Argentina: Porqué la economía se va complicar mucho más (desde marzo), arrastrando a la política,según diario Urgente 24

Que los Kirchner tienen un diagnóstico errado en la crisis, Urgente24 lo denuncia desde hace meses. El autor lo ratifica. Alguien podrá afirmar que los días del autor cuando fue secretario de Hacienda no resultaron precisamente exitosos. Pero también podría recordarse que la experiencia acumulada antes y después de su paso por Hacienda le permiten tener una visión amplia de los acontecimientos. Urgente24 cree esto último y por eso presenta aqui el informe más reciente de Econométrica.


POR MARIO BRODERSOHN 22/02/2009 00:08
Los Kirchner,




CIUDAD DE BUENOS AIRES (Econométrica). El plan anticrisis parte de un diagnóstico equivocado de la realidad económica.

Hay distintas lecturas sobre el estilo de gobierno de los Kirchner.

Para algunos tienen un comportamiento soberbio, con matices de infalibilidad, que cinco años económicos muy exitosos han creado o sencillamente magnificado.

Para otros, tienen un estilo de gobierno confrontativo, respaldado en el impacto favorable que en la autoridad presidencial tuvo la confrontación inicial con los militares, las privatizadas y el FMI.

Para algunos otros, los Kirchner llegaron a la conclusión que sólo se puede gobernar si se tiene un poder político hegemónico, muy probablemente impulsado por la experiencia de gobierno en la Provincia de Santa Cruz.

Posiblemente, los Kirchner sean una combinación de todos estos estilos.

Por supuesto, ello no impide que cometan errores de decisión política.

La lista sería larga de enumerar pero ninguno de esos errores impidió un contundente triunfo electoral en la primera vuelta de las elecciones presidenciales del 2007.

El 1er. error post-electoral, que esta vez no es gratuito porque tendrá consecuencias electorales en el 2009, fue la confrontación con el campo.

El 2do. error de los Kirchner, por ahora potencial pero en pleno desarrollo, es un equivocado diagnóstico sobre la realidad económica y sobre las repercusiones de la crisis financiera internacional.

• El primer error de diagnóstico es subestimar la intensidad de la recesión.

• El segundo error es suponer que con más préstamos financieros se sale de la recesión.

• El tercer error es un diagnóstico equivocado de los factores determinantes de la falta de credibilidad en el gobierno.

• El cuarto error es suponer que sin credibilidad la política fiscal puede ser expansiva.

El objetivo de este trabajo es analizar con más detenimiento los errores de diagnóstico que esta cometiendo el gobierno y su impacto sobre las elecciones en el 2009.

1er. error de diagnóstico: subestimar la intensidad de la contracción económica.

En los meses iniciales del nuevo gobierno de Cristina Kirchner la economía crecía al 8,3% anual, el desempleo había caído al 7,5%, se había frenado la salida de capitales y las reservas internacionales aumentaron en US$4.300 millones, el superávit primario era del 2,5% del PBI, y el índice de popularidad de la Presidenta llegó al 56%.

Poco menos de 1 año después, para ser más precisos en los dos últimos meses del 2008, se produjo un alarmante síncope cardíaco económico. El colapso fue de tal magnitud que se acercó en intensidad a los críticos meses iniciales de la crisis del 2002:

• La popularidad de la Presidenta cayó al 28%.

• La producción automotriz que crecía a una tasa del 20% interanual hasta octubre, en los últimos 3 meses se desplomó en un 55%.

• Por su parte, la industria de la construcción pasó de un crecimiento del 14% interanual, a una contracción del 1% en diciembre último.

• La producción de hierro cayó un 45%, la de acero un 51% y la de cemento un 10%.

• Las importaciones de diciembre fueron un 30% inferiores a las del mes de octubre.

• Estas tendencias contractivas también han repercutido en el comportamiento del empleo. En el tercer trimestre del 2008 el PBI creció al 6,5% anual y el empleo, por primera vez en estos últimos años, dejo de aumentar.

• Los índices de pobreza que desde el 2002 muestran una persistentemente disminución, en el último trimestre del 2008 vuelven a aumentar a los niveles que tenía dos años atrás. El mismo deterioro se observa en los índices de
indigencia.

