festival de cine de san Sebastián: La Concha de Oro viaja a Oriente gracias a la película 'City of life and death'
Había llegado a Irán, pero nunca hasta el Extremo Oriente. Ayer, por primera vez en su historia, la Concha de Oro fue a parar a una película china. City of Life and Death es una dura inmersión en un episodio bélico, el exterminio de buena parte de la población de Nanjing (China) en 1937 por parte del ejército japonés. Una cinta sobrecogedora, deslumbrante, trágica, tristísima, que hurga en las heridas de lo peor de la especie humana y deja conmovido al espectador.
La superproducción china dirigida por Lu Chuan era una de las mencionadas por los críticos entre sus favoritas. En consonancia, la prensa especializada recibió con una ovación el anuncio del fallo, en boca de Laurent Cantet, presidente del jurado internacional.
Además de la Concha de Oro de la edición número 57, Ciudad de vida y muerte se lleva un segundo galardón, para Cao Yu, el director de fotografía y responsable de las hermosas imágenes en blanco y negro que conforman los 135 minutos de su metraje.
Si City of Life and Death era una de las preferidas, la gran favorita de crítica y público, la argentina El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella, se va de vacío en cuanto a premios. No sólo fue ignorada por el jurado internacional sino que tampoco recibió como consolación mención alguna entre los premios paralelos. En todo caso, el largometraje, que ya está desde el viernes en las salas comerciales, se marcha de San Sebastián cargado de comentarios muy favorables.
El jurado internacional formado por Laurent Cantet, Bong Joon-ho, Daniel Giménez Cacho, John Madden, Leonor Silveira, Pilar López de Ayala y Samira Makhmalbaf anunció a las 4 de la tarde su decisión, que ya corría como rumor por los mentideros del Festival. A la carrera y en inglés, Laurent Cantet dio lectura al fallo en una repleta sala del Kursaal.
Con aplausos y cierta sorpresa fue acogido el Premio del Jurado al Mejor Guión para la australiana Blessed, que pese a ser un sólido drama sobre la sociedad actual había registrado en su pase una acogida fría. Aplausos hubo también para el galardón a la fotografía de la película china, y para la Concha de Plata a la Mejor Actriz, otorgado a Lola Dueñas por su papel de chica enamorada de un chico con síndrome de Down en la cinta española Yo, también.
Una mezcla de abucheos y palmas se escucharon en el Kursaal cuando Cantet leyó que el premio al mejor actor era para Pablo Pineda, primer español con síndrome de Down en obtener un título universitario, que en Yo, también hace un trabajo casi autobiográfico. Y los aplausos con ruidos de desaprobación volvieron a producirse con el anuncio de que el mejor director de la Sección Oficial, a juicio del jurado, era Javier Rebollo, que en La mujer sin piano despliega un cine intelectual, difícil y minimalista.
La concesión de un Premio Especial del Jurado a la cinta francesa Le refuge, de Ozon, requirió de una explicación. De forma atropellada y en inglés, el presidente del jurado vino a decir algo así como que este galardón «reconoce un experimento cinematográfico sensible, basado totalmente en la experiencia de la actriz Isabelle Carré.François Ozon sigue su experiencia sin juzgarla ni comentarla y nos deja a cada uno total libertad para compartirla en la pantalla». La película muestra la gestación y parto de una mujer que está saliendo del mundo de las drogas, a la que da vida Isabelle Carré, embarazada en la realidad.
La lectura del fallo se cerró con el anuncio de la concesión de la Concha de Oro a City of Life and Death, remachada por los aplausos de la prensa y de los propios componentes del jurado. Según comentaría posteriormente la actriz Pilar López de Ayala, el palmarés se había acordado «prácticamente» por unanimidad.
La película de Isaki Lacuesta Los condenados no obtuvo ningún premio en el palmarés oficial, pero fue considerada como la mejor película de la competición por parte de la Fipresci, la federación de críticos más atentos a los autores innovadores.
Los 90.000 euros con que está dotado el Premio Kutxa - Nuevos Directores han ido a parar a una producción belga situada en Ruanda, Le jour où Dieu est parti en voyage, de Philippe Van Leeuw. Gigante, del uruguayo Adrián Biniez, obtuvo el Premio Horizontes.
