Klaus Schmidt-Hebbel es elegido el economista de 2008
Este año saltó desde el Banco Central a uno de los cargos más apetecidos por los economistas de todo el globo: fue nombrado economista jefe de la organización que reúne a los 30 países más ricos del mundo (OCDE), a la cual Chile está postulando. Pero este año no todo ha sido reconocimiento. Ha tenido que enfrentar el "enorme dolor", dice, de perder a su hijo Diego.
M. J. GUTIÉRREZ y B. SERRANO
Mientras era estudiante en el Colegio Alemán de Santiago y hasta los primeros meses de IV Medio, Klaus Schmidt-Hebbel quería ser arqueólogo.
Pero, según cuenta, el escenario económico de la época -principios de los 70-, la trascendencia que tiene la economía en el desarrollo, y el interés por entender lo que estaba pasando en el país, lo hicieron cambiar de opinión.
Desde un comienzo, el trabajo de este chileno-alemán estuvo marcado por la investigación. Empezó en el sector privado, en el departamento de estudios de BHC, la empresa de la que era socio principal Javier Vial. Ahí trabajó en lo que Klaus Schmidt-Hebbel denomina la "época de oro" de ese departamento, por la gran cantidad de informes de coyuntura y de proyección que lograron hacer. Pero no sólo por eso. Además coincidió en su trabajo con reconocidos economistas como Vittorio Corbo, Felipe Morandé y Sebastián Edwards.
Desde ahí saltó a hacer su doctorado en MIT. Vivió dos años y medio en Boston, pero convencido por su señora -Greta Niehaus- volvió a Chile. Aunque por poco tiempo, porque Vittorio Corbo lo recomendó para trabajar en las oficinas del Banco Mundial en EE.UU., donde se instaló por ocho años.
Un nuevo desafío
Algunos llamados a Washington, donde vivía en esa época, y un par de reuniones lo trajeron de vuelta a Santiago junto a toda su familia.
El llamado de Roberto Zahler, Jorge Marshall y Nicolás Eyzaguirre tenía un objetivo: que se hiciera cargo de formar una unidad de investigación en el Banco Central. Fue así como "empezaron 12 fructíferos años de trabajo con los sucesivos consejos y presidentes", cuenta.
Además de publicar varios libros, proponer cambios en la forma de hacer cosas dentro del Banco, de poner al área de investigación que lideraba entre las mejores del mundo y de impulsar una revista de economía chilena, fue el organizador de las hoy reconocidas conferencias anuales del Banco Central, la misma que hace algunos años trajo a Chile a Ben Bernanke.
Varias veces le ofrecieron cambiarse a otras áreas dentro del Banco, pero nunca aceptó. Le gustaba su trabajo. Es que además de poder estar investigando, algo que claramente es su pasión, cuenta que tuvo "la enorme suerte de poder atraer al Banco Central a economistas senior y a otros más jóvenes absolutamente destacados".
Fue así como formó un equipo y dejó una marca en quienes también tuvieron "la suerte" de compartir esos años. Que es un líder innato, siempre positivo, un excelente profesor, creativo, "mateo", una "enciclopedia económica", riguroso, pero también una persona muy cercana es lo que aseguran quienes trabajaron alguna vez con él. Y es justamente la parte humana lo que la mayoría recalca. Mientras estaba en el Banco Central, cada vez que podía, mandaba e-mails y organizaba almuerzos con sus "colegas". Y si de despedidas o bienvenidas se trataba, él siempre era el que las organizaba e invitaba a todos a su casa.
Nuevo cambio
El día que decidió dejar el Banco Central y le contó a su equipo, todos quedaron sorprendidos. "Fue un balde de agua fría", un economista que trabajaba con él.
Pocos meses antes había sabido por un amigo y por un anuncio en The Economist que en la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) estaban buscando llenar la vacante de Economista Jefe, y postuló. Dejó en el camino a unos 100 candidatos y llegó a la instancia final sólo con siete. Ahí fue interrogado por un estricto panel internacional. Y aunque Chile está en proceso de ser miembro, logró quedarse con el codiciado cargo.
En abril de este año renunció al Banco Central y recién en septiembre llegó a París a asumir el nuevo desafío.
Hoy, cuatro meses después de tomar el puesto, está "feliz" por el desafío enorme que significa estar a cargo de un departamento donde trabajan más de 150 personas y de poder seguir haciendo, entre otras cosas, lo que más le gusta: investigar.