• La recaudación de IVA DGI aumentó sólo 9,9% interanual en el mes de enero último, lo que supone una contracción real por primera vez desde el 2002.

Si bien el gobierno reconoce que la crisis internacional esta golpeando a la Argentina, los Kirchner insisten en presentar una realidad económica más benigna que la que muestran los indicadores estadísticos. Esta visión optimista los lleva a tomar medidas de política económica sobre la base de un diagnostico equivocado.

2do. error de diagnóstico: suponer que en un contexto recesivo los préstamos financieros reactivan la economía.

Los Kirchner no han entendido claramente el mensaje keynesiano de política económica.

Keynes advertía que, en un contexto muy depresivo, la trampa de liquidez le hace perder eficacia a la política monetaria.

Japón fue un ejemplo elocuente de la trampa de liquidez en la década del '90 cuando, a pesar de llevar la tasa de interés a 0%, no pudo salir en toda esa década de la recesión.

Hoy en día, Obama también redujo la tasa de interés a niveles cercanos a 0% y decidió complementarlo con un programa fiscal en torno a los US$800.000 millones.

Por ello, Keynes recomendaba una política activa de gasto público que llegaba al extremo simbólico de proponer que el gobierno contrate obreros para hacer agujeros y luego otros obreros para taparlos.

Finalmente, sugería ser expeditivo en el corto plazo porque en el largo plazo estamos todos muertos.

A pesar de las advertencias de Keynes el plan anticrisis del gobierno pone un énfasis central en los préstamos bancarios.

Hay anuncios casi diarios sobre nuevos préstamos para comprar automóviles, maquinaria agrícola, heladeras y préstamos subsidiados a pequeñas empresas.

La confusión es tan grande que recientemente se ha llegado al extremo de que la Presidenta anuncie en conferencia de prensa préstamos para electrodomésticos circunscriptos a cocinas de 4 hornallas con horno visor, calefones para tratar 12 litros de agua, termo tanques de 35 a 85 litros y
lavarropas con carga superior y frontal.

3er- error de diagnóstico: equivocada percepción de las causas de la falta de credibilidad.

La crisis financiera en Estados Unidos y en Europa debilitó el acceso al financiamiento internacional de los países emergentes y provocó una salida de capitales hacia los grandes centros financieros.

La Argentina no fue una excepción.

En el 2008 tuvo una salida de capitales de US$20.000 millones. Brasil, Méjico, Chile y Uruguay también tuvieron fuga de capitales.

La gran diferencia entre la Argentina y los otros países es que no tiene ningún acceso al financiamiento internacional.

Hasta Venezuela ha dejado de ser una alternativa por su muy elevado costo de financiamiento.

Por lo tanto, no le queda otra alternativa a la Argentina que financiar la fuga de capitales y los vencimientos de la deuda en dólares con sus reservas internacionales en el Banco Central. Esto no es lo que ocurre en los otros países latinoamericanos.

Brasil no sólo tuvo una salida de capitales superior al de la Argentina sino también un déficit en el 2008 en la cuenta corriente de su Balance de Pagos de US$28.500 millones. Brasil pudo contrarrestar estos desequilibrios con préstamos por US$30.000 millones del Fondo de la Reserva Federal del gobierno americano y con una línea de préstamos rápidos del FMI.

Ello le permitió mantener constante sus reservas internacionales en torno a los US$200.000 millones.

Lo mismo podemos decir de México.

En cambio, la Argentina ha sido explícitamente excluida de esta facilidad financiera por el Director del FMI.

Chile es un caso interesante por su racionalidad previsora.

Chile y Argentina fueron seriamente afectados por la crisis internacional. Chile tuvo salida de capitales y una caída del precio del cobre que redujo su superávit comercial externo de US$24.000 millones en el 2007 a un nivel nulo estimado para el 2009.

Sin embargo, la gran diferencia entre la Argentina y Chile, es que este último país, por un lado, tiene acceso al mercado financiero internacional y, por el otro lado, aprovechó la época de bonanza económica inducida por un aumento del 60% en el precio internacional del cobre para constituir una reserva fiscal en el exterior.

