Monitoreo Crisis financiera en Europa
La crisis financiera del segundo semestre de 2008 en las principales economías del mundo ha generado un proceso recesivo en los países desarrollados, que está repercutiendo también fuertemente en muchas economías emergentes.
Aunque no inmune, Chile enfrenta este escenario en mejores condiciones que en anteriores crisis: ha desarrollado políticas macroeconómicas prudenciales y estables, que han generado fortalezas en la estructura interna de su economía y atraído a los inversionistas internos; cuenta con un sistema bancario regulado y un tipo de cambio flexible; goza de un superávit fiscal y tiene un comercio exterior muy diversificado.
El escenario económico internacional generará nuevas condiciones para las exportaciones no tradicionales de Chile: por cierto, amenazas, pero también desafíos y oportunidades en cuyo aprovechamiento resultará clave la capacidad de los exportadores de adaptarse e innovar. Gracias a los tratados de libre comercio Chile verá minimizados los efectos de medidas proteccionistas, tendrá estabilidad en las condiciones de acceso y normas negociadas y contará con mecanismos de solución de controversias comerciales.
En el caso europeo, al iniciarse la crisis la desaceleración de su economía fue gradual y moderada, gracias a la fortaleza mostrada por Alemania que permaneció como el motor de la actividad económica de la región. Sin embargo, a la vista de las tensiones financieras en USA y Europa, el panorama cambió en forma drástica, asimilándose Alemania a aquellos casos del sector financiero de países como Reino Unido, Irlanda que tuvieron que acogerse a la ayuda estatal.
En resumen, las actuales turbulencias y deterioro de las economías de los 27 Miembros de la UE han terminado impactando la zona euro, por lo que, el crecimiento para 2009 acabará en -0,1%.
Desde la perspectiva europea, Chile se ve crecientemente como un socio natural y relevante dentro de América Latina debido a los estrechos lazos históricos, políticos, económicos y culturales que existen entre la región del viejo mundo y nuestro país.
Fuente: ProChile
Aunque no inmune, Chile enfrenta este escenario en mejores condiciones que en anteriores crisis: ha desarrollado políticas macroeconómicas prudenciales y estables, que han generado fortalezas en la estructura interna de su economía y atraído a los inversionistas internos; cuenta con un sistema bancario regulado y un tipo de cambio flexible; goza de un superávit fiscal y tiene un comercio exterior muy diversificado.
El escenario económico internacional generará nuevas condiciones para las exportaciones no tradicionales de Chile: por cierto, amenazas, pero también desafíos y oportunidades en cuyo aprovechamiento resultará clave la capacidad de los exportadores de adaptarse e innovar. Gracias a los tratados de libre comercio Chile verá minimizados los efectos de medidas proteccionistas, tendrá estabilidad en las condiciones de acceso y normas negociadas y contará con mecanismos de solución de controversias comerciales.
En el caso europeo, al iniciarse la crisis la desaceleración de su economía fue gradual y moderada, gracias a la fortaleza mostrada por Alemania que permaneció como el motor de la actividad económica de la región. Sin embargo, a la vista de las tensiones financieras en USA y Europa, el panorama cambió en forma drástica, asimilándose Alemania a aquellos casos del sector financiero de países como Reino Unido, Irlanda que tuvieron que acogerse a la ayuda estatal.
En resumen, las actuales turbulencias y deterioro de las economías de los 27 Miembros de la UE han terminado impactando la zona euro, por lo que, el crecimiento para 2009 acabará en -0,1%.
Desde la perspectiva europea, Chile se ve crecientemente como un socio natural y relevante dentro de América Latina debido a los estrechos lazos históricos, políticos, económicos y culturales que existen entre la región del viejo mundo y nuestro país.
Fuente: ProChile
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