OPINIÓN: ROL DEL PROFESOR DE EDUCACIÓN FÍSICA EN LA PREVENCIÓN DE LESIONES. Por: Alejandro Diaz. Director de carrera de Ped. En Ed. Física. Universidad San Sebastián
ROL DEL PROFESOR DE EDUCACIÓN FÍSICA EN LA PREVENCIÓN DE LESIONES.
Por: Alejandro Diaz.
Director de carrera de Ped. En Ed. Física.
Universidad San Sebastián
Nuestra
sociedad nos invita día a día a llevar una vida activa, desarrollando
actividades físicas desde nuestra más tierna infancia, entendiendo que
la actividad física mejora nuestra salud
y por sobre todo nuestra calidad de vida, pero existe un elemento con
el cual debemos ser muy cuidadosos y que guarda relación con el hecho de
que la actividad física que desarrollamos debe ser controlada y muy
controlada por un profesional de la actividad
física, me refiero específicamente a un profesor de Educación Física,
quien es el responsable de velar porque estas actividades sean
beneficiosas y no generen problemas, ni lesiones de carácter físico, las
cuales pueden tener un gran impacto en la calidad
de vida las etapas de adulto o adulto mayor.
La
responsabilidad de Profesor de Educación Física aparte de desarrollar
una didáctica pertinente, que aplique diversas metodologías de
enseñanza, para el adecuado aprendizaje de los distintos
contenidos a tratar, debe estar centrada o debiera estar centrada en el
cuidado de las personas que están bajo su dirección y este cuidado
parte de un elemento simple y básico, pero que no por su simpleza deja
de ser complejo, este elemento es el examen de
aptitud física que debemos exigirle a nuestros estudiantes, el cual
debe ser emitido por un médico y debe indicar que el estudiante está
apto para desarrollar actividad física “moderada”, poniendo énfasis en
que debe ser moderada, ya que es una clase de educación
física y no un entrenamiento deportivo.
Ahora
bien, esta responsabilidad es compartida con los padres, aunque debe
ser exigida por nosotros los profesionales de la educación física, a
quienes sugiero que en forma complementaria creemos
una ficha de historia médica y antropométrica de nuestros estudiantes,
aplicando y registrando evaluaciones al aparato locomotor, analizando
posibles alteraciones funcionales, entre las cuales se pueden mencionar
las asimetrías, deformaciones, deficiencias
estructurales, tonos musculares y por ultimo propongo aplicar un test
básico como el test de Ruffier-Dickson u otro que consideren pertinente
y que permitirá medir la resistencia aeróbica al esfuerzo y la
capacidad de recuperación cardiaca del estudiante
antes de iniciar las clases sistemáticas.
A
partir de estos elementos administrativos el profesor puede estar en
condiciones de desarrollar sus clases con cierta certeza de no provocar
lesiones o problemas físicos a los estudiantes,
sin embargo queda otra etapa que hay que considerar y que tiene que ver
con la exigencia que hacemos a los estudiantes en el desarrollo de la
clase, debiendo ser esta exigencia “moderada”, en consideración a que el
estudiante tiene solo 2 o 4 horas de clases
semanales distribuidas en uno o dos días, lo que involucra en esencia
que la actividad debe ser de baja intensidad, es ahí donde el profesor
aplica sus conocimientos y sobre todo la experiencia para no sobre
exigir a los estudiantes, ya que esta sobre exigencia
puede provocar lesiones o más aún puede generar riesgos para la salud
difíciles de dimensionar, es por ello el llamado a los Docentes del
educación física a tomar conciencia de la responsabilidad que tenemos en
la salud de nuestros estudiantes, somos los responsables
de encantarlos y llevarlos a practicar actividad física
responsablemente, formando y cuidando su cuerpo hoy, para que mañana
sean adultos encantados con la actividad física y que no sufran las
consecuencias de haberse lesionado en una clase de educación física,
lo cual en la juventud es casi un anécdota, pero que en la adultez se
sienten las consecuencias de cada una las lesiones adquiridas en esta
etapa. Imagino de muchos de quienes leen este artículo, aún recuerdan
aquellos esguinces cervicales al efectuar una
voltereta sin una adecuada preparación o aquellos Test de Cooper
agobiantes en los cuales corríamos por una nota que tenía una escala
idéntica para todos los estudiantes del curso, teniendo como
entrenamiento solo 2 horas semanales de clases, o esos esguinces
o luxaciones de dedos cuando nos vimos enfrentados a jugar voleibol
sin tener las clases necesarias para poder ejecutar un adecuado golpe de
dedos.
Pienso
que nuestro desafío como profesionales de la educación física, es
lograr que los estudiantes aprendan y se entretengan a través del
movimiento, tomando todos los resguardos necesarios
para que nuestra actividad no resulte traumática y muy por el contario
resulte un grato recuerdo que incite a practicar más y más actividad
física.
Comentarios