Ahora, que el precio del cobre volvió a sus viejos niveles, Chile recurre a esas reservas para financiarse.

El problema para la Argentina no es la salida de capitales sino su falta de credibilidad en los mercados financieros internacionales.

Esta falta de credibilidad provoca el cierre de los mercados financieros internacionales y conduce a que la salida de capitales se financie con las reservas del Banco Central.

La Argentina es vista como un país no confiable ni creíble por su estilo confrontativo, que lo lleva a aislarse del contexto internacional.

Simplemente basta pasar revista al siguiente listado de temas sin resolver para tener una idea clara de porque la Argentina no es confiable.

En efecto, hace siete años que la Argentina

> mantiene, a pesar de lo prometido, su 'default' con el Club de París,

> no presenta ninguna propuesta para los 'hold-outs' que quedaron fuera del canje de la deuda por US$20.000 millones,

> se resiste no sólo a negociar con el FMI sino que no admite una misión para cumplir la formalidad del artículo IV de esa institución,

> manipula el Índice de Precios al Consumidor para realizar quitas adicionales en la deuda de los títulos públicos que se indexan con dicho índice de precios,

> expropia los ahorros acumulados y capitalizados en las
AFJP,

>se resiste en avanzar en las negociaciones con los juicios en el CIADI del Banco Mundial, etc.

La enumeración realizada hasta aquí es una visión muy economicista de los factores determinantes de la pérdida de credibilidad del gobierno.

La credibilidad, también, ha sido deteriorada por la utilización del engaño y la demagogia como instrumento de política. Ejemplos de ello son el INdEC, las recientes cifras de crecimiento de la economía y del empleo en el último trimestre del 2008, la negación de la crisis energética, la concentración del poder de decisión y el manejo discrecional de los gastos públicos.

El gobierno equivocadamente supone que acumulando más pesos estará en condiciones de cancelar todos los vencimientos de deuda en el 2009 y de esta forma recuperar la pérdida de credibilidad.

El gran problema en el 2009 es la falta de dólares para pagar los servicios de intereses y capital de la deuda en dólares.

En efecto, la falta de credibilidad le cierra el acceso a los mercados financieros internacionales y la crisis internacional lleva a la desaparición del superávit comercial externo.

Por lo tanto, la única opción que le queda abierta al gobierno es recurrir a los dólares que tiene el Banco Central.

Cuarto error de diagnóstico: suponer que sin credibilidad se puede llevar adelante una política fiscal expansiva. Hay un conjunto de factores que se han unido en el 2009 para debilitar apreciablemente la recaudación impositiva:

• Caída en los precios internacionales de nuestros productos de exportación,

• Caída en el volumen exportado por la sequía,

• Contracción en la actividad económica

Las proyecciones de Econometrica para el 2009 nos muestran que la crisis internacional y la recesión de la economía darán lugar a una pérdida de recaudación impositiva levemente superior al 2% del PBI.

Frente a esta realidad el gobierno tomó medidas para contrarrestar la esperada caída en la recaudación impositiva en el 2009.

Así se decidieron aumentos importantes en las tarifas de electricidad, gas, transporte y peajes con el objetivo de reducir los gastos en subsidios.

En el 2009 estos aumentos de precios más la caída del precio internacional del petróleo permitirán un ahorro de gastos en subsidios del 1% del PBI.

Otra medida para mejorar la situación fiscal fue la estatización de las jubilaciones, que le permiten aumentar la recaudación en 1,3 % del PBI.

En consecuencia, el objetivo fiscal del gobierno fue neutralizar o compensar la pérdida en recaudación impositiva de 2 puntos del PBI que provocan la crisis
internacional y la recesión con otras medidas como la estatización de las jubilaciones y los aumentos de tarifas de la electricidad, gas, transporte, etc.

De esta forma, el superávit fiscal proyectado para el 2009 es del 3% del PBI, que es el mismo que el del 2008.



La realidad que acabamos de resumir lleva a que la política fiscal se acerque más al enfoque tradicional y ortodoxo del FMI que a un modelo fiscal expansivo keynesiano, tal como lo esta proponiendo Obama en los Estados Unidos y la mayoría de los países.

