Santiago en 1910 .

Esta semana comienza la cuenta regresiva para celebrar el bicentenario de Chile, hace dos centurias por esta fecha un grupo de personas constituyó un gobierno transitorio que se supone subrogaría a las autoridades españoles durante el tiempo que durara el cautiverio del rey español detenido por Napoleón en Europa. Y en este artículo vamos a describir a la sociedad santiaguina presentando una serie de aspectos ocurridos 100 años después de 1810.


En los primeros años del siglo XX pareció que Santiago adquiría un nuevo rostro, nuevas modalidades de vida, progresos materiales de naturaleza diversa a los conocidos anteriormente, nuevos gustos y costumbres, automóviles, luz eléctrica , carros eléctricos, etc y otros se agolparon en estos años causando verdaderos trastornos en la existencia santiaguina.(1) Santiago había duplicado su población con sus trescientos mil habitantes las condiciones sanitarias eran misérrimas en los barrios pobres. (2)


Igualmente las calles de la ciudad conservaban a principios de siglo mucho de su aspecto primitivo, malamente pavimentadas, generalmente con adoquines, con asfalto o con piedras de río. Por ella traficaban coches y los primeros carros eléctricos. Desde los campos llegaban carretas repletas de frutas y verduras, y carretelas tiradas por caballos, lecheros vestidos de huaso recorrían los domicilios entregando su producto que conducían en grandes tarros de latón que colgaban a uno y a otro lado de su cabalgadura. Los “paveros”, recorrían las calles entre mayo y junio arreando grandes parvadas. La arquitectura ofrecía rasgos peculiares alternándose las viviendas antiguas de corte español o coloniales, con las que lucían la influencia francesa u otros estilos y con las que recién ostentaban los rasgos propios de estos años.(3)



Las personas se encontraban en el parque forestal que se construyó en 1900.(3)En un comienzo era un basural a cuya vera se levantaban hileras de casuchas, dentro de las cuales la pobreza y la promiscuidad fermentaban el vicio. No eran escasos los lenocinios de última categoría, ni tampoco las sórdidas cantinas. A este parque se unió en 1902 la belleza de una laguna que desecaron en 1944. En 1910 se colocaron una serie de monumentos como el francés y la fuente alemana .La costumbre era llevar a los visitantes ilustres a ver el parque. Sobre los 1.053 bancos que alguna vez tuvo, se dice que aprendieron a amar varias generaciones de estudiantes.(4)


La antigua cañada convertida en Alameda de las Delicias, era uno de los paseos más frecuentados por los habitantes de la ciudad, gran cantidad de personas acudían diariamente a pasearse en la Alameda, pero en los días de Pascua y Año Nuevo es cuando adquiría su fisonomía más típica. Tomaba entonces el aspecto de un camino rural, lleno de puestos de ventas, con carretas enquichadas con alegría popular. Desde la calle San Martín hasta la Estación Central se instalaban numerosas ramadas o chinganas llamadas ahora “fondas”,adornadas con banderitas y faroles chinescos. En su interior adornado con retratos de los próceres O’Higgins, Carrera, Manuel Rodríguez o Freire, se bebía cola de mono y otros licores, sobre un entablado se bailaba cueca. Se instalaban también numerosas cocinerías, en las cuales se vendía toda clase de frituras que llenaban el ambiente de pegajoso olor. Desde la calle San Martín hacia el centro se instalaban ventas de artesanías populares, especialmente objetos de cerámicas fabricados en localidades rurales como Talagante o Pomaire. En suma, dice León Echaíz que durante Pascua y Año Nuevo, la Alameda se transformaba en una algarabía criolla, que terminaba en borracheras y riñas en un verdadero muestrario folklórico.(5)


También el Portal Edwards, fue un punto de encuentro, ubicado en la calle Bascuñán Guerrero y Unión Latinoamericana , se convirtió en esos años en un sitio de moda, al cual concurrirá día y noche gran cantidad de santiaguinos. Frente a el también daban retretas las bandas de los regimientos Buin y Pudeto y el Orfeón de la Policía, poseía un casino “el Bonci”.(6)


Igualmente los enamorados tenían su lugar, si querían patinar iban al Skating Rink que quedaba en la primera cuadra de Arturo Prat y muchos consideraban tal entretenimiento como muy pecaminoso.(7)


A la vez los teatros más concurridos son el de Santiago, el de variedades, el Politeama y el Municipal. En los primeros se realizaban tandas con espectáculos de zarzuelas, operetas y revistas. En el Municipal se efectuaban representaciones líricas.(8).


