Los vinos de Balears tienen mucha personalidad´
El autor de la colección ´333 Vinos de Balears´ revela las claves de los productos de las bodegas isleñas, una manifestación cultural milenaria
M. C. PALMA. Lleva dieciséis años tomándose en serio los vinos baleares, un mundo levantado gracias a "la labor de una gente con más vocación de mantener una cultura que ganas de ganar dinero". 333 Vinos de Balears, su tercer libro, llega de la mano de DIARIO de MALLORCA, con el que trabaja desde los albores de los 70.
-¿Cómo surgió la idea de la colección?
-La dirección de este periódico ha apostado siempre por el mundo de los vinos, y el primer paso se dio hace cosa de un año, cuando se pensó que tenía que salir una especie de segunda parte de la Guía de Bodegas y Vinos de Balears, dedicada a los productos de estas bodegas y en la que además hemos aprovechado para introducir nuevas bodegas. También quiere ser una ampliación de la ventana de los domingos en el espacio de gastronomía de La Almudaina. No ha sido una tarea fácil porque tenemos muy buenos bodegueros pero a algunos aún les falta algo para ser empresarios. En la península, por ejemplo, todos tienen una página web al día con sus vinos. Eso abriría puertas fuera de la isla, aunque la asignatura pendiente es Mallorca y sus hoteles.
-¿En Balears hay buenos vinos?
-Cada vino es un mundo, e incluso hay diferencias entre botellas, aunque hay una evolución más o menos común. Son un producto válido e interesante, y como han reconocido muchas revistas especializadas son vinos muy mediterráneos y con mucha personalidad. El espíritu de este libro es precisamente presentar unos vinos con unos antepasados no tan bebibles pero que, gracias a bodegueros, viticultores y enólogos, se presentan ahora sin defectos. Los vinos son seres vivos, con un crecimiento, un punto de apogeo, una decadencia y una muerte, pero que gracias a la fuerte inversión cada vez aguantan más. Son vinos de alta calidad, y yo he abierto muy pocos que me hayan salido rana.
-¿Los mallorquines conocen bien los caldos de las islas?
-Tienen referencias, saben que existen y cuando los prueban, les gustan. Los bebedores de vino tinto, por ejemplo, desprecian los rosados porque no los conocen, pero los hay sensacionales. Son vinos de verano, pero muy versátiles, hechos con mucho cuidado y muchos medios. Los blancos tienen mucha aceptación entre las mujeres y hay algunos en madera extraordinarios, también de verano pero no sólo para comer con marisco, sino también con carnes rosadas, por ejemplo, siempre a la temperatura adecuada.
-¿Qué descubrirán los lectores?
-Un mundo lleno de sugerencias, de fantasía y de rincones de la tierra. El vino es cultura, porque aparece en todas las facetas de la vida desde hace más de 5.000 años. En el arte, en la gastronomía, en el diseño. Por todo hay vino, una copa, una botella o un mueble especial.
fuente: http://www.diariodemallorca.es
M. C. PALMA. Lleva dieciséis años tomándose en serio los vinos baleares, un mundo levantado gracias a "la labor de una gente con más vocación de mantener una cultura que ganas de ganar dinero". 333 Vinos de Balears, su tercer libro, llega de la mano de DIARIO de MALLORCA, con el que trabaja desde los albores de los 70.
-¿Cómo surgió la idea de la colección?
-La dirección de este periódico ha apostado siempre por el mundo de los vinos, y el primer paso se dio hace cosa de un año, cuando se pensó que tenía que salir una especie de segunda parte de la Guía de Bodegas y Vinos de Balears, dedicada a los productos de estas bodegas y en la que además hemos aprovechado para introducir nuevas bodegas. También quiere ser una ampliación de la ventana de los domingos en el espacio de gastronomía de La Almudaina. No ha sido una tarea fácil porque tenemos muy buenos bodegueros pero a algunos aún les falta algo para ser empresarios. En la península, por ejemplo, todos tienen una página web al día con sus vinos. Eso abriría puertas fuera de la isla, aunque la asignatura pendiente es Mallorca y sus hoteles.
-¿En Balears hay buenos vinos?
-Cada vino es un mundo, e incluso hay diferencias entre botellas, aunque hay una evolución más o menos común. Son un producto válido e interesante, y como han reconocido muchas revistas especializadas son vinos muy mediterráneos y con mucha personalidad. El espíritu de este libro es precisamente presentar unos vinos con unos antepasados no tan bebibles pero que, gracias a bodegueros, viticultores y enólogos, se presentan ahora sin defectos. Los vinos son seres vivos, con un crecimiento, un punto de apogeo, una decadencia y una muerte, pero que gracias a la fuerte inversión cada vez aguantan más. Son vinos de alta calidad, y yo he abierto muy pocos que me hayan salido rana.
-¿Los mallorquines conocen bien los caldos de las islas?
-Tienen referencias, saben que existen y cuando los prueban, les gustan. Los bebedores de vino tinto, por ejemplo, desprecian los rosados porque no los conocen, pero los hay sensacionales. Son vinos de verano, pero muy versátiles, hechos con mucho cuidado y muchos medios. Los blancos tienen mucha aceptación entre las mujeres y hay algunos en madera extraordinarios, también de verano pero no sólo para comer con marisco, sino también con carnes rosadas, por ejemplo, siempre a la temperatura adecuada.
-¿Qué descubrirán los lectores?
-Un mundo lleno de sugerencias, de fantasía y de rincones de la tierra. El vino es cultura, porque aparece en todas las facetas de la vida desde hace más de 5.000 años. En el arte, en la gastronomía, en el diseño. Por todo hay vino, una copa, una botella o un mueble especial.
fuente: http://www.diariodemallorca.es
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