La Argentina marcha a contramano de la realidad internacional.

Ello se aprecia con más claridad si analizamos las medidas fiscales anunciadas recientemente por el gobierno:

• Plan de inversiones publicas.

En el 2008 la inversión real y financiera del gobierno nacional fue de $22.500 millones. El gobierno anunció que pensaba aumentar ese nivel de gasto a $57.000 millones en el 2009.

Transcurridos dos meses, estos anuncios siguen siendo declarativos. Entran a jugar aquí las deficiencias operativas en la gestión de gobierno.

En efecto, el proceso de toma de decisiones es centralizado y cerrado dentro de un estrecho número de dirigentes políticos.

Más delicado aún es que una vez tomada la decisión, su ejecución esta verticalizada y fragmentada en manos de un grupo también reducido de funcionarios alineados con los objetivos políticos del gobierno que tienen una casi nula comunicación entre si.

• Aumentos jubilatorios.

La política actual hacia los jubilados contrasta con la explosiva moratoria previsional implementada en el 2007.

En efecto, pocos meses antes de las elecciones del 2007 aumentó en 1.800.000 el número de jubilados.

En cambio, en el 2008 los salarios promedios aumentaron un 22% y las jubilaciones un 16% a pesar de un fallo de la Corte Suprema de la Nación que exige que ambos aumenten en la misma proporción.

El gobierno decidió un aumento de una sola vez de $200.

Esta austeridad fiscal se extiende también a la política social para los sectores sociales excluidos que forman parte del plan familias y del plan para jefes y jefas de familia.

• Impuestos a las exportaciones.

El gobierno se resiste a reactivar al sector agropecuario disminuyendo los impuestos a las exportaciones en un contexto de contracción en el comercio mundial y de resurgimiento de medidas proteccionistas.

Tampoco pondera adecuadamente la sequía, la caída de los
precios internacionales y al atraso cambiario.

• Rebajas impositivas.

Hay medidas de reducción de impuestos que intentan ser reactivadoras como la eliminación de la tablita de Machinea o la suspensión del impuesto a las ganancias para las zonas afectadas por la sequía.

El impacto cuantitativo de esas reducciones impositivas es muy limitado.

Este listado de medidas fiscales pone de manifiesto que se trata de una estrategia fiscal que combina, por un lado, ancios voluntaristas de planes de inversión y, por el otro lado, aumentos de tarifas en los servicios públicos que tienen un impacto recesivo.

En realidad, el gobierno no tiene otra alternativa que plantear una política fiscal ortodoxa porque la falta de redibilidad le quita toda posibilidad de llevar adelante, aun en un contexto recesivo, una política expansiva del
gasto publico.

En efecto, la falta de credibilidad no sólo cierra el acceso a los mercados financieros internacionales sino que, demás, dificulta y encarece el costo del financiamiento en pesos para el gobierno argentino.

En síntesis, la falta de credibilidad hace muy riesgoso una política fiscal expansiva porque puede terminar favoreciendo la salida de capitales.

La contracción económica, el conflicto con el campo y la diáspora en el oficialismo acentuarán el nerviosismo electoral del gobierno.

El 2009 no es para el Gobierno un año más sino un año electoral en el que estará en juego la gobernabilidad de los próximos dos años.

La campaña electoral en el 2009 va a estar dominada or un contexto de deterioro económico que debilitará la credibilidad electoral de los candidatos oficialistas.

En efecto, la combinación de recesión, menor empleo y mayor conflictividad social derivada de las pujas distributivas crecentarán las tensiones internas y el nerviosismo dentro del Gobierno por los resultados electorales en el 2009.

En círculos kirchneristas se esta expandiendo la creencia que los Kirchner no aseguran el triunfo en las elecciones del 2009 y que ello marcaría el final del ciclo kirchnerista.



