Fracasan las negociaciones de Doha en Ginebra

Nueve días de negociaciones llegaron a un punto muerto tras diferencias insalvables entre India y Estados Unidos en torno a la protección a campesinos de países pobres de importaciones agrícolas baratas.
“El encuentro ha fracasado”, dijo el director general de la Organización Mundial de Comercio (OMC) Pascal Lamy. Faltaron cuestiones importantes para alcanzar un consenso según el diplomático. Una de las cuestiones más conflictivas fue la demanda de mecanismos de protección para productos agrícolas que debían resguardar a países pobres de la invasión de importaciones baratas provenientes de países industrializados. India y China insistían en que debía permitirse a países con un alto índice de población campesina pobre imponer una protección arancelaria a su producción, por ejemplo de arroz, en caso de un aumento de las importaciones agrícolas baratas. Estados Unidos rechazó tajantemente la propuesta criticándola de proteccionista.

El comisario para el Comercio de la Unión Europea, Peter Mendelson acusó a los participantes de “fracaso colectivo”, porque dejaron que un punto conflictivo hiciera fracasar toda la negociación y advirtió que serían los países más vulnerables los que sufrirían las consecuencias. El gobierno alemán lamentó también los resultados de las negociaciones pero pidió que se abra una “ventana”, para continuarlas. El portavoz de gobierno, Ulrich Wilhelm dijo al diario Financial Times Deutschland, que hubo avances sustanciales en muchas áreas.


Acusaciones cruzadas

Diplomáticos integrantes de 35 delegaciones de países industrializados y en desarrollo llevaban nueve días intentando llegar a un compromiso en la Ronda de Doha que se reunió en Ginebra por cuarta ocasión con el objetivo de alcanzar una mayor participación de ambos bloques en el comercio mundial. El ministro indio de Comercio Kamal Nath dijo que su país estaba profundamente desilusionado por el resultado, pero se mostró convencido en que las negociaciones debían proseguir.

Los países se hacían acusaciones cruzadas. Las economías en desarrollo recriminaban a las naciones ricas cerrar sus mercados y subsidiar su agricultura, mientras que los países industrializados demandaban una mayor apertura de los mercados para sus productos sin comprometerse a reducir sus subsidios agrícolas.

El viernes pasado los líderes de los siete grupos de países entre los que se repartió la negociación, Unión Europea, Estados Unidos, India, China, Australia, Brasil y Japón, presentaron una fórmula con la cual querían salvar las negociaciones. Sin embargo ésta no ofrecía una solución a controvertidas cuestiones como las subvenciones de Estados Unidos al cultivo del algodón, el régimen bananero sobre el que tampoco había acuerdo y una protección arancelaria en caso de peligrar la seguridad alimentaria.


Seguridad alimentaria

India objetó que tal fórmula no contemplaba mecanismos de protección frente a las importaciones agrícolas en los países más pobres mientras que China, el país con el mayor número de habitantes del planeta, manifestó su preocupación por la seguridad alimentaria que podría verse amenazada por un libre comercio sin control de precios. China e India afirmaron tener el respaldo de un centenar de países en desarrollo.

La represnentante de Comercio estadounidense, Susan Schwab confirmó que unos 40 ministros finalmente mostraron su desacuerdo con el paquete de compromiso. Schwab aseguró sin embargo que la propuesta seguiría sobre la mesa, pero acusó a India y China de socavar la fórmula de compromiso alcanzada tras arduas negociaciones después de que Estados Unidos hiciera grandes concesiones. También algunos países de la UE se mostraron disconformes con el acuerdo delineado por los siete grupos de países. Italia y Francia señalaron que no consideraban suficiente lo logrado en las negociaciones. Francia, que ejerce la presidencia en turno de la UE, intentó armar un frente europeo contra el compromiso, integrado por Italia, Polonia, Hungría y Lituania, pero según agencias, fracasó.


En todo caso los países industrializados tampoco las tenían todas consigo. La industria metalúrgica y automotriz europea manifestó en un comunicado su preocupación por las ventajas que los países de la UE ofrecían a los mercados emergentes, que minarían la competitividad propia. Representantes de estos sectores afirmaron que el borrador del acuerdo sobre el mercado de productos industriales podría abrir el mercado europeo a productores provenientes de países fuera de la Unión Europea, sin ofrecer ninguna mejora significativa a cambio en el acceso a sus mercados.


Eva Usi/ agencias
fuente:Deutsche Welle

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