Puertas adentro
Actualmente, divide su tiempo entre su oficina en París, donde trabaja hasta tarde e incluso los fines de semana, y Santiago. Necesita optimizar el tiempo lo más posible para poder estar con su familia en una época difícil. El asesinato de su hijo Diego hace poco más de un mes cambió su vida y conmocionó a todo el país. Es por eso que hoy, apenas puede, viaja a Chile para estar con su señora Greta Niehaus y con sus otros dos hijos.
Aunque no tiene mucho tiempo, cada vez que tiene minutos libres aprovecha de leer a algunos de los autores contemporáneos. Hoy está leyendo una novela francesa y acaba de empezar "2666", la obra póstuma de Roberto Bolaño.
Si de deportes se trata, el tenis, el esquí y, desde hace pocas semanas, el yoga son sus favoritos. Amante de las actividades al aire libre, Klaus Schmidt-Hebbel cada vez que puede va a plantar árboles a un sitio que tiene en la precordillera o aprovecha de viajar en familia.
Ph.D. en Economía del MIT.
Magíster en Economía e Ingeniero Comercial de la PUC. Economista jefe y Director del departamento económico de la OCDE.
Trabajó en el Banco Central de Chile y en el Banco Mundial.
Ha sido profesor de la PUC, U. de Chile, Usach y U. de Georgetown.
"Ser honrado por los pares es muy especial. Estoy sorprendido, contento y feliz. Nunca había recibido un premio de esta naturaleza", afirma Schmidt-Hebbel desde París.
>> Cómo lo valoran quienes han sido su jefe, sus coautores, compañeros de trabajo y amigos de toda la vida
ANDRÉS VELASCO, MINISTRO DE HACIENDA
Mientras era estudiante en Estados Unidos y "cuidaba cada chaucha", el ministro Velasco era invitado por Schmidt-Hebbel y su señora a cenar comida casera y a disfrutar de una interesante conversación en un ambiente familiar.
Para el ministro, es el rigor profesional, la seriedad y la versatilidad, características que hacen al economista merecedor del premio. "Sus opiniones profesionales son siempre bien documentadas y puntillosamente desarrolladas", cuenta.
VITTORIO CORBO, EX PDTE. DEL BANCO CENTRAL
A comienzos de los años 80 se conocieron y fue uno de los que lo recomendó para ir a estudiar a MIT. Siguió su carrera y años después lo invitó a trabajar al Banco Mundial. Para Corbo, el premio tiene que ver con "su gran capacidad profesional y el reconocimiento internacional de haber sido elegido economista jefe de la OCDE".
Testigo de sus noches en vela para terminar trabajos y coautor en varias publicaciones, Corbo asegura que "es un chileno que ha llegado muy lejos".
ÁNGEL GURRÍA, SECRETARIO GENERAL DE LA OCDE
Es su actual jefe y aunque no se conocían anteriormente ya sabe de lo ordenado, cortés y abierto que es el economista. Pero también de sus condiciones profesionales: "Klaus ha sido pieza clave en la integración de la respuesta estratégica de la OCDE a la crisis. Esta respuesta no sólo abordará los temas vinculados a los mercados financieros, sino también los retos de largo plazo para reinstaurar la senda del crecimiento, así como para dar salida a las intervenciones requeridas en el corto plazo".
CARLOS MASSAD, EX PDTE. DEL BANCO CENTRAL
A Schmidt-Hebbel lo conoce desde que estudiaba economía. Ahí se dio cuenta de lo metódico que era y comenzó a seguir su carrera. Es por esto que considera que el premio es "merecidísimo".
"Las contribuciones que hizo al banco fueron de gran valor. No son muchos los economistas que tienen la formación analítica y econométrica que tiene Klaus, y que al mismo tiempo sean capaces de aplicarla en la dirección de la formulación de políticas", cuenta su ex jefe.
>> Más de 150 publicaciones: la macroeconomía es su obsesión
Desde la época universitaria ha sido un macroeconomista apasionado por los temas monetarios y las finanzas internacionales. Sin embargo, a Klaus Schmidt-Hebbel le gusta también poder aplicar la economía a otros ámbitos, como lo son la cultura y el desarrollo, a través de temas como la conservación del patrimonio, las reformas estructurales y los programas de estabilización.
Entre libros, papers y artículos de revistas, Schmidt-Hebbel ha plasmado sus investigaciones en más de 150 publicaciones, algunas de ellas junto a otros economistas como Vittorio Corbo, Felipe Morandé y el peruano Norman Loayza.