Esta tesis tiene amplias repercusiones en el oficialismo y es por ello que el gobierno mira con preocupación las siguientes tendencias negativas y trata por ahora de contrarrestarlas con un discurso optimista, que cada vez es menos creíble:

1. La realidad económica es mucho menos favorable en el 2009 que en el 2007.

El contexto electoral en el 2007 tuvo como telón de fondo una economía que crecía al 9% anual, aumentos en el empleo, aumentos importantes en los salarios reales, disminución de los índices de pobreza e indigencia, superávit fiscal y externos muy superiores al de los cuarenta años previos, un canje exitoso de la deuda, aumentos en las reservas internacionales por US$30.000 millones al mismo tiempo que se reducía la deuda con los organismos financieros nternacionales, entre ellos el FMI por casi US$15.000 millones.

El gobierno frente a una economía que ya venía operando con un alto ritmo de crecimiento decidió recalentarlo aun ás con una política expansiva procíclica del gasto publico.

A esos efectos, aprobó una reforma en el sistema jubilatorio que aumentó el número de jubilados en 1.800.000, esto es, en un 58%. Esta medida se comenzó instrumentar dos meses antes de las elecciones e implicó que los gastos en seguridad social pasasen de representar l 4,7% del PBI al 6,3%.

En el 2007 la inflación real fue del 17% anual y las tarifas de los servicios públicos privatizados casi no umentaron. La contrapartida de esta discrepancia fue un aumento en los subsidios y del gasto público del 60%.

En el 2008 los subsidios sumaron $25.000 millones (2,4% del BI).

Esta política fiscal expansiva por el lado de los subsidios y de las jubilaciones contribuyó a acelerar aun más el ritmo de crecimiento de la economía en los meses previos a las elecciones del 2007: el PBI paso de crecer al 8% anual en el primer trimestre al 9,1% anual en el cuarto trimestre.

Por supuesto, esta política fiscal expansiva no fue gratuita. Se pago un precio en términos de aceleración nflacionaria. Para contrarrestarla el gobierno comenzó a manipular el Indice de Costo de Vida y a destruir la
credibilidad del INDEC.

De todas formas, el exitoso comportamiento económico premió al gobierno en las elecciones del 2007 con un contundente triunfo electoral en la primera vuelta y con el 46% de los otos en la Provincia de Buenos Aires.

En cambio, el contexto económico es mucho menos favorable en el 2009 que el del 2007.

En el primer trimestre del 2008 el PBI creció a un ritmo anual del 8,3% y se espera, en el mejor de los casos, un crecimiento nulo en el 2009.

El empleo dejó de crecer ya en el tercer trimestre del 2008.

El superávit comercial externo que en el 2008 fue US$13.200 millones, se reduciría en el 2009 a US$4.200 millones. No hay entrada sino salida de capitales. Las reservas internacionales van a caer con una visión optimista por lo menos en US$10.000 millones y aumentarán los índices de pobreza y de indigencia.

2. Las pujas distributivas serán más intensas en el 2009 que en el 2007.

El escenario político-electoral en el 2009 que ya viene complicándose por los factores señalados más arriba, se enmarañará aun más por un contexto acumulativo de fuertes pujas distributivas:

• La primera de ellas será la tradicional entre precios y salarios, acrecentada esta vez por los fuertes aumentos en los precios de la electricidad, transporte, peajes, aranceles educativos y en los seguros privados de salud.

• La segunda será entre el tipo de cambio y las retenciones a las exportaciones, acrecentadas esta vez por la fuerte sequía y la caída en los precios internacionales.

• La tercera puja distributiva será entre Nación y Provincias por los recursos fiscales, acrecentadas esta vez por las presiones salariales que inciden fuertemente en los presupuestos provinciales, por el deterioro de los recursos propios de las provincias.

3. En el 2009 la diáspora disidente en el oficialismo justicialista es la contratara de la diáspora radical en el 2007.

En los últimos meses se observan cambios en el comportamiento político dentro del oficialismo y de la oposición.

En las elecciones del 2007 la UCR fue afectada por una diáspora política hacia López Murphy, Elisa Carrio y el cobismo, que condujeron a la fragmentación del voto opositor.

Ello le permitió al gobierno enfatizar la contundencia del partido oficialista señalando que la distancia entre el Partido Justicialista y el primer partido opositor fue de más de 22 puntos.

Para el 2009 se están revirtiendo las tendencias políticas observadas en el 2007.

En efecto, todos los que integraron la diáspora desde la UCR están cerrando las conversaciones sobre la posibilidad de un frente común.

