Colonización alemana: Los 104 colonos que llegaron en el “Susanna” en 1852 . El 10 de noviembre arriban a Corral y luego se reembarcan a Melipulli.

En sus “Memorias”, Carlos Dittrich relata aspectos de la travesía en el viaje del “Susanna” a principios de 1852 que trajo a los primeros inmigrantes a la Colonia de Llanquihue . La recalada fue en Corral después de varios meses de navegación para continuar ocho días más tarde a la bahía de Ancud donde los pasajeros reembarcaron en lanchas llegando a Melipulli el 28 de noviembre de ese mismo año.



Nómina de Pasajeros


Textualmente señala “ Fuera del zapatero Horn con mujer…….. todavía me acuerdo de la ubicación de todos los pasajeros en sus respectivas literas. Como sigue.


Litera 1: Se acomodaron un hermano de Antonio Fricke, Sallert, soltero, el comerciante Stockhausen, soltero; Augusto Thomas, molinero; Bischoff, soltero; Romkha, soltero, tejedor; y Melhose


Litera 2: Se ubicaron los hermanos Godofredo Junge, mujer y 4 niños y Augusto Junge con su esposa que falleciera en el viaje como también Carlos Dittrich, padre y su hijo, autor de esta memoria .

Litera 3: Se alojaron Gustavo Liewald, con esposa e hijo; el mueblista Lepchon, soltero; Teófilo Müller de Zittav, con esposa y dos hijas.


Litera 4: La habitaban Teófilo Werner con esposa y una hija; además de su hermano soltero Gottlob; Spiess , soltero, tejedor de seda , y Bruckner de Linde


Litera 5: Fue ocupada por un hijo de Lincke y por el mueblista Ritterlich con esposa y tres hijos. Con el mueblista Osterbold, el que se embarcó en Corral; los dos quedaron en Ancud e hicieron los trabajos de terminación de la Catedral de Ancud.


Litera 6: Fue ocupada por el matrimonio Lincke y un hijo y una hijastra; como Ernesto Hoppner de Lindenhah con esposa e hijo.




Litera 7: Vivía allí Funfach con esposa y dos hijos; la señora Biebrach con tres hijos y una hija que se casó con Matzner de Osorno, la que en primeras nupcias se había casado con Otto y el soltero de Herrnhut Degelow, zapartero y poeta.


Litera 8: La ocupaban la señora Bihain con 3 o 4 hijos, cuyo marido ya había venido a Chile con anterioridad y una señorita de edad .



Litera 9: La habitaban Wustner y esposa, y el jardinero Rebner de Dresden con esposa y un hijo y 2 hijas.

Litera 10: La ocupaban Fasshold de Zittav con esposa y una señorita Agnes Quint, la que en el barco se puso de novia con el marinero Johannes, el que dejó el barco en Corral


Litera 11. La ocupaban la familia Held, con esposa, dos hijos y un hijo.


Litera 12. Ocupada por Goldberg con esposa y 4 hijos; como Wahle con esposa y tres hijos. La esposa falleció en el viaje y en Melipulli murió el menor. Los dos hijos sobrevivientes fueron adoptados por famitas chilenas después que el padre se había perdido en el bosque  en las cercanías de Totoral.


Por motivos del gran número de pasajeros y como Lincke llevaba un organillo no faltaban motivos de distracción, y Degelow, aficionado poeta,, daba lo suyo para entretener a los pasajeros, lo que en la forzada ociosidad del largo viaje era un entretenimiento muy bien visto”


Luego hace recuerdos de las penurias vividas en el mar: “Hasta el Ecuador nos fue deparando un buen viaje, así que el 1 de agosto se celebró con los ritos usuales la travesía del Ecuador. Otras dos semanas se avanzaba con viento favorable por el gran mar, cuando el 2 de septiembre nos sorprendió abruptamente una terrible tormenta. Nadie podía salir a cubierta, la braveza del mar, agitado por vientos huracanados hizo que en el barco entrara agua en la cubierta de los pasajeros, lo que provocó indescriptible pánico y desorden. Todo el mes de septiembre se repetían estos temporales y también en octubre no cesaban.

Llegamos a las cercanías del Cabo de Hornos y por motivo de vientos contrarios retrocedimos dos veces de modo que a fines de octubre nos encontramos en el grado 57.

El barco estaba cubierto de hielo y los utensilios y las jarcias y amarras había que rasparlas en los casos para su uso.

El 31 de octubre nos sorprendió un terrible huracán no comparable con los anteriores en braveza. Tres días y tres noches no pudo salir nadie a cubierta y nuestro mantenimiento consistía en este tiempo sólo de galletas y agua. El indescriptible furor de la tormenta arrasó con todo. Las casetas de las gallinas y cerdos, como otras instalaciones, fueron barridas con la furia de las enormes olas. Un mástil secundario se quebró y como estaba firmemente amarrado con una cadena, éste se azotaba contra la borda del barco con gran peligro. Un marinero llamado Johannes se atrevió a bajar amarrado con el propósito de subir a bordo este mástil, el que sin enorme fuerza amenazaba averiar el casco del barco. No fue fácil este intento y fue una proeza entre la vida y la muerte.


Llega a destino



Prosigue su relato expresando: “Al fin el 4 de noviembre se calmó el viento y siguieron días tranquilos , vientos favorables con sol. Pero el estado del barco era desastroso; un asalto de piratas no puede haber causado más daño que estos terribles temporales.


Por suerte el barco llevaba como reserva algunos mástiles de diferentes tamaños. Las reparaciones fueron hechas de inmediato, y como entre los pasajeros había varios carpinteros, no demoró mucho efectuar estos arreglos que duraron dos o tres días. Enseguida el viaje siguió sin interrupción hacia Chile y llegamos a Corral el 10 de noviembre.

A pesar de la alegría de haber llegado después de tan largo viaje a nuestro destino, el asombro no fue poco al panorama que se nos ofrecía. Todo parecía una región salvaje y silvestre. El barco ancló en las afueras y nada se pudo ver de Corral.


A la colonia de Llanquihue



Al día siguiente llegó el Intendente Vicente Pérez Rosales con un intérprete y nos propuso el traslado a la colonia de Llanquihue, lo que fue aceptado por casi todos, ya que el ofrecimiento era tentador para poseer en corto tiempo una hijuela propia de tierra. Si hubieran sabido la situación de este ofrecimiento y cómo era el aspecto de esa región, todos lo habrían pensado mucho .

En lo que respecta a las condiciones sanitarias del barco “Susanna” hay que reconocerlas ya que en el viaje sólo fallecieron dos mujeres y un niño menor a pesar de las vicisitudes del viajo tan largo de 134 días. Por otro lado el mantenimiento y la comida no fueron del todo alabar, y el capitán que hacía repartir raciones insuficientes, casi dio motivo para un amotinamiento .


Quiero mencionar todavía que el barco “Alfred” que salió de Hamburgo el mismo día, llegó el 5 de octubre , gracias a haber tenido vientos más favorables. Se nos creía perdidos y fue grande la alegría y asombro cuando llegamos a Corral. En Corral también llegó a bordo el señor Hornickel y manifestó a las personas contratadas por la firma Habler para su empresa industrial, y supieron con estupor la noticia de fracaso de la empresa Habler, que debía ser una empresa de Lino.



Fuente: Diario El Llanquihue de Puerto Montt, Suplemento Especial, sábado 28 de noviembre de 1987.

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