También es un estudioso de los temas previsionales, aunque esta labor la ha asumido desde la consultoría. Schmidt-Hebbel ha trabajado para más de 30 países -especialmente de Europa Oriental, Asia y América Latina-, para naciones tan diversas como Bangladesh, Turquía, Egipto y Nueva Zelandia.
FELIPE MORANDÉ, DECANO U. DE CHILE
Lo conoce hace 35 años. Estudiaron juntos, eran vecinos y amigos; incluso Schmidt-Hebbel es su testigo civil y padrino de una de sus hijas. Han trabajado y escrito multiples papers juntos. Morandé lo describe como una persona muy asertiva, que aprovecha al máximo su tiempo, con amplio sentido de responsabilidad y gran capacidad de trabajo. Trabajar con él es "un agrado", asegura, y agrega que su nombramiento en la OCDE "es un gran honor para Chile".
FRANCISCO ROSENDE, DECANO U. CATÓLICA
Cuenta que la pasión de Schmidt-Hebbel por la economía se percibía desde las primeros encuentros académicos en Punta de Tralca. Y aunque siempre le ha llamado la atención la rigurosidad de sus trabajos, hoy corrobora con sus alumnos su total dedicación a lo que hace, lo que se traduce en que sus cursos sean muy demandados y exitosos. Respecto del reconocimiento, señala que es un reflejo a lo que ha sido su trayectoria y que "no cualquiera llega a ser economista de la OCDE".
ROLF LÜDERS, ECONOMISTA
Fue profesor de Schmidt-Hebbel y luego lo reclutó para que trabajara con él en BHC. Comenta que ya en esos años se destacaba por su espíritu de trabajo, responsabilidad, espíritu de equipo y la calidad técnica de sus investigaciones, a lo que luego sumó una enorme eficiencia en la administración de la investigación y una gran capacidad para relacionarse con economistas de todas las latitudes. "Klaus se merecía el premio hace tiempo", agrega.
SEBASTIÁN EDWARDS, ECONOMISTA
Se conocen desde la época universitaria, en la que fue profesor ayudante de Schmidt-Hebbel, a quien califica como "muy simpático y extremadamente inteligente". Antes de su partida a París a trabajar en la OCDE, ambos economistas estaban comenzando a eleborar un proyecto sobre política monetaria en países con tipo de cambio flotante. "Es un gusto trabajar con él. Es serio, informado y está al tanto de los últimos avances técnicos en la profesión", señala Edwards.
fuente: http://diario.elmercurio.com
M. J. GUTIÉRREZ y B. SERRANO
Mientras era estudiante en el Colegio Alemán de Santiago y hasta los primeros meses de IV Medio, Klaus Schmidt-Hebbel quería ser arqueólogo.
Pero, según cuenta, el escenario económico de la época -principios de los 70-, la trascendencia que tiene la economía en el desarrollo, y el interés por entender lo que estaba pasando en el país, lo hicieron cambiar de opinión.
Desde un comienzo, el trabajo de este chileno-alemán estuvo marcado por la investigación. Empezó en el sector privado, en el departamento de estudios de BHC, la empresa de la que era socio principal Javier Vial. Ahí trabajó en lo que Klaus Schmidt-Hebbel denomina la "época de oro" de ese departamento, por la gran cantidad de informes de coyuntura y de proyección que lograron hacer. Pero no sólo por eso. Además coincidió en su trabajo con reconocidos economistas como Vittorio Corbo, Felipe Morandé y Sebastián Edwards.
Desde ahí saltó a hacer su doctorado en MIT. Vivió dos años y medio en Boston, pero convencido por su señora -Greta Niehaus- volvió a Chile. Aunque por poco tiempo, porque Vittorio Corbo lo recomendó para trabajar en las oficinas del Banco Mundial en EE.UU., donde se instaló por ocho años.
Un nuevo desafío
Algunos llamados a Washington, donde vivía en esa época, y un par de reuniones lo trajeron de vuelta a Santiago junto a toda su familia.
El llamado de Roberto Zahler, Jorge Marshall y Nicolás Eyzaguirre tenía un objetivo: que se hiciera cargo de formar una unidad de investigación en el Banco Central. Fue así como "empezaron 12 fructíferos años de trabajo con los sucesivos consejos y presidentes", cuenta.
Además de publicar varios libros, proponer cambios en la forma de hacer cosas dentro del Banco, de poner al área de investigación que lideraba entre las mejores del mundo y de impulsar una revista de economía chilena, fue el organizador de las hoy reconocidas conferencias anuales del Banco Central, la misma que hace algunos años trajo a Chile a Ben Bernanke.
