Examen de pelo delata a momias atacameñas: eran secas para el pucho
Examen de pelo delata a momias atacameñas: eran secas para el pucho
En esa época los viciosos no eran perseguidos por la ley
Hermann Niemeyer, director del Laboratorio de Química Ecológica de la Universidad de Chile, dirigió el análisis de pelo a 56 momias del Museo Arqueológico de San Pedro de Atacama y en 35 de ellas descubrió nicotina, componente de la planta del tabaco que aún hoy se usa para hacer cigarrillos. “El pelo es como un reservorio para productos de desecho, si uno quiere, para productos que uno ha consumido”, explica Niemeyer.
Hasta ahora había sólo algunas pistas de esta costumbre: en las tumbas atacameñas los arqueólogos han encontrado pipas, pequeñas bolsas, morteros, tubos y otros elementos que el profesor destaca: las “tabletas de inhalación” o tablas, finamente decoradas y talladas, desde donde se supone que los atacameños aspiraban sustancias alucinógenas machacadas en los morteros. “¿Era un objeto simbólico que estaba en la tumba para demostrar cierto estatus social o el individuo realmente la usaba y consumía?”, se pregunta el doctor en química.
Los resultados de la investigación fueron publicados en el prestigioso “Journal of Archaeological Science”.
La intención original del equipo de Niemeyer era encontrar dimetiltriptaminas, compuestos alucinógenos presentes en las semillas del cebil, un árbol que crece al oriente de la cordillera de los Andes, frente a San Pedro de Atacama. Rastros de estas sustancias fueron hallados a principios de los 90 en una pequeña bolsa de una tumba de la zona.
Los mechones de pelo se cortaron a fines del 2010. “El tijeretazo lo hizo el director del museo de esa época. Yo ni siquiera me atreví a tocarlas”, recuerda Niemeyer. Quisieron respetar a los ancestros de los habitantes de San Pedro de Atacama.
En el Laboratorio de Química Ecológica en Santiago, las muestras fueron analizadas por un cromatógrafo (ver página 4). El problema fue que Niemeyer y su equipo no hallaron rastros de dimetiltriptaminas. “Nos tuvo amargadísimos durante mucho tiempo”, cuenta.
Entonces decidieron repetir los análisis y encontraron nicotina. “Eso abrió otro mundo de interpretaciones”, recuerda.
Si en la precordillera de la Segunda Región no hay plantas de tabaco, ¿de dónde lo sacaban los atacameños? El profesor asegura que lo importaban desde la misma zona de donde crece el cebil.
Cuenta además que en el tiempo cambió la manera de consumir tabaco. Primero lo fumaban en las pipas y luego lo aspiraban en las “tabletas de inhalación”. No importaba si estaban cerca de colegios o en los estadios.
Las muestras de pelo pertenecen a hombres y a mujeres, así que el consumo era igual en ambos sexos. Además, la nicotina estaba presente en personas que pertenecían a distintos estratos de la sociedad.
“Pensaría que era más bien consumo ritual, más que por placer, aunque uno nunca sabe”, explica Niemeyer.
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