España: El Festival de Huelva premia a Sorín
Levante-EMV
Después de 18 meses de intenamiento en un psiquiátrico, un profesor universitario recibe el alta médica. Los terapeutas confían en que no se reproducirá su anterior brote de psicosis violenta, siempre que cumpla con la medicación. Su esposa lo lleva a casa, los hijos ya mayores no están, viven su vida. Luis busca a Donatello, el gato. Todos desean que vuelvan los tiempos felices.
Carlos Sorín (Buenos Aires, 1944) se distancia de su estilo característico para realizar El gato desaparece, con el que ha sido galardonado con el Premio especial del Jurado en el Festival de Cine de Huelva. Es un thriller de intriga sobre las sospechas alrededor de un neurótico fue preestrenado por el Club Diario Levante. El cineasta argentino ha comentado su película en exclusiva para Levante EMV: «Estaba trabajando en otro proyecto más acorde con mi cine de siempre y se estableció un amplio tiempo de interrupción en la realización y entonces me dije, por qué no hacer una película de género. Quería ver cómo me desempeñaba en un cine distante del que habitualmente hago. Porque es un cine que siempre he admirado, me formé con él y quería hacer un filme clásico, construido y planificado desde el guión hasta el último detalle en la realización. Lo que no es habitual en mis películas que son mucho más azarosas, más cercanas al documental. Elegí el género del suspenso y decidí realizar el filme con muy pocos elementos, los menos posibles para mantener la atención del espectador. Ese es el desafío».
Sorín realizó su película sin sobrecargar la tensión. «El gato desaparece es un filme sin muchos elementos típicos del thriller, señala Sorín, no hay tiros, no hay muertos, al menos visibles, ni hay persecuciones. Todo está levemente sugerido sólo por la sospecha. Esa es la esencia de la película». Hay pinceladas de humor como la novia del gato negro, una exuberante gata blanca. Sorín afirma que «cuando se hace suspense son precisos ciertos remansos, especialmente cuando se empieza a transitar en zonas inquietantes es bueno que el espectador se relaje y existan algunas secuencias livianas, algo de comedia».
La elección del cuadro artístico fue muy importante. «Hay actores y no actores, obviamente los protagonistas son actores, no podía ser de otra manera, porque son personajes construidos. He tenido la suerte de trabajar con dos profesionales inmensos como Beatriz Spelzini y Luis Luque, aunque son muy distintos. Luis es intuitivo con una presencia en pantalla muy fuerte y Beatriz es un mecanismo de relojería de precisión que racionaliza hasta la última mirada. Sin embargo, también incorporé a no actores. Todos los psiquiatras que aparecen en la película lo son en la realidad».
Sorín tenía la intención de realizar un ejercicio de estilo muy personal. «Quería verme en la dirección de una forma clásica, con una cámara sólida que se mueve racionalmente, con todo construido. Ese fue el objetivo, que no dejara secuelas. En mi próximo filme que empiezo en febrero vuelvo a mi estilo habitual, donde la temática es más importante que la propia película. En este caso, es al revés, hago un mayor énfasis en la forma, es un paréntesis que me encantó realizar. Aunque existe en el filme un elemento esencial por el que siempre apuesto, que es el poder de la mirada».
fuente: http://ocio.levante-emv.com/cine/noticias/nws-38390-el-festival-huelva-premia-sorin.html
Después de 18 meses de intenamiento en un psiquiátrico, un profesor universitario recibe el alta médica. Los terapeutas confían en que no se reproducirá su anterior brote de psicosis violenta, siempre que cumpla con la medicación. Su esposa lo lleva a casa, los hijos ya mayores no están, viven su vida. Luis busca a Donatello, el gato. Todos desean que vuelvan los tiempos felices.
Carlos Sorín (Buenos Aires, 1944) se distancia de su estilo característico para realizar El gato desaparece, con el que ha sido galardonado con el Premio especial del Jurado en el Festival de Cine de Huelva. Es un thriller de intriga sobre las sospechas alrededor de un neurótico fue preestrenado por el Club Diario Levante. El cineasta argentino ha comentado su película en exclusiva para Levante EMV: «Estaba trabajando en otro proyecto más acorde con mi cine de siempre y se estableció un amplio tiempo de interrupción en la realización y entonces me dije, por qué no hacer una película de género. Quería ver cómo me desempeñaba en un cine distante del que habitualmente hago. Porque es un cine que siempre he admirado, me formé con él y quería hacer un filme clásico, construido y planificado desde el guión hasta el último detalle en la realización. Lo que no es habitual en mis películas que son mucho más azarosas, más cercanas al documental. Elegí el género del suspenso y decidí realizar el filme con muy pocos elementos, los menos posibles para mantener la atención del espectador. Ese es el desafío».
Sorín realizó su película sin sobrecargar la tensión. «El gato desaparece es un filme sin muchos elementos típicos del thriller, señala Sorín, no hay tiros, no hay muertos, al menos visibles, ni hay persecuciones. Todo está levemente sugerido sólo por la sospecha. Esa es la esencia de la película». Hay pinceladas de humor como la novia del gato negro, una exuberante gata blanca. Sorín afirma que «cuando se hace suspense son precisos ciertos remansos, especialmente cuando se empieza a transitar en zonas inquietantes es bueno que el espectador se relaje y existan algunas secuencias livianas, algo de comedia».
La elección del cuadro artístico fue muy importante. «Hay actores y no actores, obviamente los protagonistas son actores, no podía ser de otra manera, porque son personajes construidos. He tenido la suerte de trabajar con dos profesionales inmensos como Beatriz Spelzini y Luis Luque, aunque son muy distintos. Luis es intuitivo con una presencia en pantalla muy fuerte y Beatriz es un mecanismo de relojería de precisión que racionaliza hasta la última mirada. Sin embargo, también incorporé a no actores. Todos los psiquiatras que aparecen en la película lo son en la realidad».
Sorín tenía la intención de realizar un ejercicio de estilo muy personal. «Quería verme en la dirección de una forma clásica, con una cámara sólida que se mueve racionalmente, con todo construido. Ese fue el objetivo, que no dejara secuelas. En mi próximo filme que empiezo en febrero vuelvo a mi estilo habitual, donde la temática es más importante que la propia película. En este caso, es al revés, hago un mayor énfasis en la forma, es un paréntesis que me encantó realizar. Aunque existe en el filme un elemento esencial por el que siempre apuesto, que es el poder de la mirada».
fuente: http://ocio.levante-emv.com/cine/noticias/nws-38390-el-festival-huelva-premia-sorin.html
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