Varias veces le ofrecieron cambiarse a otras áreas dentro del Banco, pero nunca aceptó. Le gustaba su trabajo. Es que además de poder estar investigando, algo que claramente es su pasión, cuenta que tuvo "la enorme suerte de poder atraer al Banco Central a economistas senior y a otros más jóvenes absolutamente destacados".
Fue así como formó un equipo y dejó una marca en quienes también tuvieron "la suerte" de compartir esos años. Que es un líder innato, siempre positivo, un excelente profesor, creativo, "mateo", una "enciclopedia económica", riguroso, pero también una persona muy cercana es lo que aseguran quienes trabajaron alguna vez con él. Y es justamente la parte humana lo que la mayoría recalca. Mientras estaba en el Banco Central, cada vez que podía, mandaba e-mails y organizaba almuerzos con sus "colegas". Y si de despedidas o bienvenidas se trataba, él siempre era el que las organizaba e invitaba a todos a su casa.
Nuevo cambio
El día que decidió dejar el Banco Central y le contó a su equipo, todos quedaron sorprendidos. "Fue un balde de agua fría", un economista que trabajaba con él.
Pocos meses antes había sabido por un amigo y por un anuncio en The Economist que en la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) estaban buscando llenar la vacante de Economista Jefe, y postuló. Dejó en el camino a unos 100 candidatos y llegó a la instancia final sólo con siete. Ahí fue interrogado por un estricto panel internacional. Y aunque Chile está en proceso de ser miembro, logró quedarse con el codiciado cargo.
En abril de este año renunció al Banco Central y recién en septiembre llegó a París a asumir el nuevo desafío.
Hoy, cuatro meses después de tomar el puesto, está "feliz" por el desafío enorme que significa estar a cargo de un departamento donde trabajan más de 150 personas y de poder seguir haciendo, entre otras cosas, lo que más le gusta: investigar.
Puertas adentro
Actualmente, divide su tiempo entre su oficina en París, donde trabaja hasta tarde e incluso los fines de semana, y Santiago. Necesita optimizar el tiempo lo más posible para poder estar con su familia en una época difícil. El asesinato de su hijo Diego hace poco más de un mes cambió su vida y conmocionó a todo el país. Es por eso que hoy, apenas puede, viaja a Chile para estar con su señora Greta Niehaus y con sus otros dos hijos.
Aunque no tiene mucho tiempo, cada vez que tiene minutos libres aprovecha de leer a algunos de los autores contemporáneos. Hoy está leyendo una novela francesa y acaba de empezar "2666", la obra póstuma de Roberto Bolaño.
Si de deportes se trata, el tenis, el esquí y, desde hace pocas semanas, el yoga son sus favoritos. Amante de las actividades al aire libre, Klaus Schmidt-Hebbel cada vez que puede va a plantar árboles a un sitio que tiene en la precordillera o aprovecha de viajar en familia.
Ph.D. en Economía del MIT.
Magíster en Economía e Ingeniero Comercial de la PUC. Economista jefe y Director del departamento económico de la OCDE.
Trabajó en el Banco Central de Chile y en el Banco Mundial.
Ha sido profesor de la PUC, U. de Chile, Usach y U. de Georgetown.
"Ser honrado por los pares es muy especial. Estoy sorprendido, contento y feliz. Nunca había recibido un premio de esta naturaleza", afirma Schmidt-Hebbel desde París.
>> Cómo lo valoran quienes han sido su jefe, sus coautores, compañeros de trabajo y amigos de toda la vida
ANDRÉS VELASCO, MINISTRO DE HACIENDA
Mientras era estudiante en Estados Unidos y "cuidaba cada chaucha", el ministro Velasco era invitado por Schmidt-Hebbel y su señora a cenar comida casera y a disfrutar de una interesante conversación en un ambiente familiar.
Para el ministro, es el rigor profesional, la seriedad y la versatilidad, características que hacen al economista merecedor del premio. "Sus opiniones profesionales son siempre bien documentadas y puntillosamente desarrolladas", cuenta.
VITTORIO CORBO, EX PDTE. DEL BANCO CENTRAL
A comienzos de los años 80 se conocieron y fue uno de los que lo recomendó para ir a estudiar a MIT. Siguió su carrera y años después lo invitó a trabajar al Banco Mundial. Para Corbo, el premio tiene que ver con "su gran capacidad profesional y el reconocimiento internacional de haber sido elegido economista jefe de la OCDE".
Testigo de sus noches en vela para terminar trabajos y coautor en varias publicaciones, Corbo asegura que "es un chileno que ha llegado muy lejos".