Por el contrario, ahora es el oficialismo justicialista el que enfrenta esa diáspora hacia corrientes disidentes ya existentes como Duhalde, Rodríguez Saa; Romero, de Salta, como hacia nuevos disidentes como Sola, De la Sota, Sabatella, Ibarra, Bonasso o cuasi disidentes como Reuteman.

La gran batalla será en la Provincia de Buenos Aires. Es precisamente en esta provincia donde es más acentuado el contraste entre la confluencia electoral de la ex diáspora radical con la diáspora actual del justicialismo de derecha y de izquierda.

4. En el 2007 las listas colectoras le sumaron votos al gobierno y en el 2009 el temor a perder le resta votos.

En las elecciones en la Provincia de Buenos Aires del 2007 las listas colectoras jugaron un papel importante para sumarle votos al oficialismo; todos los intendentes querían jugar al caballo ganador.

En cambio, en el 2009 si bien no hay listas electoras por ser una elección para congresales, la decadencia del oficialismo termina por restararle votos al gobierno.

En efecto, la necesidad de mantener la mayoría en los Consejos Deliberantes impulsará a los intendentes a no poner todos los huevos en una sola canasta sino jugar simultáneamente a dos puntas con el oficialismo y con los disidentes.

La imagen positiva de la Presidente se redujo del 56% en el primer trimestre del 2008 al 28% en diciembre de ese mismo año.

El gobierno trata de difundir la tesis que ello se debe a la crisis que están atravesando los grandes centros financieros. S

Sin embargo, esta línea argumental no es aplicable a otros países que enfrentan la misma crisis internacional que la Argentina.

En Brasil, por ejemplo, Lula alcanzó su máxima popularidad con el 83,6% en el pasado mes de enero desde que fue reelecto en enero del 2003.

En Chile, Bachelet también alcanzo con el 53,1% en enero su máximo nivel popularidad desde diciembre 2006.

En síntesis, los Kirchner no aseguran el triunfo electoral en el 2009. Para contrarrestar este temor creciente en el justicialismo la estrategia electoral del gobierno será arrinconarse con fuerte apoyo financiero en el 'bunker' del
segundo cordón de la Provincia de Buenos Aires, complementado con menor peso relativo por las provincias del NOA y NEA.

El gran interrogante es si esta estrategia es suficiente para contrarrestar el costo político de la crisis con el campo y los insólitos aumentos de tarifas de los servicios privatizados.

A medida que nos acerquemos a la fecha electoral las encuestas de opinión pondrían de relieve la debilidad electoral del gobierno y ello disparará más incertidumbre económica, más tensiones recesivas, más pujas distributivas y salida de capitales.

El desafío que nos espera

La Gran Depresión de los años '30 condujo a un gobierno conservador a redefinir el papel del Estado en la economía con la creación del Banco Central, el impuesto a las ganancias, la DGI, las juntas reguladoras de carnes y
granos y la primera ley de coparticipación de impuestos con las provincias.

En 1946 Perón puso en marcha la agenda de las reformas sociales.

En 1983 Alfonsín empezó a hacer justicia sobre los derechos humanos y comenzó una etapa de consolidación de la democracia. La historia nos enseña que esos procesos de cambio sólo ocurren en momentos muy especiales y escasos.

¿Podemos visualizar las elecciones del 2009 como el comienzo de un punto de inflexión político?

Desde ya, existe consenso político en que el 2009 pasará a ser un año clave para definir la gobernabilidad en los dos años siguientes.

El desafío que nos espera en el 2009, lo sintetizo muy claramente Claudio Escribano… “de nada serviría la derrota del gobierno en las próximas justas electorales si fuera solo para producir una renovación de elencos, sin
reversión de políticas y de estilos”.

Los temas centrales de debate en lacampaña electoral del 2009 deberían ser si el gobierno desperdició la coyuntura internacional más favorable de los últimos 50 años, si debemos revalorizar la buena administración y la
eficiencia en la gestión de gobierno, si la intransigencia, la intolerancia y el resentimiento deben ser rechazados como instrumentos válidos para el accionar político.
fuente: http://www.urgente24.com

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