Maternidad tardía: ¿ha cambiado el reloj biológico de la mujer en España?

Maternidad tardía: ¿ha cambiado el reloj biológico de la mujer en España?






Una cuarta parte de las mujeres españolas desea tener hijos en los próximos 2 o 3 años, pero el 75 por ciento reconoce que aún no se ha puesto manos a la obra, según una encuesta realizada recientemente. Y es que, un tercio de las mujeres considera que aún hay tiempo para quedarse embarazada por encima de los 45 años.













La maternidad es uno de los aspectos que más ha cambiado en las últimas décadas en la sociedad actual. Y es que sólo hay que echar un vistazo alrededor para darse cuenta que hoy en día las mujeres ya no viven esta experiencia como antes. Ahora son madres de menos hijos, los tienen más tarde, y no siempre con una pareja al lado.



Así lo ha confirmado también el Estudio Clearblue “El reloj biológico de la Mujer”, realizado recientemente por la consultora ASAP a 1.500 mujeres españolas de entre 20 y 50 años. El objetivo de esta encuesta era profundizar en el comportamiento de las mujeres españolas sobre el embarazo y la concepción.



Y entre las principales conclusiones que revela el trabajo destaca que a pesar de que el reloj biológico se pone en marcha antes de los 25 años para la mitad de las españolas, un tercio de ellas considera que aún hay tiempo para quedarse embarazada por encima de los 45 años. De hecho, a partir de los 30 es cuando el reloj suena con especial fuerza, ya que 8 de cada 10 mujeres entre 30 y 40 años desea tener hijos.



En el lado contrario, 3 de cada 4 españolas sitúan la edad mínima de embarazo por debajo de los 25 años. El estudio también revela que una cuarta parte de las mujeres encuestadas desea tener hijos en los próximos 2 o 3 años, pero el 75 por ciento reconoce que aún no se ha puesto manos a la obra.







Maternidad tardía

En este contexto, la doctora Victoria Verdú, coordinadora de Ginecología de Ginefiv y Experta en fertilidad de la SEGO (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia), recuerda que “cuanto más tarde se activa el reloj biológico de la mujer, la calidad de los óvulos empieza a decaer”.



“Con 45 años la cantidad de óvulos que tienen las mujeres es muy baja, y la tasa de anomalías cromosómicas que presentan es muy alta, lo que implica que no es el momento adecuado para poder quedarse embarazadas. Si se consiguen gestaciones a estas edades es porque se utilizan óvulos de mujeres jóvenes que son donantes, pero no con óvulos propios. Por ello, animamos a las parejas que quieren tener un hijo a no retrasar este momento”, añade esta experta.



Por otro lado, esta encuesta ha revelado que los hombres también cuentan con un reloj biológico activo. Por ello, en 2 de cada 10 casos, es el hombre el que se adelanta y le pide a la mujer tener un hijo. Ante ello, casi ninguna mujer se niega pero en la situación contraria, cuando es la mujer la que se adelanta, 1 de cada cuatro hombres pidió esperar y un 5 por ciento no quiso.





Y es que cuando llega el momento de decidir ser padres, la mayoría de las veces es la mujer quién da el primer paso y trasmite a su pareja su deseo de ser madre, aunque existe un 3 por ciento que, aunque quiera quedarse embarazada, nunca llega a proponérselo al hombre.



En lo que se refiere al entorno familiar y de amistades, 1 de cada 4 mujeres ha recibido consejos tendentes a retrasar el embarazo. Tampoco el entorno económico se presenta especialmente favorable. Sin embargo, la encuesta refleja que esto no impide que las mujeres sientan deseos de ser madres, ya que, más de la mitad de las entrevistadas tenía una situación económica “justa” cuando decidieron su primer embarazo.







Las funcionarias, las que mejor lo tienen

En el plano laboral, los resultados del estudio son rotundos: la situación laboral ideal para ser madre es ser funcionaria (83 por ciento), y muy por detrás le siguen, autónoma (10 por ciento) y asalariada con contrato fijo (6 por ciento). Y la peor, tener un contrato eventual (0,9 por ciento).



Otro dato que se desprende de esta encuesta es que quedarse embarazada hace a la mujer replantearse su vida profesional, por eso un 10 por ciento de las madres encuestadas consideró dejar su trabajo cuando decidió tener hijos, frente a un 12 por ciento que empezó a buscarlo, bien porque no tenía o bien para mejorar sus condiciones. Todas ellas apelaron a la búsqueda de estabilidad, mejor horario y mayor salario, según este orden.



En cuanto a la postura del jefe a la hora de comunicarle la noticia de su embarazo, según las encuestadas, la reacción de su superior fue negativa sólo en un 18 por ciento de los casos, frente a un 26 por ciento de jefes que ayudaron a la mujer y le ofrecieron facilidades laborales.



Respecto a las diferencias que puede haber por comunidades autónomas, el trabajo revela que mientras que las madrileñas son las mujeres que sienten antes el deseo de convertirse en madre, el reloj biológico de las catalanas funciona más tarde y consideran que tener 45 años no es un impedimento para tener hijos. Aun así, las catalanas, junto con las valencianas, son las primeras en expresar su deseo de tener hijos a su pareja, frente a las andaluzas, que esperan más tiempo, aunque son más tolerantes con tener hijos antes de los 18 años.



