Singapur, centro económico de Asia, tiene un problema: la ciudad-estado carece de suministro de agua seguro. La solución: aguas residuales recicladas pronto cubrirán la mitad de la demanda.

 Singapur, centro económico de Asia, tiene un problema: la ciudad-estado carece de suministro de agua seguro. La solución: aguas residuales recicladas pronto cubrirán la mitad de la demanda.
Singapur es una ciudad-estado donde sobresale lo superlativo: la meca de la banca, conocida como la "Suiza de Asia", tiene la mayor densidad de millonarios en el mundo. El ambiente económico tiene un gran flujo de inversión. El país cuenta con los mejores sistemas de salud y educación de la región. Y finalmente, pero no menos importante, la república se beneficia de su reputación como una de las ciudades más limpias y seguras del mundo. Esto se refleja en la arquitectura. Las viviendas modernas y lujosas se alzan tan alto que parecen alcanzar el cielo. Sin embargo, el acaudalado país carece de un recurso natural que para otros países es evidente: el agua.

Día a día, Singapur tiene que importar millones de litros de agua potable que llegan de la vecina Malasia mediante tuberías, ya que no cuenta con fuentes propias de agua dulce. Tal es así que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, calificó a Singapur como un país con "escasez de agua". El estado insular necesita urgentemente alternativas.

La necesidad de diferentes fuentes

Además del agua importada con la que cubre alrededor del 30 por ciento de la demanda total, Singapur obtiene el preciado "tesoro azul" de otras tres fuentes. El agua de las lluvias es una de ellas. Anualmente, caen en el país de clima tropical hasta 2,4 metros de precipitaciones. El promedio mundial es poco mejor a un metro. En total 17 embalses cubren otro 30 por ciento de la demanda de agua de Singapur. Sin embargo, el país del tamaño de la ciudad alemana de Hamburgo, ha llegado su límite en cuanto al espacio disponible y excavar para construir más embalses crearía un problema.
George Madhavan, de la Junta de Servicios Públicos (PUB), la autoridad nacional para la gestión del agua y la protección del medio ambiente explica: "En los países más grandes, donde hay lagos y ríos, es fácil asegurar el suministro de agua dulce. Ellos también tienen suficiente espacio para recoger y almacenar el agua. Singapur, por su superficie, no cuenta con esas ventajas". De ahí que hay que encontrar otras soluciones. La desalinización del agua de mar es una opción más, sin embargo, debido a los altos costos del procedimiento, representa solo el 10 por ciento del suministro total de agua. En el año 2003, un sistema mucho más rentable y eficiente para procesar este valioso recurso hizo su debut en Singapur: el agua reciclada de alta calidad (llamada agua gris) con el prometedor nombre de "NEWater".

De aguas residuales se hace "NEWater"

El reciclaje de aguas residuales no es nada nuevo. Israel, España, los países escandinavos y los EE.UU. son conocidos pioneros en el campo. Sin embargo, el proyecto "NEWater" de Singapur, no tiene comparación internacional. Este cubre aproximadamente un tercio de la demanda del país y su proyección es cubrir más de la mitad de la demanda total hasta el año 2060.
Las cuatro plantas nacionales de tratamiento de aguas producen 430 millones de litros de agua al día. Las aguas residuales, una vez recicladas, se utilizan principalmente para la producción industrial y la refrigeración. Una pequeña porción de ésta, se mezcla también con agua rica en nutrientes que se encuentra almacenada en depósitos de lluvia. Una vez procesada, se la embotella. Las botellas de agua no están a la venta y, según el Ministerio de Medio Ambiente no hay planes para venderlas en el futuro. Más bien, se distribuyen de forma gratuita durante los grandes eventos. La finalidad es dar a conocer este ambicioso proyecto. Por lo general, el gobierno promociona el proyecto difundiendo mucha información sobre NEWater: Tal es así que existe un centro para visitantes y se ofrecen visitas guiadas todos los días.


Aproximadamente un cinco por ciento de "NEWater" también entra en el agua corriente. Esto ocurre sobre todo, durante los meses de sequía cuando las reservas en los embalses de lluvia disminuyen rápidamente, lo que hace necesario inyectar aguas grises recicladas.
"Gracias a NEWater dependemos menos de las condiciones del tiempo. El agua ultra limpia, reciclada de alto grado, es una historia de éxito de Singapur y uno de los pilares de nuestra gestión sostenible del agua", explicó Madhavan.
La tecnología está bien establecida: el agua usada y contaminada se "desinfecta" mediante los sistemas de filtración. Además se la somete a una ósmosis inversa por la cual pasa bajo alta presión por una fina membrana que separa las partículas de suciedad del agua. Luego, los rayos ultravioleta matan a las bacterias y desinfectan el líquido.

El resultado es un agua potable que supera incluso los estándares de la Organización Mundial de la Salud.

Para este pequeño país en el extremo sur de la península de Malaca, su propio suministro de agua no es sólo una necesidad económica, sino también una prioridad estratégica. En el año 2061, expira el contrato de suministro de agua con la vecina Malasia. A más tardar para ese entonces, Singapur quiere contar con una fuente de agua independiente gracias al plan NEWater.

Un versátil modelo para el futuro

La experiencia de Singapur es todo un modelo para la región asiática en el Pacífico. Australia también conduce desde hace varios años proyectos de reciclaje de aguas residuales, aunque lo hace por otras razones: "Es necesario contar con un suministro constante de agua para estar preparados ante las incertidumbres de los ciclos de nuestro clima entre las inundaciones y la estación seca. Una sola fuente de agua no puede garantizar la seguridad del suministro", dice Marc O'Donohue, jefe del Centro de Excelencia de Reciclaje de Agua Australiano, un instituto de investigación gubernamental con sede en Brisbane.
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Otro reto que tienen que superar todos quienes trabajaban en el procesamiento de aguas residuales es la generalizada baja aceptación de estas como fuente de agua potable. O'Donohue sostiene que por ello es necesario reforzar la confianza de los consumidores. Las ventajas son evidentes: "La calidad del agua se puede fácilmente ajustar en el proceso de tratamiento, dependiendo su destino, si se utiliza para la agricultura, como agua potable o para la producción de productos de alta tecnología". En cambio, en los procesos de desalinización no se puede la graduar de esta manera. Además, gracias a los numerosos nutrientes y fuentes de energía, como el carbono es también un recurso valioso y versátil.
Kartik Chandran, ingeniero ambiental y catedrático de la Universidad de Columbia en Nueva York considera que el reciclaje del agua tiene más ventajas. "Aparte de que reduce el consumo total de agua, el mayor valor agregado de las aguas residuales está en que se trata de un recurso disponible localmente. Esto resulta particularmente beneficioso para las comunidades remotas. En los lugares donde los fertilizantes son demasiado caros o simplemente no están disponibles, se puede mejorar la seguridad alimentaria mediante el reciclaje de aguas residuales regulando específicamente los de nutrientes. En las naciones industrializadas, las aguas grises recicladas también se podrían utilizar como una fuente de energía química e hidráulica.”

Es decir, que el reciclaje de aguas residuales es un versátil modelo para el futuro, y no sólo para las grandes ciudades como Singapur.

Autora: Roxana Isabel Duerr / CS
Editor: Enrique López


fuente: Deutsche Welle, http://www.dw.de/el-tesoro-azul-de-singapur-newater-proviene-de-aguas-residuales-recicladas/a-16904039?maca=spa-newsletter_sp_alemaniaactual-2359-html-newsletter

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