El Parque Cousiño, actual Parque O’Higgins, tampoco se escapaba de ser un lugar de aglomeración, ahí los deportes arraigaron y los gringos jugaron fútbol, en el velódromo de Beauchef los ciclistas se solazaban, en tanto que el tenis conoció un buen momento en el parque, y en tanto un acróbata saltaba de con su auto utilizando un trampolín hacia 1920 .(9)


En el club Santiago que abrió sus puertas en 1907 se juntaban los elementos más altos de la sociedad , particularmente jóvenes, allí estos gustaban del juego y del alcohol, allí era más fácil que entrasen mujeres o personas cuyos pergaminos no fueran impecables, las instalaciones eran lujosas, la comida excepcional. Algunas muchachas aristócratas bellas y atrevidas se aficionaron a la nueva entidad como le daban cachet les llamaron cachetonas. El “Santiago” y las cachetonas fueron el pararrayos de la crítica que las restantes clases hicieron contra la dirigente. Pero quienes pertenecieron al club se sintieron siempre emancipadores y héroes en pugna, redimiendo un mundo pacato y colonial. Así llegaban, una sociedad selecta, pero nada gazmoña, refractaria por instinto y por educación a las hipocresías tradicionales de nuestro gran mundo, matrimonios jóvenes ávidos de sacudirse un poco de las absurdas preocupaciones de la moral colonial con que pretende la Iglesia mantenernos aplastados; muchachos de ingenio y buen humor que por haber leído y viajado y aprendido a vivir desearían de corazón saturar de oxígeno moderno a la sofocante atmósfera de nuestras costumbres.(10)


En cambio si la clase socialmente alta se encontraba en el Club Santiago, la clase media lo hacía en el barrio Yungay ahí se organizaban bailes, malones , juegos de prendas y recitaciones líricas. Había paseos campestres y la vuelta de la plaza sabatina y dominical.(11)


La clase baja , sus diversiones eran beber chicha en la Alameda para Navidad y el 18 de septiembre, ocasionales fiestas y comidas con el compadres que ocupaba un trozo del sitio, riñas de gallo y celebraciones religiosas, y volantines, rayuelas, zancos y carretitas.(12)






Bibliografía:

(1) León,René: Historia de Santiago.Tomo II,Santiago de Chile,1975 , cfr., pp 177

(2) Castedo,Leopoldo: Historia de Chile,Empresa Editora Zig Zag,Santiago de Chile 1982,cfr., pp 443.

(3) León,René: op cit, cfr., pp. 177


(4) Calderón,Alfonso : Memorial del viejo Santiago,Editorial Andrés Bello,Santiago de Chile 1984,cfr,pp 165-167.

(5) León,René: op cit, cfr., pp 179

(6) León,René: op cit, cfr., pp 180

(7) Calderón,Alfonso .op cit,cfr, pp 138

(8) León,René: op cit, cfr., pp 178

(9) Calderón,Alfonso .op cit,cfr, pp 198

(10) Vial,Gonzalo, “Historia de Chile”.Tomo II.Volumen I.Editorial del Pacífico.Santiago de Chile.1981,cfr ,pp 663

(11) Vial,Gonzalo,op cit,cfr,pp 700

(12) Vial,Gonzalo,op cit,cfr,pp 764


Fuente: Berger Mercado, Félix : Ensayo “Caracterización social de Santiago durante la primera mitad del siglo XX”.

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