La reconstrucción de las mamas debe formar parte de la terapia integral del cáncer de pecho

Desde hace dos décadas se sabe que, prácticamente, no hay ningún impedimento para que una mujer recupere su seno después de que se le extirpe un tumor mamario. Sin embargo, las reticencias de los especialistas y la falta de información de las pacientes es motivo de que siete de cada diez quede mutilada.

ALEJANDRA RODRÍGUEZ


«Hace 16 años que me quitaron una mama por culpa de un tumor. La enfermedad está controlada, pero cada vez que me ducho, que voy a comprarme ropa o que quiero hacer el amor con mi marido, una cicatriz de algo más de 10 centímetros al lado de un único pecho me recuerda todo el calvario que mi familia y yo pasamos para eliminar un cáncer que nunca acaba de quedarse atrás. No voy a la playa, no uso escotes y dejé de ir al gimnasio. Me da vergüenza quitarme la ropa delante de mi esposo y casi no puedo mirarme al espejo cuando estoy desnuda. Las prótesis ni por asomo son comparables a la sensación de un pecho natural. Todo el mundo, incluidos los médicos, me decían que diera gracias por haberme curado. Ya no me planteo pasar por el quirófano para recuperar mi pecho, pero no dejo de pensar en las cosas que habrían cambiado si en ese momento hubiera sabido lo que sé ahora». Este es el testimonio de Asunción, de 60 años, pero coincide casi al pie de la letra con el de miles de españolas que se sienten mutiladas después de superar un cáncer de mama. Esto sería evitable, ya que prácticamente cualquier paciente puede acceder a diversas técnicas reconstructivas que ayudan a 'olvidar' que un día tuvieron un tumor.

«No se puede considerar que una mujer mastectomizada, que está a disgusto por la falta o la deformidad de su pecho, está curada hasta que no sea reconstruida». Así de tajante se muestra Rosa Pérez Cano, jefa del servicio de Cirugía Plástica y Reparadora del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.

Esta especialista y su equipo trabajan en un ensayo clínico multicéntrico a nivel europeo, en el que también participa el Instituto Valenciano de Oncología (IVO), para regenerar la mama con el injerto de células madre procedentes de la grasa extraída del abdomen de la propia paciente.

«Se trata de una técnica dirigida a la reconstrucción parcial de deformidades derivadas de un tratamiento quirúrgico conservador [en el que no se ha extirpado la mama completa, sino únicamente el tumor o un cuadrante del seno]. En estos casos, no hay prótesis adecuadas y lograr que el escote quede con un aspecto natural es más complicado», resume la cirujana.

Todavía habrá que esperar alrededor de un año para saber si el procedimiento resulta exitoso. «El objetivo es que las células madre 'aniden' y estimulen el crecimiento de la grasa propia y la vascularización de la zona; de manera que el resultado no será una mama reconstruida, sino un pecho completamente nuevo», explica Carlos Vázquez, cirujano del IVO implicado en este proyecto y presidente de la Sociedad Internacional de Senología.

Ambos especialistas están muy esperanzados por el amplio abanico de posibilidades que ofrece esta novedosa alternativa. Si el injerto de células pluripotenciales cumple su misión, no habrá que preocuparse por las 'pegas' asociadas a otros métodos de reconstrucción que acarrean la trasposición de tejidos, como grasa autóloga o segmentos musculares (defectos en la zona donante, complicaciones quirúrgicas, resultados estéticos deficientes...) o la implantación de materiales sintéticos como expansores o prótesis de silicona (reacciones alérgicas, rechazo, infecciones, encapsulamientos...).

«Este trabajo abre una puerta enorme no sólo para la reconstrucción de las mamas, sino para otras zonas poco vascularizadas como el pabellón auditivo o la tráquea donde todavía no hay estrategias óptimas», explica la doctora Pérez.

Por su parte, Vázquez apunta que, aunque ahora se ha llevado a cabo una rigurosa selección de pacientes que responden a un perfil muy determinado (mujeres que han tenido un tumor de hasta cinco milímetros, con ganglios axilares negativos y sin metástasis), el método podría tener aplicaciones casi infinitas. «Es factible, incluso, traspasar las fronteras de la mama y rellenar el hueco axilar resultante de una linfedectomía [extracción de los ganglios linfáticos de debajo del brazo] porque contraindicaciones absolutas, en principio, no hay», resume.

No obstante, los profesionales consultados por SALUD señalan que la inyección de células madre no pretende sustituir o desechar los procesos reconstructivos actuales que son, en su opinión, excepcionalmente buenos y necesarios como parte fundamental del tratamiento integral de un cáncer de mama.

De hecho, los especialistas de este área quirúrgica se las han ingeniado para dar una respuesta cada vez más satisfactoria. Así, se ha logrado reparar el pezón y la areola usando tejido de otras partes del cuerpo, se pigmenta la zona más oscura con tatuaje, se interviene la mama contralateral (la sana) para lograr la máxima simetría, se ha afinado en microcirugía para lograr la mayor sensibilidad posible... en definitiva, no se trata sólo de tener un bulto.

