Recalcó que, pese a las diferencias de cada institución, es reconocible un mejoramiento dado que el sistema obliga a todas a un plan estratégico; a tener gestión sobre la base de resultados; servicios de apoyo a los alumnos y perfeccionamiento docente, entre otros puntos.
Estimó que falta mecanismos de autorregulación que permitan impulsar medidas correctivas; garantizar una homogeneidad máxima, de la CNA consigo misma y con las agencias (ante una misma situación, una misma clasificación), precisando los criterios de evaluación, entrenando los pares evaluadores y mejorando los acuerdos de acreditación; fijar criterios particulares para los CFT y IT; mayor apoyo y supervisión de las agencias; y materializar tramos de acreditación, no para bajar la vara, sino para ayudar a la institución a que la suba.
Gabriela Prado dijo que el mundo académico no entiende la calidad sin equidad, en donde la mayor responsabilidad es de carácter estatal. En ese sentido, sostuvo que hay un profundo debilitamiento de la educación superior pública dada la falta de recursos; la necesidad de competir con el mundo privado sin las posibilidades de asociatividad financiera que éste tiene; y por la existencia de estatutos no actualizados.
Propuso asegurar la credibilidad del sistema; mantener un buen sistema de información y de indicadores relevantes de acceso público; modificar la naturaleza mixta de la CNA (pública y privada); dar criterios uniformes a las agencias; y aplicar criterios de probidad y transparencia.
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