Rezago en investigación en América Latina amerita crear sistema de financiamiento para la innovación ,dicen en la CEPAL

El rezago latinoamericano en investigación productiva podría revertirse si se creara un sistema de financiamiento que cubra todo el proceso de innovación, reconocido ya como un factor clave para el crecimiento económico.

El economista, Luis Felipe Jiménez, de la CEPAL, señala que América Latina destina menos del 1% de su PIB a investigación y desarrollo (I+D), en circunstancias que las economías avanzadas invierten cifras cercanas al 2,5% del PIB.

Brasil tiene los mayores niveles de inversión en I+D (1% de su PIB). Los países que le siguen, Chile, Argentina y México, destinan alrededor de 0,5% del PIB, según el artículo “Capital de riesgo e innovación en América Latina”, de la Revista de la CEPAL Nº 96, donde se analiza cómo el capital de riesgo permite financiar las necesidades del proceso de innovación y la creación de empresas.

La empresa privada aporta más del 60% de la inversión en I+D en los países desarrollados, mientras que en la región la mayor parte de los recursos proviene del gobierno y las universidades.

Jiménez explica las dificultades para financiar iniciativas y empresas innovadoras y cómo el capital de riesgo contribuye a superar estas dificultades. Por ejemplo, la fase inicial del proceso innovador hace uso intensivo de I+D y sus resultados se caracterizan por una elevada incertidumbre y dificultades para que los emprendedores logren apropiarse los beneficios de sus invenciones.

La experiencia de países que han elevado su productividad recurriendo a la innovación sugiere la necesidad de un sistema que garantice el financiamiento de cada etapa del proceso de innovación, desde la concepción de una innovación hasta su materialización en un nuevo producto o servicio.

En Estados Unidos surgió el uso de capital de riesgo (venture capital), a cargo de sociedades que comprometen aportes de capital por parte de terceros para así contar con múltiples fondos de inversión de patrimonio separado, los que se invierten en varios proyectos de riesgo. Este instrumento ha sido adoptado con variaciones en diversos países.

En el artículo se expone la experiencia de Brasil y Chile en la implementación del capital de riesgo, ya que estos dos países son los que exhiben mayor avance al respecto en la región.

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