«Toda mujer que entra en un quirófano para que le sea extirpado un tumor de este tipo debería salir con un aspecto lo más parecido posible al momento anterior de la intervención y no se debe renunciar a hacer todos los retoques posteriores que sean necesarios para obtener un escote natural», apostilla Antonio Porcuna, presidente de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE).

Este firme defensor de lo que se ha dado en llamar oncoplástica (disciplina dirigida a restaurar las carencias cosméticas ligadas a los tratamientos contra el cáncer) recuerda que desde hace casi 20 años se sabe que la reconstrucción mamaria no interfiere en el manejo del tumor con radio o quimioterapia, que no dificulta la interpretación de las mamografías de revisión, que no causa problemas inmunológicos, ni agrava el estado de salud general de la paciente, de manera que los motivos clínicos para no ofrecer un tratamiento completo a las pacientes se han reducido al mínimo.

Tan sólo aquellas con una salud general muy deteriorada, las que padezcan un tumor muy agresivo o tengan múltiples metástasis podrán quedarse fuera. El resto son candidatas. «Ni siquiera la edad debería ser un obstáculo para acceder a esta alternativa. ¿Por qué una señora de 70 años que ha superado un tumor debe pasar el resto de su vida infeliz por la mutilación de una zona tan ligada a su personalidad, a su feminidad?», plantea Porcuna.

De la misma opinión es el doctor Jorge Fernández Delgado, coordinador de la Unidad Funcional de Reconstrucción Mamaria Inmediata del Hospital La Paz (Madrid) que va a presentar un libro sobre este tema, dirigido al público general, la semana que viene.

Este experto forma parte de una corriente de facultativos, afortunadamente cada vez más nutrida, que aboga porque en el mismo acto quirúrgico en el que se extirpa el tumor se lleve a cabo la reparación de la mama afectada.

«Se trata de estar 30 minutos más en el quirófano; es una oportunidad de oro que si se pierde, puede no recuperarse nunca porque muchas mujeres renuncian a reconstruirse más adelante por miedo o desinformación», explica Fernández.


SITUACIÓN PRECARIA

A pesar de que ninguna paciente que se haya sometido a técnicas de reconstrucción se ha mostrado arrepentida de su decisión, lo cierto es que todavía siete de cada 10 mujeres operadas no accede a ellas. Teniendo en cuenta que en nuestro país se diagnostican 16.000 casos nuevos de cáncer de mama al año, España cuenta con una bolsa de más de 100.000 pacientes amputadas o deformadas.

Los motivos médicos se han ido superando y también se está trabajando para solventar los aspectos referentes a la infraestructura necesaria para hacer un tratamiento óptimo en este sentido.

Lo idóneo es que cada caso sea visto por un equipo multidisciplinar compuesto por cirujanos generales, cirujanos plásticos, oncólogos médicos, radiólogos, ginecólogos, patólogos, radioterapeutas..., pero este despliegue no siempre es posible en centros sanitarios pequeños.

Por este motivo, los grandes hospitales están implantando unidades de mama a las que derivar a las féminas que lo requieran.

En la mayoría de los casos, no es necesario pasar por el quirófano inmediatamente después del diagnóstico. Se puede esperar unas semanas a que un equipo multidisciplinar informe a la paciente sobre sus opciones. «La reconstrucción de la mama es un derecho de la mujer y es deber de los profesionales e instituciones ofrecérsela», esgrime el cirujano de La Paz.

La oncóloga médica Mª Luisa García Paredes, asesora del comité científico de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), suscribe esta idea: «No debe haber desigualdades territoriales en la accesibilidad a las terapias, no sólo en el ámbito oncológico sino en cualquier campo de la medicina y cirugía».

Todos destacan que el hecho de procurar que la mujer tenga la oportunidad, si así lo desea, de reparar los estragos estéticos que el cáncer causa en su seno no repercute sólo en mejoras cosméticas.

Perder una zona del cuerpo tan estrechamente ligada a la esencia femenina constituye un mazazo casi tan grande como enfrentarse al tumor. Así, y aunque los datos al respecto son únicamente empíricos, se ha observado que las mujeres reconstruidas gozan de una fuerza mental que les hace encarar mejor la terapia oncológica.

«El tumor es devastador, la cirugía es deformante, la quimioterapia tiene muchos efectos secundarios, entre ellos la caída del pelo y las cejas, los fármacos hacen engordar y alteran totalmente el cuerpo, surgen problemas familiares y de pareja... ¿cómo se puede cuestionar la posibilidad de recuperar el pecho y evitar muchas de estas secuelas?», se pregunta Fernández.

Por su parte, Rosa Pérez recuerda que la OMS mide la salud en términos de bienestar físico, psicológico y social. «Ahora casi todos los tumores de mama se superan con éxito; y después, ¿qué?».

fuente: http://www.elmundo.es

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Estoy de acuerdo totalmente con el comentario de Alejandra, sin pecho no se es capaz de mirarte al espejo ,senti todo lo mismo que sintio ella desde que hice la reconstrucion, me siento casi normal, estoy encantada recomiendo hacerla

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