ÁNGEL GURRÍA, SECRETARIO GENERAL DE LA OCDE
Es su actual jefe y aunque no se conocían anteriormente ya sabe de lo ordenado, cortés y abierto que es el economista. Pero también de sus condiciones profesionales: "Klaus ha sido pieza clave en la integración de la respuesta estratégica de la OCDE a la crisis. Esta respuesta no sólo abordará los temas vinculados a los mercados financieros, sino también los retos de largo plazo para reinstaurar la senda del crecimiento, así como para dar salida a las intervenciones requeridas en el corto plazo".
CARLOS MASSAD, EX PDTE. DEL BANCO CENTRAL
A Schmidt-Hebbel lo conoce desde que estudiaba economía. Ahí se dio cuenta de lo metódico que era y comenzó a seguir su carrera. Es por esto que considera que el premio es "merecidísimo".
"Las contribuciones que hizo al banco fueron de gran valor. No son muchos los economistas que tienen la formación analítica y econométrica que tiene Klaus, y que al mismo tiempo sean capaces de aplicarla en la dirección de la formulación de políticas", cuenta su ex jefe.
>> Más de 150 publicaciones: la macroeconomía es su obsesión
Desde la época universitaria ha sido un macroeconomista apasionado por los temas monetarios y las finanzas internacionales. Sin embargo, a Klaus Schmidt-Hebbel le gusta también poder aplicar la economía a otros ámbitos, como lo son la cultura y el desarrollo, a través de temas como la conservación del patrimonio, las reformas estructurales y los programas de estabilización.
Entre libros, papers y artículos de revistas, Schmidt-Hebbel ha plasmado sus investigaciones en más de 150 publicaciones, algunas de ellas junto a otros economistas como Vittorio Corbo, Felipe Morandé y el peruano Norman Loayza.
También es un estudioso de los temas previsionales, aunque esta labor la ha asumido desde la consultoría. Schmidt-Hebbel ha trabajado para más de 30 países -especialmente de Europa Oriental, Asia y América Latina-, para naciones tan diversas como Bangladesh, Turquía, Egipto y Nueva Zelandia.
FELIPE MORANDÉ, DECANO U. DE CHILE
Lo conoce hace 35 años. Estudiaron juntos, eran vecinos y amigos; incluso Schmidt-Hebbel es su testigo civil y padrino de una de sus hijas. Han trabajado y escrito multiples papers juntos. Morandé lo describe como una persona muy asertiva, que aprovecha al máximo su tiempo, con amplio sentido de responsabilidad y gran capacidad de trabajo. Trabajar con él es "un agrado", asegura, y agrega que su nombramiento en la OCDE "es un gran honor para Chile".
FRANCISCO ROSENDE, DECANO U. CATÓLICA
Cuenta que la pasión de Schmidt-Hebbel por la economía se percibía desde las primeros encuentros académicos en Punta de Tralca. Y aunque siempre le ha llamado la atención la rigurosidad de sus trabajos, hoy corrobora con sus alumnos su total dedicación a lo que hace, lo que se traduce en que sus cursos sean muy demandados y exitosos. Respecto del reconocimiento, señala que es un reflejo a lo que ha sido su trayectoria y que "no cualquiera llega a ser economista de la OCDE".
ROLF LÜDERS, ECONOMISTA
Fue profesor de Schmidt-Hebbel y luego lo reclutó para que trabajara con él en BHC. Comenta que ya en esos años se destacaba por su espíritu de trabajo, responsabilidad, espíritu de equipo y la calidad técnica de sus investigaciones, a lo que luego sumó una enorme eficiencia en la administración de la investigación y una gran capacidad para relacionarse con economistas de todas las latitudes. "Klaus se merecía el premio hace tiempo", agrega.
SEBASTIÁN EDWARDS, ECONOMISTA
Se conocen desde la época universitaria, en la que fue profesor ayudante de Schmidt-Hebbel, a quien califica como "muy simpático y extremadamente inteligente". Antes de su partida a París a trabajar en la OCDE, ambos economistas estaban comenzando a eleborar un proyecto sobre política monetaria en países con tipo de cambio flotante. "Es un gusto trabajar con él. Es serio, informado y está al tanto de los últimos avances técnicos en la profesión", señala Edwards.
fuente: http://diario.elmercurio.com
Comentarios
Sólo quisiera que ahora él y su familia logren la tan necesaria paz una vez que se haga justicia en el caso del horrible asesinato de su hijo Diego.