Si los jóvenes se inclinaban por la turca The Children of Diyarbakir, del nuevo realizador Miraz Bezar, que se hacía con el Premio Gaztea de la Juventud, los espectadores en general se rendían ante la adolescente con sobrepeso de Precious. La cinta de Lee Daniels se hizo con el Premio TCM del Público, así como con el de TVE Otra mirada.
fuente: http://www.diariovasco.com
La superproducción china dirigida por Lu Chuan era una de las mencionadas por los críticos entre sus favoritas. En consonancia, la prensa especializada recibió con una ovación el anuncio del fallo, en boca de Laurent Cantet, presidente del jurado internacional.
Además de la Concha de Oro de la edición número 57, Ciudad de vida y muerte se lleva un segundo galardón, para Cao Yu, el director de fotografía y responsable de las hermosas imágenes en blanco y negro que conforman los 135 minutos de su metraje.
Si City of Life and Death era una de las preferidas, la gran favorita de crítica y público, la argentina El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella, se va de vacío en cuanto a premios. No sólo fue ignorada por el jurado internacional sino que tampoco recibió como consolación mención alguna entre los premios paralelos. En todo caso, el largometraje, que ya está desde el viernes en las salas comerciales, se marcha de San Sebastián cargado de comentarios muy favorables.
El jurado internacional formado por Laurent Cantet, Bong Joon-ho, Daniel Giménez Cacho, John Madden, Leonor Silveira, Pilar López de Ayala y Samira Makhmalbaf anunció a las 4 de la tarde su decisión, que ya corría como rumor por los mentideros del Festival. A la carrera y en inglés, Laurent Cantet dio lectura al fallo en una repleta sala del Kursaal.
Con aplausos y cierta sorpresa fue acogido el Premio del Jurado al Mejor Guión para la australiana Blessed, que pese a ser un sólido drama sobre la sociedad actual había registrado en su pase una acogida fría. Aplausos hubo también para el galardón a la fotografía de la película china, y para la Concha de Plata a la Mejor Actriz, otorgado a Lola Dueñas por su papel de chica enamorada de un chico con síndrome de Down en la cinta española Yo, también.
Una mezcla de abucheos y palmas se escucharon en el Kursaal cuando Cantet leyó que el premio al mejor actor era para Pablo Pineda, primer español con síndrome de Down en obtener un título universitario, que en Yo, también hace un trabajo casi autobiográfico. Y los aplausos con ruidos de desaprobación volvieron a producirse con el anuncio de que el mejor director de la Sección Oficial, a juicio del jurado, era Javier Rebollo, que en La mujer sin piano despliega un cine intelectual, difícil y minimalista.
La concesión de un Premio Especial del Jurado a la cinta francesa Le refuge, de Ozon, requirió de una explicación. De forma atropellada y en inglés, el presidente del jurado vino a decir algo así como que este galardón «reconoce un experimento cinematográfico sensible, basado totalmente en la experiencia de la actriz Isabelle Carré.François Ozon sigue su experiencia sin juzgarla ni comentarla y nos deja a cada uno total libertad para compartirla en la pantalla». La película muestra la gestación y parto de una mujer que está saliendo del mundo de las drogas, a la que da vida Isabelle Carré, embarazada en la realidad.
La lectura del fallo se cerró con el anuncio de la concesión de la Concha de Oro a City of Life and Death, remachada por los aplausos de la prensa y de los propios componentes del jurado. Según comentaría posteriormente la actriz Pilar López de Ayala, el palmarés se había acordado «prácticamente» por unanimidad.
La película de Isaki Lacuesta Los condenados no obtuvo ningún premio en el palmarés oficial, pero fue considerada como la mejor película de la competición por parte de la Fipresci, la federación de críticos más atentos a los autores innovadores.
Los 90.000 euros con que está dotado el Premio Kutxa - Nuevos Directores han ido a parar a una producción belga situada en Ruanda, Le jour où Dieu est parti en voyage, de Philippe Van Leeuw. Gigante, del uruguayo Adrián Biniez, obtuvo el Premio Horizontes.
Si los jóvenes se inclinaban por la turca The Children of Diyarbakir, del nuevo realizador Miraz Bezar, que se hacía con el Premio Gaztea de la Juventud, los espectadores en general se rendían ante la adolescente con sobrepeso de Precious. La cinta de Lee Daniels se hizo con el Premio TCM del Público, así como con el de TVE Otra mirada.
fuente: http://www.diariovasco.com
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