Mojar la cama: ¿qué consecuencias tiene para los niños?

Los resultados preliminares de una encuesta realizada entre pediatras sobre los hábitos miccionales de los niños españoles indican que el 21,6 por ciento de la población escolar con una edad superior a los cinco años continúa mojando la cama, es decir, más de un millón de menores, principalmente varones.

Esta encuesta que se enmarca dentro de la “Campaña de Control y Prevención de la enuresis” puesta en marcha en toda España por la Asociación Española de Familiares y Pacientes con Enuresis (AFYPEN) y la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria (SEPEAP) durante el pasado mes de febrero. En ella, más de un 8 por ciento de los 6.911 pediatras de atención primaria españoles han preguntado a los asistentes a su consulta sobre sus hábitos miccionales recogiendo la situación actual de 10.031 niños con edades comprendidas entre los 0 y los 15 años con enuresis.

Además, de la encuesta también se desprende, que en el 62,2 por ciento de los casos hay antecedentes familiares con lo que la sensibilización hacia el problema se presupone mayor, aunque por vergüenza se pretenda ocultarlo, tal y como destacaron los expertos en la presentación de estos datos.

Los expertos denominan enuresis a la emisión de orina, de características normales, en un momento o lugar inapropiado o socialmente inaceptable. Enuresis nocturna es, por tanto, cuando los niños orinan en la cama durante el sueño y generalmente no despiertan tras la micción. Para considerar que un niño sufre de enuresis tienen que registrarse dos o más episodios en un mes.



Consecuencias físicas y psicológicas
Según explica el doctor Juan Carlos Ruiz de la Roja, del Servicio de Urología del Hospital Universitario Santa Cristina, representante de AFYPen y director del Instituto Urológico Madrileño, la enuresis afecta a los niños de manera decisiva en su rendimiento escolar.

Y es que, señala, “habitualmente tienen un sueño interrumpido ya que es muy frecuente que los padres levanten a estos niños entre 2 y 3 veces en la noche para evitar que se orinen, aunque raramente consiguen con ello resultados positivos, con lo cual por la mañana rinden menos en el colegio. En algunas ocasiones es el propio miedo que tiene el niño a dormirse lo que hace que el descanso se vea mermado”.

“Respecto a la relación de estos niños con el resto de sus compañeros el hecho de orinarse por la noche supone que no vayan a campamentos y que no acudan a casa de amigos a dormir, con lo que su integración en clase se ve dificultada, además la falta de socialización puede terminar pasando factura desde el punto de vista psicológico”, añade este experto.
Además, a ello se une que el niño se ve sometido a burla de hermanos y amigos, aislamiento social, pérdida de autoestima, etc. Por ello, no sorprenda que para los niños éste sea el tercer problema en importancia tras el divorcio de sus padres o las peleas en casa.

Por ello, la “Campaña de Control y Prevención de la enuresis” persigue, el reconocimiento de la enuresis como un problema de salud pues sigue siendo una cuestión frecuentemente olvidada, además aboga por la información y educación en el entorno familiar y social del niño -familia, escuela, centro de salud- para hacer posible la detección precoz y el tratamiento, en su caso, que de solución al problema.



Detección precoz y tratamiento
El diagnóstico de la enuresis es sencillo, básicamente clínico, para el que simplemente se necesita realizar el análisis de la historia clínica y un calendario miccional. Sin embargo, tal y como ha revelado este estudio, no está siendo diagnosticada ni tratada en un altísimo porcentaje de los casos por la falta de consulta al pediatra.

Y es que, los padres la perciben como algo que hay que ocultar y así se traslada a los hijos, con lo que el problema cada vez se complica más. Y es que, según los datos revelados por la encuesta, este problema es consultado sólo por un 45,5 por cientode los padres, quedando más de un 50 por ciento de estos niños sin tratar. Además, según el doctor Ruiz de la Roja, "se culpabiliza al niño cuando se trata de un problema fisiológico en más de un 90 por ciento de los casos".

A este respecto, los pediatras explican que el diagnóstico precoz en enuresis es decisivo pues el problema puede solucionarse, en algunos casos, simplemente con medidas educacionales. En otros es necesario recurrir a tratamiento farmacológico que en un par de meses puede acabar definitivamente con todas las consecuencias negativas para el niño: inseguridad y malestar, falta de motivación escolar y bajo rendimiento, pérdida de autoestima, interrupción del sueño, no participación en actividades propias de su edad, aislamiento, etc.

Estas consecuencias negativas afectan también a los padres, puesto que conlleva para ellos una mayor carga de trabajo, un importante gasto económico (se estima que el lavado, secado y recambio de ropa supone al año un gasto superior a mil euros), así como una limitación de las actividades familiares, etc.

Por ello, desde la SEPEAP aseguran que la información y educación en el entorno familiar y social del niño es fundamental para su solución pues favorece la detección precoz y el tratamiento de la enuresis, es por eso que se ha convertido en el objetivo principal de la Campaña.



Tratamiento efectivo
Para el doctor Martínez, miembro de la SEPEAP "la elevada frecuencia de resolución espontánea ha dado lugar a que en determinados ambientes médicos se optase por la abstención terapéutica y el “ya curará con el paso del tiempo”, actitud que generalmente era comprendida y aceptada por la familia sin grandes problemas ya que solía haber algún pariente -a veces el padre o la madre- que “se había curado solo” a los 15 ó 18 años.

Además, según algunas encuestas la enuresis “no le gusta a los pediatras y por ello resulta insuficientemente tratada. La disposición individual hacia ella por parte del profesional puede explicar también las grandes variaciones en los resultados observados con los diferentes tratamientos utilizados", señalan desde esta entidad.

Por ello, para lograr la curación, el primer paso es el reconocimiento de la enuresis como un problema de salud pues, como puede desprenderse de la encuesta, es frecuentemente olvidada; por ello padres y cuidadores, profesores y profesionales de la salud deben estar informados sobre el proceso de adquisición de la continencia urinaria y fecal, uno de los primeros escalones para la autosuficiencia del niño. El pediatra indicará momento idóneo y la forma de realizar este entrenamiento para prevenir la enuresis y que el niño consiga e control miccional y fecal en el momento adecuado.

Respecto a la terapia, el doctor Ruiz de la Roja indica que los tratamientos farmacológicos ofrecen resultados "en el primer mes", aunque es conveniente extender el tratamiento durante un periodo que oscila entre los seis meses y un año, en función de la edad del menor.



fuente: http://www.saludalia.com

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