Cuando sienten la llamada de ser madre, las gallegas son las que menos se movilizan para buscar pareja. Y en cuanto a la situación laboral, las madrileñas son las más dispuestas a asumir cambios laborales relacionados con el embarazo. Los jefes más compresivos se sitúan en Andalucía y Galicia.







Madres solteras

Por otro lado, el Estudio Clearblue revela que en el momento en que la mujer empieza a plantearse tener un hijo, en 1 de cada 10 ocasiones ni siquiera tiene pareja estable, por ello, el deseo de convertirse en madre moviliza al 8 por ciento de las españolas a buscar pareja. Pero esto es algo que no siempre se consigue, lo que no impide a las mujeres continuar con su decisión de ser madres.



Así, según ha informado el centro IVI, en los últimos años se han multiplicado los tratamientos de reproducción asistida entre madres solteras, concretamente un 28 por ciento han aumentado este tipo de intervenciones con respecto a 2009, y también señalan un aumento de solicitudes de este tipo de tratamientos por parte de parejas de homosexuales. "En el caso de las mujeres solteras o de parejas homosexuales, suelen ser mujeres que saben lo qué quieren", explica el director médico de IVI, Antonio Requena, quien en el caso de las solteras afirma que se suele tratar de mujeres de entre 35 y 45 años, "luchadoras", que "tienen claro que quieren ser madre y la decisión muy meditada".



El problema, sobre todo entre las solteras, "es que a veces se plantean la maternidad a edades un poco tardías". En este caso, aunque las recomendaciones son las mismas para todas las mujeres, aconseja vitrificar los óvulos. "Las mujeres que quizá se puedan plantear en el futuro tener un hijo no lo deben de retardar tanto porque cuando se plantean esa opción las posibilidades de embarazo ya son pocas, sobre todo en edades por encima de 40 años", explica.



En cuanto a la gestación en parejas homosexuales recuerda que, en los casos de una pareja lesbiana, la legislación española permite a los dos miembros participar en el proceso. En estos casos se da la posibilidad de que una aporte los ovocitos que son inseminados con semen del donante, mientras que la otra recibe los embriones y los gesta. Respecto a la edad a la que acuden a estos centros, no hay diferencias con las parejas heterosexuales.



En estos casos, más en el primero, la independencia económica es una de las principales trabas a la hora de decidirse a tener un hijo. No obstante, "se ha notado un aumento de solicitudes en los últimos años", así explica que "cada vez son más las mujeres que se plantean estos tratamientos, tanto del grupo de mujeres sin pareja como del grupo de mujeres homosexuales".







Reproducción asistida

Así, según Requena, la única diferencia en los tratamientos entre parejas homosexuales y la maternidad en solitarios y la que se produce entre parejas de diferente sexo es la donación del semen. "En principio no hay diferencias, la única sería que al no existir varón tiene que usar un banco de semen, por lo que es necesario aplicar una técnica de reproducción asistida", señala.



Por tanto, en todos los casos la mujer pasa por una evaluación ginecológica "básica", en la que se observa la funcionalidad de los ovarios, y, en caso de ver su necesidad, se estudian sus trompas. "En estos casos las mujeres a lo mejor no se han planteado nunca tener un hijo y pueden tener un problema de infertilidad que ella desconoce porque nunca se le ha estudiado", afirma.



A la hora de decidir el tratamiento se observa la necesidad de la pareja o la madre soltera, y "si no hay ningún problema, por edad y por el estudio que se les ha hecho, se indica el tratamiento más sencillo". En este caso, no se da ningún tipo de medicación, se utiliza el ciclo natural de la mujer para realizar la inseminación



No obstante, se pueden utilizar otros tratamientos de reproducción asistida si se observa alguna complicación. Es decir, se puede dar a la paciente medicación para ayudarla a ovular (estimulación ovárica) o, un último caso, cuando la mujer ya tiene problemas mayores como trompas obstruidas se acude a la fecundación 'in vitro'. La mayor diferencia es, por tanto, la elección del donante que, en contra de lo que se puede pensar, aclara Requena, "no es a la carta" como ocurre en países como Estados Unidos. "Huimos de este tipo de selección", añade.



Así, puntualiza, "lo que se busca es que, por sus características física, el donante tenga algunas similitudes con la mujer. Es decir que a la hora de elegir el semen tenemos como referencia las características de la mujer y que haya una compatibilidad del grupo sanguíneo, y, evidentemente, que los donantes cumplan todos los requisitos marcados por ley sobre enfermedades".



Respecto a los condicionantes psicológicos, destaca el impacto emocional que puede tener para una futura madre soltera un tratamiento de reproducción asistida fallido. "Cualquier técnica de reproducción tiene un impacto emocional bastante grande, puesto que cualquier tratamiento no es seguro al cien por cien", explica. "Una persona tiene que estar preparada para afrontar un resultado negativo que puede frustrar. Esta sensación puede agudizarse en estas mujeres", ya que "cuando se trata de cualquier tipo de pareja parece que se tiene un refuerzo, pero cuando la mujer está sola, en ocasiones, le cuesta más superar ese fracaso", añade.



















fuente: http://www.saludalia.com/ 

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